Final

414 23 4
                                    

Becca

Para mí, mi vida nunca tuvo un camino exacto y derecho, un millón de caminos había, y yo solo escogí uno, sin si quiera verlo detenidamente o tan si quiera preguntarle a la gente de mi alrededor que es lo que había allí, lo descubrí yo sola, estuve apunto de seguir con lo mismo que siempre hacia, cambiarme de rumbo a cada instante, sin embargo, algo me hizo quedarme en ese camino lleno de piedras gigantes, con un final que ningún otro sendero tenía.

Estoy segura que si hubiera tenido consciencia de lo que me ocurriría, en un principio, jamás hubiera seguido aquél rumbo, pero se que si ahora, después de todo, volviera a ese mismo punto de inicio, sin dudarlo, volvería a escalar esas rasposas y gigantes piedras, para llegar hasta aquí.

Que hubiera dado yo por no ver aquella horrible escena como esas mounstrosas películas de terror y no haber tenido que escuchar las palabras de mi esposo suplicando que me quede, que mi corazón siga latiendo.

Ver a mi pequeña en mi brazos fue lo último que pedí, y fue así, ver su carita, su cuerpecito, me tenía encerrada el amor por ella, a la misma vez pidiendo no irme de aquí, ella me necesita, no podía estar mas dolida, aún mas cuando me la arrebataron de los brazos por mi tan débil cuerpo y al cerrar mis ojos por completo.

Nunca pensé tener un hijo o tan siquiera casarme, siempre le tuve un gran miedo, ver como familias y la mia propia, se destruían, temía que aquello pasara conmigo, y no pensaba pasar por lo mismo, hasta que llegó él, haciéndome ver las cosas de una manera distinta, enseñándome que con algo de amor y paciencia, todo se puede lograr.

Jamás borraría de mi memoria todo lo que mi vida tuvo que pasar para llegar hasta aquí.

Empezando aquél día en la cafetería.

—Hola —saludó amablemente, tendiendo su mano.

—Hola —sonreí a medias, estrechando su mano. 

Dándome cuenta que era uno de los chicos al que la gente prestaba atención.

—Soy Jared. —me dijo.

—Becca. —dije, mientras él me daba una sonrisa.

O cuando mi corazón latió tanto, que aquel día comenzó a ser ese defecto que él empezó a amar tanto.

—Por favor, Becca, creeme que me harías muy feliz si lo aceptas.

—Esta bien, lo aceptó, muchas gracias, de verdad...te amo, mucho -murmuré, dándome media vuelta, llevando mi mano hacía su mejilla.

—Tambien te amo, pequeña.

Aquella tarde cuándo sentí que mi amor se iba para siempre, cuándo sin necesidad de un beso, me hizo sentir completamente llena.

—¿No te basta con saber que te amo? Tú eres suficiente para mí, eres perfecta ante mí, no necesito a una modelo de cabello rubio si no encuentro lo que yo descubrí en ti, eres inteligente, hermosa, todo lo que yo deseé en alguien, tú lo tienes.

Aquél huracán en que estábamos metidos y que pretendía que aquello acabara pronto pero sólo era el inicio de ese dolor.

—Prometeme que esto acabará pronto, por favor –suplique indefensa.
Terminando aquella canción, corrí hasta sus brazos, quienes que acogieron con las misma intensidad de siempre.

No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora