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Agosto 16 del 2017.

Hola –Ivy me sonrió, recostada en una pequeña cama y al frente de ella un gran balcón con vista al mar, aquello fue una sorpresa que Jared le obsequio.

No pasaría esos últimos días en una fría habitación de hospital, así que la trasladamos a una pequeña casa, sus padres de Ivy estaban mas que desconsolados, pero cuándo veían a su hija, eran puras risas, contando pequeñas anécdotas mías con ella y de su familia, recuerdos que Ivy se llevaría por siempre.

Tal vez este sea mi último día con ella o tal vez me queden unos cuántos más, nadie sabía, es ahora cuando entiendes perfectamente aquella frase que dice vive cada día como si fuera el último día de tu vida.

¿Qué es lo que harías si así fuera? Dar amor, alegrías, unión, hacerle entender cuánto amas a esa persona especial antes de que tú o ellos se vayan, nadie se iría de casa sin despedirse o peleando sabiendo que jamás volverá esa persona, si así fuera la vida tal vez todos la apreciaríamos mucho más.

—¿Cómo te sientes? –le pregunte, recostando mi cuerpo a su lado.

—Bien, fue un bonito regalo de Jared, ¿no es así? –me preguntó, girando su cabeza al lado izquierdo, mirándome con una pequeña sonrisa.

—Si, mucho, que bueno que te guste –sonreí mientras que con mi dedo índice toque la punta de su nariz, causando que se ría.

—Y... ¿Qué harás ahora? ¿Después de mí? –me dijo, elevando la comisura de su labio.

Tal vez aquella pregunta me hubiera hecho llorar hace unos meses, sin embargo, ahora con ella, me fue algo ya sencillo de escuchar.

—No lo sé... Tal vez me vaya y comience de cero, a dónde la vida me quiera llevar... De nuevo –reímos.   

—¿Qué pasará contigo y Jared? –su pregunta hizo remover mi estómago y a mi corazón latir con fuerza, cómo si él se encontrara aquí.

—Supongo que yo nunca supe como caminar en su mundo, y él creó que nunca le importe –respondí.

—No digas eso, yo si que podía ver cuánto te amaba... Hasta ahora, Becca, antes de que me vaya, se que él es buen hombre para ti, ¿Alguna vez escuchaste de él lo que paso esa tarde con Trina? Estoy segura que él jamás te quiso engañar, Becca, no sabes cuánto él te ama... Por favor, dime que harás algo al respecto, hazlo por mí.

Mi corazón me dolía al tener que escucharla pedirme aquello, ¿Cuanta razón podría tener ella? mi mente se abrió al saber que jamás hable de aquél tema con él, y me hacía sentir miserable, todo en mí no dejaba de extrañarlo y tal vez haya una razón.

—Lo haré, te prometo que lo haré... Pero si no funciona... –ella me interrumpió.

—Si no funciona, entonces te entenderé, como siempre lo he hecho, no eres tú desde que él se fue, quiero volverte a ver a sonreír, verte feliz, tanto como lo eras junto a él.

—Te extrañaré mucho Ivy... –dijo abrazándola, mientras mis lágrimas salían sin algún permiso.

—No te preocupes por eso, veras que siempre estaré ahí, lo sentirás porque siempre te estaré molestando, ya verás –ella emitió una pequeña risa junto a la mía.

Agosto 19 del 2017.

y sin saberlo, fue así como escuche la última risa de Ivy, mi último recuerdo con ella, se ha ido para siempre, se que esa chica de cabello rojizo hizo algo más grande que hacerme feliz, lucho como no tienen idea, me dijo no querer verme llorar el día de su funeral, sin embargo, fue inevitable.

Simplemente me levante de aquel asiento, cogí aquella foto de pequeñas y lo coloque encima de las tantas flores que había en aquel ataúd, se llevo una parte de mi corazón y no se como haré para recuperarlo.

Mamá, Ben, Dylan, Jared, Louis todos estaban ahí, comenzaron a bajar aquella caja hasta los mas profundo de aquella tierra y fue cuando decidí alejarme.

Mi cabeza repetía una y otra vez que ella jamás volverá, y aunque ya me resigne a aquella espantosa verdad, no evitaba sentir a mi corazón estrujarse.

Llantos se escucharon de su madre, haciéndome recaer en uno de esos tantos árboles que adornaban el cementerio, llorando y pensando en como podré salir de este agujero.

—Cielo, levántate por favor... Vamos a casa, ven con mamá. 

Ella me tendió su mano, ayudándome, mientras escuche la voz de Dylan a mi atrás.

—¿Podrías llevarla al auto? Olvide algo –le dijo mi madre mientras se iba.

—Dylan, Ivy no volverá... –le dije, mirando sus ojos que estaban igual de rojos que los míos, solo me abrazo, llevando mí cabeza a su pecho.

—Te prometo que ya pasará, lo juro. 

Entre tantas personas que salían del cementerio, lo vi a él, de pie mirándome con dolor, y sin poder hacer nada, tan solo me observó, y se fue cabizbajo, no sabía cuánto necesitaba de sus palabras ahora, sin embargo, por ahora, estaría encaminando el deseo que Ivy quería para mi y Jared.

Haré realidad su última voluntad, aunque eso pueda terminar dañando lo último que me queda de fuerza.

Ivy jamás desaparecerá de mi vida, ni de mi mente, siempre la recordaré con aquella sonrisa que hacía que mis peores días se convirtieran en algo resplandeciente.

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No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora