–¿Cómo que no pudo sacar la espada? – exclamó Wonho sin despegar la vista del televisor; consternado, analizaba seriamente la escena frente a sus ojos con la boca entreabierta y el ceño contraído.
–Pero, que... ¡Lo besó! ¡Lo besó! – Kihyun se aferraba a la camisa de Minhyuk exaltado, mientras que éste último chillaba y aplaudía sumamente emocionado. Wonho por su parte, se cubría la boca con ambas manos sin poder evitar dar pequeños saltitos desde donde estaba sentado.
No muy lejos, justamente al comienzo del corredor y en completo silencio, estuve mirando a mis hyung's con mucha atención sin que le dieran importancia a mi presencia, porque para ellos la hora de la novela era sagrada, libre de distracciones. No hacía mucho tiempo que habían vuelto esto una especie de tradición familiar, y si se llegaban a perder un sólo capítulo, ya fuera por el trabajo o la falta de luz en los días lluviosos, casi con desespero lo buscaban en Internet y así ponerse al día.
Yo de vez en cuando solía unírmeles al igual que Hyungwon, pero al no estar familiarizados con la historia, seguir el hilo de la trama resultaba pesado y nuestras preguntas tampoco eran contestadas de buena gana, por lo tanto, perdíamos el interés rápidamente.
Divertido, observaba a los tres detalladamente ya que, estando sentados uno al lado de otro, cuando ocurría un hecho sorprendente o un desenlace netamente romántico, todos reaccionaban con exageración; la mayoría de las veces gritaban y cerraban los ojos agitando la cabeza, Minhyuk era quien más sobresalía, Kihyun se sonrojaba y Wonho se cuestionaba –o discutía– sobre las acciones de cualquiera de los protagonistas, también era su risa la más ruidosa.
En fin, prefería mirar de lejos. De la nada, Jooheon se les acercó curioso y al ser ignorado vilmente, sólo se dignó a sentarse junto a ellos para mirar la novela que, aparentemente, le había resultado interesante.
Negué con la cabeza suponiendo que los hyung's le arrastrarían al lado oscuro del k-drama, uno sin retorno; después recordé que había perdido la partida del videojuego que había descargado recientemente para mi tablet.No me molesté en iniciar otra partida, ya me aburría tener que comenzar todo desde un principio así que, sin nada más que hacer, me dirigí a la habitación de mis hyung's y me recosté boca arriba en la cama de Shownu.
Sabiendo que Hyungwon dormía en el otro cuarto a pesar de no pertenecerle, no vi ningún inconveniente en que yo descansara en éste. Sin embargo, el profundo aroma de Shownu estaba presente en todas partes, rodeándome por completo hasta abrumar mis sentidos... era reconfortante y cálido.
Dejé la tablet sobre la mesa de noche y coloqué ambas manos sobre mi abdomen, miré al techo sintiendo como mi cuerpo se había relajado, y estaba tan cómodo que olvidé preguntarme a mi mismo en donde podría estar él en estos momentos.No era tampoco como si quisiera ocultarme, me había prometido a mi mismo no volver a hacer nada a sus espaldas y mucho menos me molestaba el hecho de que fuera a encontrarme echado en su cama.
Segundos después la puerta fue abierta, hyung había entrado sin esperar –obviamente– que yo estuviera allí. Shownu tenía el cabello húmedo por lo que supuse que acaba de salir del baño, sólo traía puesto una franela blanca y unos short's hasta las rodillas, un atuendo bastante revelador para mi comodidad, pero que para él, tanto como para Wonho, era "mucha ropa".
Abriendo significativamente los ojos, bajó la mirada mientras sonreía entre dientes con nerviosismo, cerró la puerta tras de si y se dirigió al armario para guardar un suéter que cargaba en sus manos, el cual yo no había visto antes.En todo momento le seguí con la mirada y sin moverme de donde estaba, preguntándome la cantidad de cosas que pudiera decirme o yo hablarle para poder pasar mucho más tiempo junto a él. Irremediablemente no podía hacerme entender que no necesitaba excusas para permanecer a su lado si así lo quería, sólo debía hacerlo.
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El diario de I.M___Monsta X___[BL]
FanfictionI.M, el querido maknae del nuevo grupo coreano Monsta X, ha decidido confiarnos su diario personal junto a momentos de su día a día. Después de varias páginas, de tanto rayar y reescribir, logró darse cuenta que había nacido en él un sentimiento de...