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Lauren's POV

Miré la entrada de la piscina con la toalla al hombro, y mi primo Darren al lado. Eran ya las cuatro de la tarde, y aun así casi no había nadie en la piscina, sólo unas cinco personas, y es que en aquél pueblo se acostumbraba más a ir al lago.

Había un grupo de chicas y... Y bueno, estaba la chica del maíz. O mejor dicho, Camila. Sí, debía empezar a llamarla Camila. En mi mente la llamaba la chica del maíz porque era la chica del maíz, literalmente. Una vez entré en casa de los O'Donell y vi una foto en la que salía ella cuando tenía unos 5 años y se estaba comiendo una mazorca que era más grande que sus manitas. Cada vez que Tom hablaba de su nieta, mi mente decía 'vaya, la chica del maíz'.

—Joder, cómo está la vecina. —Susurró mi primo Darren, entrando para poner las toallas en el césped. —Vaya culo que tiene.

—Cálmate. —Rodé los ojos negando, quitándome la camiseta y el pantalón. —Yo la pedí primero. —Justo en ese instante, Camila y sus amigas nos miraban, y ella me sonrió.

—No tienes ninguna posibilidad con ella. Es, claramente, hetero. —Se rio mientras caminábamos hasta las duchas, que abrió para meterse debajo.

—Tú tampoco tienes ninguna posibilidad con ella. —Dije riéndome, acercándome al borde de la piscina con él.

—¿Por qué no? —Se miró los abdominales y luego me miró a mí.

—Porque eres, claramente, gilipollas. —Lo empujé a la piscina y cayó levantando un montón de agua, y yo me zambullí de cabeza tras él.

Al salir, lo primero que vi, fue a Camila levantarse de la toalla y sujetándose bien el bikini, ajustándolo a sus pechos. Eran redondos y bien formados, tanto, que Darren y yo nos quedamos mirándolos, y le di un golpe en el brazo al notarlo.

—¡Ouch! —Frunció el ceño, mientras yo nadaba hasta el borde de la piscina donde Camila se estaba sentando.

—Hola, soy Darren. —Se presentó mi primo, poniéndose al lado de sus piernas. Camila sonrió, ladeando la cabeza. —Soy el hijo mayor de los Jauregui.

—Lo sé. Lo sé. —Asintió con los ojos cerrados. —Encantada de conocerte. —Respondió ella. Me alejé un poco, la verdad es que sí tenía pinta de ser la típica hetero que le gustaba tontear y dejarte con la baba colgando, así que preferí no decir nada.

—¿Y cómo es que no nos hemos conocido antes? Podría haberte enseñado el pueblo, ¿no crees? —Camila soltó una risa, recogiéndose el pelo en un moño, dejando caer algunos mechones de pelo a los lados de su cara. Se humedeció los labios y miró a Darren.

—Porque ya conozco el pueblo. —Sonrió de forma algo forzada, y luego me miró a mí, con una sonrisa algo más amplia. —¿Y qué hacéis en la piscina?

—Pues... —Me quedé en silencio, y Darren, de un salto, se sentó al lado de Camila en el borde.

—Celebramos el cumpleaños de Lauren.

—¿Qué? ¿Es tu cumpleaños y no me lo has dicho esta mañana? —Dijo algo incrédula, pero sin borrar la sonrisa.

—Se me había pasado. —Me excusé riendo, pasándome la mano por el cuello. Saltó a la piscina y caminó hacia mí, enganchando sus brazos a mi cuello, dándome pequeños golpecitos.

—¡Felicidades! Madre mía cielo... ¿Cuántos cumples? —Aquél cielo casi me deja bocabajo y ahogada en la piscina.

—Veintitrés. —Nos separamos y la miré a los ojos. Al escote. A los ojos, a los ojos. Jauregui, céntrate por tu puta vida. A los ojos. Sonreí. —¿Y tú cuántos tienes? Veinte, seguro.

la chica del maíz; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora