Capítulo 15

3.3K 410 20
                                    

Se despidieron con breves palabras de cortesía. Aidan mantenía su seriedad habitual; Liam sonreía levemente, calmado; Kate también sonreía, con algo de cansancio; y, Lia tenía una pequeña sonrisa de fastidio.

–Creo que las palabras se me dan mejor que los gestos –dijo Lia, mirando la amplia sonrisa de Aidan–. ¿Te estás burlando de mí?

–Jamás –la ironía en su voz hizo que Lia quisiera borrarle la sonrisa.

–Me gusta el jardín –observó, dejando de lado los comentarios sobre la cena–. Siempre me gustó, es hermoso.

–Lo sé –asintió Aidan, extendiendo las manos para sentir como caían pequeños copos de nieve–. ¿Cómo fue que decidiste pasar aquí la navidad y no con tu familia? No lo entiendo.

–Yo tampoco –suspiró Lia–. Bien, tiene una razón, pero es algo tonto; te burlarás de mí.

–No me atrevería –Aidan la miró–. Dime Eliane, ¿qué te trajo hasta aquí?

–La nieve –sonrió, mirando al cielo– siempre he soñado con una blanca navidad –se sonrojó levemente–. Es algo infantil, lo sé, pero siempre lo he deseado. Cuando cinco años atrás estuvimos aquí, la tuve y fue maravillosa. Sin embargo, tú y yo sabemos que no es lo que queremos recordar y menos cuando la navidad es una época tan importante para mí. Así que traté de borrarla y secretamente seguí anhelando mi blanca navidad... –finalizó con un suspiro.

Aidan la escuchaba fascinado, mientras pensaba que él tuvo cientos de "blancas navidades" y en realidad nunca le importó demasiado. Los viajes con su familia no eran dignos de recordarse porque eran como cualquier otro, como un día cualquiera, nunca todos juntos ni nada parecido. Pero eso, a él jamás le había afectado. Se había acostumbrado a estar solo... con su hermano gemelo. Luego todo había terminado.

–¿Te asusté? –Lia soltó ante su largo silencio–, ¿te parezco superficial?

–Nada de eso, me encanta lo que simboliza para ti y quisiera contagiarme de tu espíritu también. Para mí es un día más... –se encogió de hombros–, pero eso sí, entiendo tu fascinación con la nieve. A mí también me encanta, verla caer me ayuda a pensar, no sé por qué razón. En fin, entonces, ¿es ese el motivo para que aceptaras venir aquí?

–Creo –contestó con cautela–. En realidad, no podría precisarlo. Simplemente no lo pensé. Y, aquí estoy.

Lia se acercó a Aidan hasta quedar a su altura. Tomó su mano aún extendida y entrelazó los dedos con él. Aidan la miró, en la oscuridad pudo notar un brillo travieso en los ojos de Eliane. La tomó entre sus brazos. Ella pasó los suyos por su cuello y lo atrajo hacia sí. Lo besó.


***


Liam tomó la mano de Kate para ayudarla a subir las escaleras. Acomodó un mechón de su cabello y cerró la puerta tras de sí con cuidado.

–¿Sucede algo, Kate? –preguntó, preocupado–. ¿Te sientes bien?

–Sí Liam, no te preocupes –trató de sonreír–. Es solo que, aún no me acostumbro a la idea, ¿sabes? –Kate lo miró–. No me malinterpretes, soy tan feliz contigo pero... no puedo perdonarme el daño que les hicimos. Ahora estoy realmente convencida que puede ser algo que jamás olvidarán y no quiero vivir con la culpa, no más Liam. Necesito que nos perdonen.

–Kate, amor, está bien –la abrazó para calmarla–. Yo sé lo duro que nos ha resultado esto, perdimos a personas que queríamos y apreciábamos pero, ¿qué podíamos hacer? Todo sucedió tan rápido y la boda precipitó todo. Nuestra boda sin duda fue el desenlace más inesperado, lo sé; sin embargo, lo he analizado una y otra vez y no encuentro ninguna otra salida. ¿Debías casarte con Aidan? No, porque no se amaban de esa manera. ¿Debí quedarme de brazos cruzados por más tiempo? No, porque yo no iba a correr el riesgo de perderte para siempre. ¿Había otra manera? Tal vez, pero ¿cuál?, ¿en qué momento pudimos pararnos a considerar otras alternativas? Bien, una boda debía ser celebrada en cuestión de días, ¿cuál era la solución?

–Cancelarlo todo, Liam –respondió Kate–. No debimos casarnos de esa manera. Fue impulsivo y dañó a todas las personas a nuestro alrededor, incluso a nosotros mismos.

–Bien, ¿tú crees que habría sido diferente si nos casábamos en otra fecha, organizábamos otra boda, o esperábamos un tiempo?

Kate dudó. No, nada hubiera sido diferente porque Aidan continuaría pensando que "algo" los impulsó a tomar esa decisión y Lia se alejaría de ellos igualmente. No, no había otra manera. Pero no podía aceptarlo. No quería.

–No quiero esta sombra sobre nosotros Liam. ¿Crees que podríamos solucionarlo de alguna manera? Han pasado cinco años y...

–Amor –Liam la miró con todo cariño y añadió–, con Aidan, pueden pasar cien años y él no cambiará sus resoluciones. No existe nada que podamos hacer, lo siento tanto.

–Tiene que existir una manera. Yo sé que debe existir.

Kate miró hacia las montañas cubiertas de nieve que se elevaban majestuosas fuera de la ventana y pensó en Aidan, en Lia, en Liam... en los cinco años que habían pasado desde aquella precipitada boda donde lo mínimo que podía decirse era que fue inesperada. Cambió de novio y ahora tenía a Liam.

Liam trató de calmar las lágrimas que recorrían las mejillas de Kate. Siempre había sido un tema sensible entre ellos la boda y la pérdida de Aidan y Lia; pero con el embarazo, Kate se había tornado más decidida en solucionar las cosas. Y él no podía darle esperanzas en algo que sabía perdido. Aidan jamás cedería y Lia no tenía por qué hacerlo. Si tan solo el tiempo volviera...


Liam había intentado acercarse una vez más a Lia antes de tomar cualquier otra decisión. Ella necesitaba conocer exactamente lo sucedido y no juzgarlo por lo que creía que había pasado. Él no quería herirla, aunque sabía que tal vez ya era tarde para eso. Y, aún no encontraba la razón para que ella siguiera ahí después de todo lo sucedido. Pensó que se iría de inmediato la última vez que hablaron, ya que dejó muy claro que no quería verlos más. Pero, aún seguía con ellos... bueno, con Aidan en realidad. Ahora, parecía que no iban a un lugar sin el otro y eso era muy curioso. ¿Pensaba que no se soportaban y ahora eran los mejores amigos del mundo?

Él no era quien iba a cuestionar lo que estaba sucediendo. Tenía mucho que pensar y discernir en su mente, había decisiones que empezaban a recaer en él y no podía huir ni esperar que alguien más solucionara todo por él, como había dicho Aidan que siempre hacía. No más, afrontaría las consecuencias de la decisión que había tomado al quedarse con Kate en lugar de Lia.

–Lia –se acercó y se sorprendió de que Aidan no estuviera cerca. Ella lo miró, aprehensiva–. Solo quiero hablar contigo un momento.

–Yo no quiero hablar contigo Liam, no tengo nada que decirte.

–Solo escúchame. No es lo que parece.

–Basta, ¿no es lo que parece? Entonces, ¿qué es? –Lia lo miró despectivamente–. ¿Amas a Kate? –preguntó, directamente.

–Bueno, yo... –la mirada afilada de Lia se clavaba en Liam–. Sí, la amo.

–Entonces es exactamente lo que parece, Liam. Entiende, los sentimientos no nacen de la noche a la mañana... así como no mueren de esa manera –agregó, con dolor–. Ahora mismo, lo que menos deseo es verte o saber de ti, y ¿qué debo hacer? Quedarme aquí, sonriendo porque no puedo permitir que nadie me tenga lástima y porque Aidan se ha comportado como todo un caballero y un amigo incondicional. ¡Él, a quien apenas conocía! ¿Puedes imaginarte eso? Yo no estoy aquí para escucharte a ti, para perdonarte o a Kate, ni por nadie más que por mí y por Aidan. Porque mi orgullo no permite que yo huya como si hubiera hecho algo malo. No Liam, aquí estaré esperando lo que tenga que ser.

Sus ojos brillaban de lágrimas contenidas y Liam la estrechó en sus brazos. Lia estaba atónita así que se logró separar luego de varios segundos. Solo lo miró con desprecio y tristeza. 

InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora