El diario de I.M___Monsta X___[BL]

10ma Página

El día de hoy había empezado con buen humor. Cada uno de los miembros se veía relajado y notoriamente alegre, incluso el pobre de Jooheon –que hace poco había sufrido una broma–, se divertía con los malvados.

En silencio, sentado en un taburete del comedor, pasaba mi vista de uno en uno, detalladamente los observaba reír y hacer gestos a los cuáles nadie solía prestarle atención. Yo era el único que hacía esta tontería, aún así no me avergüenzo de ello en absoluto, adoraba pasar el rato junto a los muchachos, guardando las palabras para después y sellando mis labios en una fina sonrisa.

Prefería compartir con ellos desde la distancia.

Un recuerdo de no hace mucho volvió a mi cabeza, Shownu-hyung me pidió una vez que, en vez de mantenerme reservado, interactuara todo lo posible y que no me contuviera en cuanto a ser social se refería. Nunca me había dado cuenta que, aunque en el interior estuviera netamente feliz, mi exterior mostraba algo completamente distinto, una postura seria y hasta solitaria, que al final, no sabía a qué se debía.

Busqué a Shownu-hyunh con la mirada, quería verlo, quería saber que expresión tenía en ese momento y descubrir si tenía la más vaga sospecha de que estaba pensando tan profundamente en su persona.
Él estaba riendo con Minhyuk, se podía apreciar que ambos eran realmente cercanos, eso me hizo preguntarme a mi mismo... ¿De qué forma podría hacerlo reír con aquella naturalidad?

Tal vez yo no era la persona indicada en su vida, se merecía algo mejor de lo que yo pudiera darle, se merecía a alguien que fuera seguro de sí mismo y no que se tortura mentalmente con una realidad inventada, donde sus delirios amorosos no parecen querer hallar el final y que tanteaba a la nada en su propia oscuridad para no tropezar y caer en el abismo de sus pesadillas...

Alguien mejor que yo, eso merecía.

Shownu me miró de vuelta sin parar de sonreír y, como si supiera lo desesperanzados que eran mis pensamientos, se acercó y se sentó en otro taburete justo a mi lado, tomándome por sorpresa.

Admiraba eso en él, no perdía el tiempo con dudas tontas y, en cambio, se dedicaba a mejorar sus acciones. Tal vez se tambaleaba un poco al principio, pero siempre se veía seguro de cada uno de sus pasos.

En ese instante comprendí que no se había aproximado para hablar, ya que no era su fuerte,  sino mas bien para hacerme compañía. Yo tampoco dije nada y, aunque el silencio no era para nada incómodo, desvíe la mirada.

Sentí cosquillas en las palmas de mis manos, estaba nervioso por su cercanía y porque, precisamente, nuestras piernas se rozaban. Por nada del mundo me alejaría, pero el acercarme más era el doble de difícil.

Cogí valor y levanté la mirada, él estaba tranquilo y relajado, nada que ver con los nervios que yo experimentaba, su atención estaba fija en la conversación de los demás y de la cual yo había dejado de escuchar completamente.

Al verlo sereno como todos los días logré relajarme, lo suficiente como para recostar mi cabeza sobre su hombro y con mis manos empezar a jugar y a dibujar figuras abstractas sobre la suave piel de su musculoso brazo.

Shownu se sobresaltó y se tensó ante mi tacto. Jamás imaginé que podría hacerlo reaccionar de forma tan sutil, pero a la vez tan excitante con un simple toque.

Reí en mis adentros, una sensación tierna se alojó en mi pecho brindándome calidez y provocando que mi corazón latiera con fuerzas, temí por un momento que se fuera a salir de mi pecho.
Sonreí levemente, mientras que pellizcaba suavemente con la yema de mis dedos su brazo.

Él, en cambio, no se inmutaba, estaba acostumbrado a que lo molestáramos de distintas formas, cosa qué agradecí de corazón.

Wonho elevó la voz de pronto llamando nuestra atención, había estado observando la pantalla de su teléfono por un buen rato y algo lo había emocionado.