Capítulo 4

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Kate estaba mostrando a Lia su habitación en la casa principal. Habían ido a la cabaña a dejar el auto y Liam se había quedado conversando con Aidan. De inmediato había aparecido un empleado que llevó sus pertenencias hasta la habitación que habían asignado para ella. Jamás pensó volver. Nunca después de todo lo que había pasado en esas paredes.

–Te dejo para que tomes un baño o te acomodes –murmuró Kate y Lia asintió. Realmente no interesaba lo que Kate hubiera dicho. Ella ya se encontraba muy lejos de ahí, de vuelta en sus recuerdos.


Lia bajó a desayunar. Había sido una noche estupenda y el viaje la había agotado de tal manera que se quedó dormida de inmediato. Como no acostumbraba a dormir hasta tarde, ya a las siete estaba levantada y tuvo hambre. Pensó que nadie estaría ahí, pero al parecer alguien también acostumbraba levantarse temprano y sabía que no podía ser Liam.

–Buenos días, Aidan –pronunció Lia ingresando a la cocina. Él estaba sentado de espaldas a ella, leyendo el periódico y con una taza de café en la mano. Se sorprendió brevemente de que ella lo hubiera reconocido y de inmediato imaginó que la razón era que había pasado la noche con Liam.

–Buenos días, Eliane –contestó Aidan mirándola brevemente y volviendo enseguida a su periódico. Lia seguía sin entender porqué él la llamaba así. No era que la disgustara, solo que se sentía extraño escucharlo, cuando todos la llamaban Lia. Además, la manera en que lo pronunciaba... no sabía qué era pero sonaba extraño. Ya, estaba pensando estupideces–. ¿Has descansado?

–Sí, muy bien gracias –cortó enseguida sus pensamientos y sonrió–. ¿Y tú?

–Muy bien también –asintió.

Lo miró detenidamente. Él pareció no notarlo y eso hizo que continuara. Realmente no podía creer que pudiera ser tan similar a Liam. Ciertamente idéntico y a la vez todo lo contrario a él. No entendía como Kate lo amaba... eran tan diferentes.

Aidan se sentía incómodo bajo la inspección a la que lo sometía Eliane con su mirada. Realmente no entendía que era tan interesante en su cara. ¿No se había dado cuenta que eran idénticos con su hermano y mejor lo inspeccionaba a él con calma ya que era su novio?

–¿Por qué Eliane? –soltó Lia sin pensarlo. Aidan la miró como si no entendiera a qué se refería–. Es decir, todos me llaman Lia. ¿Por qué tú me dices Eliane?

–¿Te molesta? –preguntó Aidan y ella negó–. ¿Entonces?

–Entonces... ¿qué?

–Entonces, ¿por qué la pregunta? ¿Es tu nombre, verdad?

–Sí, pero es curioso.

Aidan se encogió de hombros y siguió leyendo al escuchar ruidos provenientes del otro piso de la cabaña. De inmediato apareció Liam y tomó por la cintura a Lia. Ella sonrió encantada y se besaron. Aidan iba a levantarse cuando Kate entró y ella lo besó al saludarlo. Liam y Kate empezaron a prepararse el desayuno, ya que eran ellos quienes faltaban de comer. Lia iba a sentarse y Aidan se paró para separar su silla. Lia agradeció con una sonrisa su caballerosidad.

–Es Eliane –susurró Aidan en su oído y Lia giró su cabeza para verlo– porque es perfecto para ti.

Lia intentó mirarlo de frente. Sus palabras la habían dejado de piedra. Acaso estaba imaginando cosas o, ¿él había coqueteado con ella? No, eso NO era posible. Pero lo que había dicho y la manera en que decía su nombre. ¿Era Aidan el tipo de hombre que parecía serio pero era un mujeriego?

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