Estando de pie uno al lado del otro, contenía el aliento sin percatarme y, al mismo tiempo, mi corazón palpitaba con fuerzas. Giré mi cabeza a la derecha para mirar a Shownu sin saber qué decir, esperando que tomara el control de la situación como solía ser, pero él también me miró alzando las cejas, indeciso, para después rascarse la nuca mientras se hacía el desentendido. Y, fue en ese preciso instante, que quise golpearlo con todas mis fuerzas.
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Ir de compras no me disgustaba, y aunque este en realidad no fuera mi pasatiempo favorito, jamás había tenido tantos problemas a la hora de escoger una prenda, ni cuando tuve que buscar un presente por el día de las madres me tardé tanto, por lo que la próxima vez me encargaría de escoger algo sencillo o de crear una lista de antemano para cada uno de los muchachos sobre posibles futuros regalos y, en cuanto a Kihyun, haría una nota mental especial: regalarle para navidad un juego de ollas o un delantal con figuras de hámsters rosas. Punto.
Ambos caminamos hasta adentrarnos en una urbanización con varios apartamentos, era una zona bastante tranquila y bonita, sin áreas verdes a la vista, pero muy limpia; también nos topamos con algunas fans que lograron reconocernos de inmediato, y a las cuales saludamos lo más rápido posible para no crear un alboroto ni llamar la atención. El resto del tiempo transcurrió en silencio, pero no era incómodo, lo contrario, la presencia de Shownu-hyung me reconfortaba, me tranquilizaba, permitía que pudiera andar con los hombros relajados y la cabeza en alto, ni siquiera jugaba con los dedos de mis manos que descansaban dentro de los bolsillos del suéter. No me sentía nervioso en absoluto
Podía ser yo mismo.
No obstante, hyung se detuvo de repente. Un par de pasos después, yo también me detuve sin quitarle la vista de encima, parpadeé extrañado, no sabía el por qué lo había hecho.
—¿Hyung? — le llamé inexpresivo antes de girarme completamente hacia el; sus inquietos ojos, me miraron de arriba a abajo, pareció meditar con cuidado sus propios pensamientos y, entonces, se atrevió a avanzar hasta mí.
Ambos quedamos a centímetros de distancia y mi corazón sólo se aceleraba cada vez más haciendo eco en mis oídos. Bajé la mirada al verme acorralado contra un auto de color gris a mis espaldas, e intenté en lo posible de no alterarme, frunciendo ligeramente el ceño, no sabía qué hacer. Si llegaba a hablar sólo saldrían titubeos, pero, en el momento en que tomó mi mano, me olvidé hasta de respirar.
Alcé nuevamente la vista para verle, Shownu tenía las orejas rojas y su respiración estaba acelerada.
—Yo... — lo que había empezado como una oración llena de seriedad y confianza, terminó siendo una tímida risa entre dientes. Shownu desvió la mirada avergonzado, y como si quisiera retomar el valor de un principio, respiró profundo y volvió a hacerme frente. Él era realmente adorable, también reí con disimulo. Me encantaba que sólo yo pudiera disfrutarlo — ¿Por qué con los demás no eres tan formal?
Si bien desde el comienzo me aseguré de no ser irrespetuoso con ninguno de mis hyung's, ciertamente con Shownu no existía el relajo o picardía que mostraba a los otros, incluso mi manera de comportarme con Wonho no era tan rígida, a pesar de que él también fuera uno de los mayores del grupo. Pero la verdad era que sentía una gran admiración por nuestro líder.
Sintiendo el rubor subir hasta mis orejas, apreté su mano de vuelta entrelazando nuestros dedos, y asegurándome de mantener mi vista lejos.
—No es como si lo hiciera a propósito — por supuesto que no.
—Entonces, ¿por qué quisiste que te dejara de gustar?
Aquella pregunta cayó sobre mi como un balde de agua fría, desvaneciendo las mariposas rosadas que había empezado a ver a mi alrededor. ¿Cómo supo que había intentado una guía para olvidarle? Mis manos se helaron temblorosas y los vellos de mi espalda se erizaron.
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El diario de I.M___Monsta X___[BL]
FanficI.M, el querido maknae del nuevo grupo coreano Monsta X, ha decidido confiarnos su diario personal junto a momentos de su día a día. Después de varias páginas, de tanto rayar y reescribir, logró darse cuenta que había nacido en él un sentimiento de...