No Way » Jared Leto

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Ivy.

—Ivy... -escuche decir a Louis con su voz y expresión que transmitirán terror, esperándome lo peor.

—¿Qué pasa? ¿Por que esa cara?

—Es Becca.

Y mi mente se puso a imaginar un sin fin de cosas.

—¿Qué... Qué le ocurrió?

—Llego al hospital por un dolor en su estómago, el bebé no está avanzando muy bien, su dolor aumento y se desmayó, la Llevaron a emergencias pero aún no despierta.

—Llévame con ella Louis... ¡Ahora!

Aunque mis fuerzas de esa noche no me ayudaran mucho y tuviera que ir hasta ella en silla de ruedas, tenía que verla, preguntándome porque ahora nos está ocurriendo esto, ¿Qué fue lo mal que hicimos?

Luego de dos días, ella aún seguía ahí, postrada en esa cama luego de un doloroso dolor que atravesó y que hasta ahora no puede superar.

Jared ha estado aquí desde esa noche, Shannon me dijo que ya estaba enterado, y de tan solo pensar en el dolor que debe estar sintiendo ahora mi corazón se estrujaba.

Su semblante no era para nada bueno, horas y horas mirando a ella, diciéndole cuánto sentía haberle ocasionado tal dolor, sin embargo, nada la hacía despertar y si Becca no lo hacía pronto, no sabremos si el corazón del pequeño bebé siga latiendo o tal vez ya dejó de hacerlo, aquello parecía matar a Jared.

Dylan por otro lado, estaba con Becca de igual manera, a veces me sorprendía el amor que esos dos chicos pueden sentir por ella a pesar de todo.

Becca.

Nunca he llegado a pensar en como sería mi muerte, y digamos que la mayoría de nosotros nunca lo hemos hecho, no es nada genial pensar como terminara tu vida, sin embargo, esta vez me obligaba a mi misma en pensar en aquello, decidir si quedarme aquí y tener que luchar contra lo que se viene para mí o irme con la única persona que me ama en verdad sin si quiera haberle conocido antes.

Mi cuerpo me pedía pelear, pero si no tomaba una decisión ahora esas fuerzas se irían para siempre, solo una vez más Becca, intentemos una vez más, pensé.

Tenía miedo, al abrir mis ojos, lo único que mi mente hizo fue condenarse a pensar en mi bebé, mi vista cegada por una capa de lágrimas, mientras observaba cómo los demás en mi alrededor se preguntaban que era lo que me ocurría, preocupados mezclándose con la felicidad de tal vez verme despertar.

Sigo sin entender cómo es que sus ojos siempre lograban atraparme, sentado justo a mi lado, cómo aquél sueño que tuve antes de poder conocerlo, ahora es cuándo comprendo aquello.

Este era mi destino, aquella llama en la habitación de aquel sueño, siempre fueron esas personas que ahora están atormentandome, tanto a mí como a él, y aunque haya deseado jamás haberlo conocido, de alguna u otra forma iba a suceder.

—Becca... –escuche en eco una voz masculina, reconociendo a Dylan en un instante —¿Cómo te sientes?

Mi fuerzas no eran para nada fuertes como para poder responderle.

—Quédense aquí... Llamaré al doctor –dijo mamá a quién vi salir de la habitación.

Todo iba en cámara lenta, quisiera poder responder a las preguntas que Jared o Dylan me hacían, sin embargo, no lograba hacerlo.

—Ella estará bien, déjenla retomarse un poco –escuche a Ivy, quien la vi venir en pasos lentos mientras me tocaba las manos —Relajate Becca.

Sus manos están muy frías, haciéndome temblar, ella empeoraba.

Vi llegar al doctor junto a dos enfermeras quienes vinieron hasta mí, cambiando las agujas de mi mano y tomando mi temperatura, cerré los ojos en cuánto sentí la aguja entrar, provocándome una inquietud.

—Haremos el ultrasonido ahora mismo, la llevaremos a otra sala, sólo puede ingresar una persona... Si desean... –dijo el doctor esperando a que uno hablará, pero no basto un segundo para escuchar esas dos voces que reclamaban ir.

—¿Quién es el padre del bebé? –pregunto una de las enfermeras.

De repente escuchando el "yo" de parte de Jared, mientras me aislaban de la habitación escuche un gruñido de Dylan, cuánto quisiera que los dos pudieran venir.

Lo que sea que este por venir, mi bebé... Si esta aquí ahora o no, quiero que sepa que fue lo mejor que he podido crear, y aunque tal vez nunca le conozca, siempre será mi adoración, mi gran amor hasta antes que su padre llegará a mi vida.