47

246 21 4
                                    

Becca.

—¿Porque no llevas tu anillo? –me preguntó Jared mientras subíamos al auto.

—Solo no quiero perderlo –respondí, siendo una excusa muy tonta.

—O no quieres que Dylan lo vea –dijo sonriendo, sabiendo que era verdad y tan solo bufé.

—Por lo menos hasta que lo sepa –suspire.

—Cómo usted ordene –dijo con aquella sonrisa de picardía mientras arrancaba el auto.

Puse mis ojos en blanco mientras él se reía de la situación.

Hace como una semana que fue la propuesta de Jared, y tanto como la familia de él y la mía ya estaban enterados de la noticia, no me lo había esperado, pero, la familia de Jared viajó de Seattle hasta aquí para conocerme a mi y a mi madre, la reunión sería en mi casa, así que no sabíamos si ellos habían llegado ya, tan solo les dimos una dirección exacta.

—No pensé que se llevarían tan rápido –dije, bajando del auto junto a a él.

—Ni yo –sonrió, extendiendo su mano hacia mí —Vamos.

Su mirada tan cálida hizo darme un poco de paz, quería que todo saliera muy bien, y al parecer por las risas que se escuchaban hasta aquí afuera estábamos comenzando bien.

—Mirenla... Tu debes ser Becca –me dijo al parecer siendo la madre de Jared, su voz eran tan dulce y hogareña apenas la escuché.

Entramos a casa, donde pudimos ver a mamá junto a Ben, y una chica de cabello oscuro a quien desconocía.

—Soy Tania, mamá de Jared y ella es Elena, su hermana –me dijo aquella señora con una agradable sonrisa.

—Un gusto conocerte Becca, seremos muy buenas amigas y claro... mi cuñada –me dijo, mientras reíamos, me entró un pequeño escalofrío al saber lo tan cerca que estaba por tener una nueva familia.

—Mucho gusto... Pienso lo mismo –sonreí.

Elena era una chica de contextura delgada, igual a mi tamaño y con un estilo muy producido, haciéndome recordar a Ivy, su perfume se hacía notar fácilmente.

Por otro lado estaba la madre de Jared, Tania, su cabello era de color castaño, con unos grandes ojos verdes, tenía una mirada angelical, me hacia sentir una gran confianza.

—Bueno, empecemos a celebrar, traeré el vino –dijo mi madre, quien inmediatamente Tania la acompaño hacia la cocina.

—No me dijiste que tenías una hermana –susurré hacia él, mientras este solo reía.

—Quería que fuera sorpresa, además, espero que hayas disfrutado tus últimos días porque creo que no te podré librar de mi hermana ahora. –él sonrió, llenándome de confusión.

—Y bueno... ¿Han empezado con los preparativos? –nos pregunto Elena.

—Aún no, supongo que haremos una boda sencilla –respondió Jared.

—Será difícil encontrar a alguien quien nos ayude con todo –dije.

—Oh no... Nada de sencillez aquí chicos –dijo ella haciéndonos reír.

—Estoy de acuerdo con ella –dijo Ben.

—Al parecer ya tenemos a alguien quien te prepare el vestido –dijo ella, mientras que Ben nos guiñaba el ojo —Yo me encargaré de lo demás.

—¿Segura? No quiero que sea una carga para ti... –dije con un poco de timidez.

—Para estos casos, esto no lo ve para nada como una carga –me susurró Jared, riendo ante aquello.

—¡Claro que no! Haré esto muy bien y claro, con ayuda de Anne y mi madre.

Y así fue como pasaron casi toda la tarde hablando sobre nuestra boda, no podía evitar sentirme algo nerviosa al respecto, pero trataba de sobrellevarlo.

Estaba en el lavado, cuando por la ventana observe a Dylan de pie a lo lejos en una esquina, al parecer queriendo caminar hasta aquí, mi pulso se acelero cuándo observe que él ya se encontraba viniendo para acá.
¿Qué era lo que tenía que hacer?

Tomé la decisión rápida de salir de casa y no tenerlo tan cerca de esta, al menos tenía que intentarlo ya.

—Saldré un rato, vuelvo pronto –dije a los demás quienes a excepción de Jared que pudieron creerme.

Simplemente deje atrás la desconfianza de Jared y salí de la casa, tan solo pensaba que desgraciadamente esta seria la forma en que Dylan se enteraría de todo.

—Dylan... –dije, Observando como me veía algo sorprendido.

—No pensé que estabas aquí –me dijo, dejándome algo confusa y a la vez desilusionada —Vine a ver tu madre, la mia quería enviarle una invitación, no estoy seguro de que sea.

Entonces sin mirarme, caminó nuevamente hasta la casa, dándome media vuelta para intentar retenerlo.

—Espera... Dylan, necesitó hablar contigo. –dije con mi voz entrecortada.

—¿Qué? ¿Te casarás? Tu madre me lo dijo ayer... No hay nada de que hablar.
Me desconcertó por un momento, pero me sentí algo aliviada de que al menos ya lo sabía.

—Si hay algo de que hablar... ¿Porque no respondías cuando te llamaba?... Oye, te estoy hablando –dije abruptamente al ver que no me prestaba atención.

—Solo quiero ya no verte Becca... –él bufo, caminando hasta mí y entregando aquella carta —Solo dale esto a tu madre, no tengo nada que hacer aquí.

—¿Así que no quieres verme nunca más? –pregunte con el fuerte dolor en mi pecho.

—Esto es lo mejor.

—¿Qué pasa? –escuche la voz de Jared quién venía hasta mí y fue cuando Dylan simplemente se fue, dejándome en la nada.

Me sentía tan culpable, ser la dueña de su pena me tenía abrumada, estar con Dylan siempre fue mi sustento, mi otra mitad, tan solo le rogaba al cielo que Dylan pudiera entender esto, que volviera a mí, porque lo necesito más que a nada.

—Volvamos adentro –me dijo él , envolviendome en sus brazos una vez más, pero aquello no podía apagar todo lo que estaba sintiendo en ese precisión momento.

¿Qué podía hacer si no me quería a su lado?

No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora