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Becca.

La ciudad en la que por fin aterrizo el avión luego de nueve horas de viaje fue en España, lugar donde había pensado quedarme pero fue algo​ mas que eso, llevándome hasta la isla Mallorca, un sitio algo alejado de la ciudad, con una vista preciosa del mar tan cristalina, y el calor aún siendo de noche, no faltaba en aquél lugar.

—¿A dónde vamos? –le pregunté, al ver que nos alejábamos de los hoteles que habían por ahí.

—Estamos cerca –me dijo, y era cierto.
Casi justo al espalda del lugar, había una casa, con ventanales de vidrio, bastante hermosa y desde aquí se podía ver los muebles que habían allí y algunas decoraciones, quede maravillada.

—Fue un regalo de bodas de Alexa y mí hermano. –escuche decir detrás mío.

Yo aún no terminaba de asimilarlo, todo esto sería para nosotros, no pensé que la sorpresa fuera tan grande, el viaje tan arduo valió la pena, mis pies me mataban, pero claro, quien viaja con un par de tacones, esto estaba en contra de mi voluntad si no hubiera sido por Elena quien me obligo a ponérmelos, me los quite antes de poder entrar pero fue cuando escuche el rápido sonido de las maletas caer en el piso y estar en los brazos de Jared.

—Ya perdí la cuenta de las tantas veces que me cargaste contra mi voluntad –reí, mientras él empujó la puerta con suavidad.

—Te habrás dado cuenta por Elena lo tan tradicionales que somos –me dijo sonriendo, mientras me bajaba de sus brazos ya dentro de la casa —Anda viendo las habitaciones, yo iré en un rato.

Asentí, caminando por el pasillo, encontrándome con la primera habitación que era el baño, muy grande a decir verdad, puse mi bolso de mano en frente al lavado de un mármol blanco, mientras me iba a la siguiente habitación, no había muchas a decir verdad, ya que la sala de estar era muy grande y en la esquina de esta se encontraba una pequeña cocina, y en la refri ya estaba instalado alguna que otra comida.

Entré en el último, donde por supuesto, era nuestra habitación, abrí las puertas que estaban frente a unos metros de la cama descubriendo una vista al mar y de la luna que brillaba tal como un diamante, habían dos lámparas a cada costado de la cama, suspire, tomando consciencia que esta sería mi primera noche como esposos.
Escuché sus pasos venir, junto con algunas maletas que los colocó en la pequeña mesa de centro.

—¿Te gustó? –me preguntó.

—Me encanta –respondí, dando media vuelta sobre mis pies descalzos, encontrandome con él.

—¿Estas cansada? –volvió a preguntar.

—No mucho –respondí, elevando la comisura de mis labios al sentir su mano acariciar mi Mejilla.

—¿Quieres que te de algunos minutos?

—Si es posible.

Él me sonrió, dejando la habitación, me sentía algo estúpida sintiéndome nerviosa por lo que iba a venir, esto ya lo he hecho antes, no es como si fuera la primera vez, me dije, pero claro, esto es muy diferente.

Con el corazón algo acelerado, abrí mi maleta, descubriendo lo que Elena había preparado para mí, mis mejillas se enrojecieron al ver encajes y babydolls, mas de tres, juro que la mataría una vez terminada todo esto, puso también ropa interior que tal vez yo jamás me atrevería a usar, te odio tanto en estos momentos Elena.

No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora