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Becca.

Y cómo era predicho, Ben termino pidiendo la mano de mi madre esa misma tarde, me alegraba que por fin hayan decidido dar aquél paso en sus vidas.

Ellos dos organizaron una pequeña fiesta en familia tres días después del compromiso, para así avisarles a todos, sentí un gran vacío en mi estómago al verme a mi misma sentada en aquella silla mientras todos se divertían, aquella copa de vino tinto en mi mano estaba por acabarse, eran más de la una de la mañana de un viernes.

Comencé a sentir aquella sensación de malestar, no tenía a Ivy en está oportunidad, si es que lo estaría tal vez ahora me encontraría bailando en aquella pista junto a ella, tratando de que tomara una y otra copa de whisky sabiendo que caeré en el piso apenas terminando el tercer sorbo como aquella ves en mi cumpleaños número 18, reí con nostalgia al recordarlo, ella no estaba aquí y Dylan de igual manera, limpie mis lágrimas.

Me levanté de la silla, dejando aquella copa a un lado y sacudiendo un poco mi vestido morado que me llegaba justo en mis rodillas.

Estuve por salir del salón cuando Ben me observó, con esa intención de caminar hacia mi pero tan solo negué con la cabeza y salí de ahí.

La azotea estaba al costado de este salón así que fui hacia allá, apoyando mis brazos justo en la baranda, donde se podía ver todos los grandes edificios de Nueva York, de pronto sentí un pequeño escalofrío y de alguna manera algo pincho mi codo.

Sonreí de lado, observando hacia el cielo, tal vez ese habrá sido un pequeño abrazo de ella, me senté en el piso, prendiendo mi celular que marcaba las 2:10 am con un mensaje extraño de Jared siendo un emoji de unas escaleras.

Fruncí el ceño, riendo, pensé que estaría durmiendo a estas horas, escribí un mensaje pero antes de enviárselo, las puertas de la azotea se abrieron, viéndolo de pies a cabeza frente mío, vestido con traje.

Me puse de pie sin dejar de mirarlo, elevando la comisura de mi labio.

—¿Un emoji? ¿Así es como ahora te comunicas? –pregunte riendo a la misma vez que él mientras se acercaba.

—Fue mi manera más rápida de decirte de estaba aquí... Veo que se te corrió un poco de maquillaje. –me dijo, limpiando con su pulgar una parte del lagrimal.

—No es nada... ¿Cómo sabías que estaba aquí?

—Anne y Ben me invitaron a su fiesta de compromiso, no te encontré cuándo llegué pero Ben me dijo que estabas aquí... Así que aquí estoy, ¿Me dirás lo que paso? –me observó, tratando de comprenderme y sus manos frías volvieron a tocar mi rostro.

Me envolví en él, sus brazos hicieron la misma acción, juro que estando con él se siente esa paz que es lo único que necesito, por dios, ya debería de aceptar que lo quiero conmigo ahora.

—Hablé con Dylan lo que ocurrió el otro día y... Como siempre no se lo tomó bien.

—¿Se lo dijiste? –me pregunto con algo de impresión, alejándome un poco de él para poder apreciar mis rostro sin acortar el tan poco espacio que teníamos del uno al otro que hacia mis piernas temblar.

—Si... No le dije la otra parte pero necesitaba saberlo... Él no quiere saber nada de mi ahora –dije cabizbaja.

—Él lo entenderá... Entonces, si se lo dijiste fue por alguna razón, ¿no? –me preguntó elevando mi rostro.

—Bueno... No lo se... Creo que sí... No se... esto es difícil ¿Sabes?

Él emitió una risa, burlándose de mis nervios tan notables.

—Volvamos a estar juntos Becca... Ni siquiera tendría que pedirte esto porque siempre lo estuvimos... –me susurró sintiendo su tibia respiración, el roce de sus manos en mi rostro me hacían débil ante él pero tan fuerte para lo demás —Vuelve a mi vida tan solitaria Becca.

Él rió conmigo, mientras en mi cabeza divagan tantas respuestas ante esto, sin embargo... Ivy tenía razón, esta estaba siendo una nueva oportunidad, y lo mejor de todo es que él nunca cometió aquél error que mi corazón no podía quitar, porque no empezar de nuevo.

—Si, y esta vez será diferente –besé sus labios, sonriendo —Te amo.

—Por supuesto, ¡también te amo! –exclamó haciéndome reír.

Él me sostuvo en sus brazos, llevándome fuera de la azotea.

—¡Oye! ¿Qué haces? –pregunte mientras mis risas no tardaban de aparecer.

—¿A donde quisieras ir? Podemos ir a bailar si quieres, ya no pretendo dejarte ni una sola vez.

Sonreí, mientras el me bajaba de sus brazos.

Lo observé, sintiendo como si pudiera alcanzar las estrellas con una simple mirada suya, volví a sentir mi corazón completo, y aquello era lo que Ivy quería al igual que yo, no podía negar cuanto lo amaba, preferiría pasar miles de pesadillas pero solo junto a él, enfrentarme a cualquiera solo si lo tengo a mí lado, mi fortaleza, mi delirio, mi amor, todo eso era y será por siempre.

Besé sus finos labios, que me correspondieron firmemente, sus manos sostuvieron mi cintura, haciéndome acordar aquella noche de mi graduación.

Su beso incremento, corriendo sus labios por mi cuello descubierto.

—¿Esta vez será diferente? ¿Todo? –le pregunte, juntando nuestras frentes.

—Todo, te lo prometo.

Salimos de aquel pasillo de recepciones, corriendo hacia la planta baja.

—¿Qué hacemos aquí? –pregunte, teniendo mis tacones en mis manos parados en frente a una puerta.

—Dame el sujetador de tu cabello.

Se lo di, mientras que con eso abrió aquella puerta, donde nos adentramos a la habitación que era bastante grande.

—¿Y si nos descubren? –pregunte mientras reía al ver como volvía a elevarme en sus brazos.

—No lo harán, es muy tarde.

Sonreí, atrapando de nuevo sus labios contra los míos, sintiéndome de la misma forma que aquella noche, amando la forma en que me trataba, sus manos frías por la baja temperatura tocaban mi espalda ahora ya descubierta, extrañaba tenerlo de esta manera, siendo el único hombre a quién he entregado todo de mí y será así hasta que mi corazón deje de latir.

No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora