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Camila's POV

—El otro día al levantarme me encontré con que ya no me quedaban espaguetis, ¿quién coño se los comió? —Comencé a reírme en alto al escuchar a Dinah enfadada, retorciéndome en la hamaca, y ella me dio con la pierna en las mías.

—Nos los comimos Lauren y yo. —Dije riendo, quitándome las gafas de sol.

—Joder, seguro que follasteis. —Se lamentó Dinah negando. —Y follasteis en MIS COLCHONES. —Se incorporó alterada para decirlo, pero después se rio.

—No, si hubiésemos follado me habrías escuchado. —Normani giró la cabeza con una mueca de asco mientras sonreía. —Sólo...

—Os liasteis. —Acuñó Normani, apoyando la cabeza en su mano.

—Qué va. Hubo... Toqueteo. —Arrugué la nariz y las dos se quedaron algo confusas. —Pero bueno, algo es algo. —Suspiré mirándolas a las dos. —Pero aún así, estoy arañándome la cara.

—¿Cuánto llevas sin follar? —Dijo Dinah riéndose, cogiendo el bote de crema de su bolso.

—Seis meses.

—Uhhhhh. —Las dos entrecerraron los ojos mientras negaban. —Pobrecita. —Dijo negando.

—Entre exámenes finales, entrevistas para museos, el trabajo de fin de carrera... ¿De verdad te crees que voy a pensar en eso? —Solté una risa jugando con las patillas de mis gafas. —Y ahora que ya estoy relajada, pues mira chica, me subo por las paredes. —Las tres comenzamos a reírnos, inclinándome un poco en la hamaca. —Y encima es Lauren, que respira y ya me tiene alterada, pues...

—Alterada sí, te altera el c

—¡Dinah! —Grité dándole con mi pie en su pierna. —Pues sí, mira, si yo te contase...

—¿Qué vas a contarles? —Escuché a mi espalda. Eché la cabeza hacia atrás y vi a Lauren con una camiseta gris, que movió la cabeza para mirarme.

—¿Cuánto llevas ahí? —Dije arrugando la nariz con una risa.

—Acaba de llegar. —Apuntó Normani que estaba frente a nosotras.

—Nada, les contaba lo buenos que estaban los espaguetis de Dinah. —Lauren dio la vuelta a la hamaca y dejó su toalla en la de al lado, quitándose la camiseta.

—¿Vienes conmigo al agua? —Puso una mano sobre mi muslo, moviéndolo un poco.

—Sí. —Me levanté de la hamaca y caminé tras ella, siguiéndola hasta la ducha. —¿Por qué te duchas?

—Porque quiero. —Tiró de mi brazo y me metió bajo el agua congelada.

—¡Lauren! ¡Te odio! —Salí rápido del chorro de agua y ella se reía a carcajadas, abrazándome luego.

—No, no me odias. —Hice un puchero y le di un pequeño golpe en el costado,  y se separó saltando al agua, que le llegaba por el pecho. Yo me senté en el borde, y me impulsé para saltar, pero a mí el agua me llegaba por el cuello.

—Vamos más allá, por fi, que casi no hago pie. —Lauren miró a la zona baja, donde había dos personas, y arrugó la nariz, cogiéndome de los muslos.

—¿Mejor? —Asentí pasando los brazos por su cuello, dándole un beso en la nariz, y luego otro tierno en los labios.

—Es muy raro. —Lauren frunció el ceño. —No, no tú, sino... Estoy viviendo como una adolescente este verano y... Cuando acabe, tendré una vida de adulta. Sé que estoy preparada, pero... —Solté una risa leve. —Se me hace extraño vivir estas cosas ahora.

la chica del maíz; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora