Capítulo 5

3.4K 440 26
                                        


Aidan paseaba por la habitación en la que había colocado sus documentos, adecuándola como su estudio para el poco tiempo que pasaría en ese lugar. Esa cabaña. Finalmente se sentó a mirar caer la nieve, era un espectáculo que podía calmar su estado de ánimo, desde que recordaba así había sido. Cerró los ojos intentado pensar con claridad, no obstante no podía quitarse de la mente el rostro de Eliane. Había sido tanto tiempo y aún la recordaba con absoluta claridad. Sus ojos no se habían borrado de su mente así como el dolor que ella había transmitido.

Cuando sucedió eso, hace ya cinco años, él había pensado que solo era una empatía del momento. Relativamente, estaban pasando por la misma situación. Pero no había sido así... o tal vez al inicio. Sin embargo, cada vez que recordaba el dolor de Eliane, por lo que sentía como una traición, le dolía a él también. Se había recobrado con absoluta rapidez, observaban muchos indiscretos sobre la situación de Kate y su hermano, pero no había sido del todo cierto. Él tan solo era bueno ocultando el dolor cuando alguien más necesitaba de su apoyo. Si había superado de alguna manera la situación, era en beneficio de tratar el dolor de Eliane como si fuera el propio.

Sí. Aidan no había perdonado a Liam y Kate por lo sucedido. Tal vez convivía con ellos cada festividad y cada maldita navidad, pero eso no significaba nada. Él tenía que hacerlo porque no quería explicaciones. Ni darlas ni recibirlas. Solo olvidarlo... dejarlo estar.

Inevitablemente empezó a recordar el momento en que tuvo la certeza que algo no iba nada bien.


Él había terminado de desayunar luego de "jugarle una broma" a Eliane. Había deshecho completamente su equipaje y Kate entró mirándolo con... definitivamente no era una mirada que él, o cualquier otro, esperaría de su novia.

–¿Está algo mal, Kate? –preguntó Aidan directamente.

– Te amo, Aidan –dijo Kate, abrazándolo–. Realmente te amo. No lo olvides ¿sí?

Aidan casi se cae cuando Kate se echó a sus brazos. Acarició su cabello intentando consolarla. Sabía que algo no iba bien pero no tenía idea qué. ¿Sería la boda? Él también estaba nervioso.

–¿Es por la boda? –Aidan la besó con ternura en la frente–. Te prometo que todo irá bien... yo también te amo.

A Kate se le cayó el mundo. Aidan era el hombre que amaba y no se merecía ninguna clase de duda sobre ellos, porque él había sido todo lo deseable en un hombre y estaba ahí, con ella. Y sus pensamientos la traicionaban...

¿Por qué debía pasar esto? Se sentía miserable, totalmente desdichada y traicionera. Ella no había querido que sucediera eso... nada de eso. Hasta aquella mañana, no se había cuestionado nada, se sentía totalmente segura de lo que sentía por Aidan. No es que ahora se lo cuestionara, quiso creer, pero se sentía tan culpable... como si hubiera traicionado a Aidan y tal vez era así.

Pero, ella no había querido. Ni siquiera lo había sabido. Pensó sorprender a Aidan, tenía la bata de Aidan y solo lo abrazó como siempre hacía... ella pensó que los conocía y distinguía bien. Jamás habría imaginado que era Liam.

Cerró los ojos mientras Aidan seguía consolándola con sus caricias. Realmente no podía vivir con la culpa, ese remordimiento que no la había dejado durante las escasas horas que habían pasado. Si tan solo pudiera ser como las demás personas y "restarle importancia". Lia siempre le decía que era muy dramática, pero esto era serio y...

¡Oh Dios! Liam era el novio de Lia. ¿Por qué no podía morir en ese instante?

Kate reprimió un suspiro y sintió como un escalofrío de culpabilidad volvía a recorrer cada terminación nerviosa. Cerró los ojos y se abrazó más a Aidan.

–¿Tienes frío, Kate? –Aidan la apoyó contra él–. Ven, tomemos una chaqueta para ir a la chimenea y que entres en calor.

–Ahí están Liam y Lia –soltó con aprehensión. Él la miró extrañado.

–¿Y cuál es el problema? –en sus ojos se reflejó confusión–. ¿Has discutido con Eliane?

–No. Yo solo... –Kate miraba la profundidad gris de esos ojos y sentía que no podía mentir... no sabía cómo hacerlo–. Yo solo...

–¿Si? –Aidan sonrió tranquilizadoramente.

–Quería estar solo contigo... –Kate tocó su rostro–. Aidan... realmente te amo, pase lo que pase, yo sí te amé siempre.

–Todo estará bien, Kate –repitió sin entender bien el significado de sus palabras. Algo no iba bien y empezaba a dudar que se relacionara con la boda.


Aidan golpeó la mesa frente a él con su puño. No quería que los recuerdos volvieran porque él jamás había logrado ser el mismo hombre después de la gran "noticia" de su hermano y Kate.

Se había vuelto desconfiado, frío y duro. Ya no aceptaba las buenas intenciones de nadie sin buscar un algo detrás... un interés. Nadie hacía algo a cambio de nada. Después de aquel estrepitoso fracaso, su vida amorosa había dado un giro radical y él, podría decirse, odiaba a las mujeres. Todas y cada una de las mujeres que sonreían y provocaban... no valían nada. Terminarían con su hermano tarde o temprano.

¿Amor? El amor para él no existía pues nada bueno había dejado a su paso, más que dolor y traición. ¿Se había vuelto un cínico? Sí, probablemente lo era y estaba orgulloso de eso. Tener sueños no le había conseguido nada. Los había visto rotos uno por uno y él tuvo que soportarlo todo con entereza y una estúpida sonrisa en su rostro.

Solo una mujer existía en el mundo que él podía mirar y encontrar dulzura y cariño, todo lo que una vez vio en ese género. Esa mujer era Eliane. Solo ella había pasado lo mismo que él, a su lado y en cierta manera, había sido un pilar para superarlo. Eliane era la única mujer que ahora valía ante sus ojos.

La única... inalcanzable.


***


Kate paseaba por su habitación mientras tocaba distraídamente su vientre. Le encantaba sentir su redondez y pensar que dentro de pocos meses estaría sosteniendo a un hijo suyo y de Liam. Habían soñado tanto tiempo con tener un bebé que ahora se sentía aún más feliz.

Tal vez eran tantas emociones reunidas a causa de su maternidad o simplemente se había decidido a enfrentar la sombra que había existido sobre su matrimonio desde un inicio, pero sintió la necesidad de retomar contacto con Lia. Quería creer que podía convencerla de escuchar.

Liam no se había opuesto. Él era el hombre más dulce y comprensivo del mundo, pero sabía que también sufría con la frialdad de Aidan y esa era otra razón para tener a Lia ahí. Kate tenía la certeza que con la única persona que Aidan hablaría sería con Lia, porque ella había visto "algo" en ese tiempo transcurrido entre la gran "verdad" y la boda... algo que Liam no alcanzó a percibir, tal vez ni Lia del todo... pero ella conocía a Aidan de toda la vida y lo vio. Necesitaba a Lia ahí todo el tiempo que fuera necesario.

Se sentó a contemplar la nieve que caía monótonamente fuera de la ventana. A Aidan solía encantarle hacer eso, podía pasar horas sentado y, aunque aparentemente no hacía nada, ya había tomado miles de decisiones y planeado todo lo planeable. Rió pensando que algunas veces, las cosas salían mejor si uno se dejaba llevar.

Algo que Aidan no haría, que jamás había hecho. Tal vez esa espontaneidad era lo que le faltaba para ser un hombre ideal. Porque lo era; eso no iba a negarlo ella. Si había estado a punto de casarse con él era porque conocía todas sus virtudes y sus defectos, porque sabía lo leal, amoroso y caballeroso que podía ser. Ella había amado a Aidan, con gran devoción y aún lo amaba... sí, porque el amor podía tomar diversas formas. Y ella, a pesar de lo que pasó y lo imperdonable que resultaba para Aidan, aún lo sentía como un ser amado y quería su bienestar, así como el de cualquiera en su familia. Pero él no la dejaba acercarse. Después de... nunca más.

InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora