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Dejé el bolígrafo sobre la mesa de madera que se encontraba en medio de la habitación con una cálida sensación en mi pecho, ya no quedaba más por escribir en un diario que tantos dolores de cabeza me había causado. Era el final de una historia llena de nostalgia, por no de tristeza. Y tras guardarlo dentro de la mochila, planeaba no volverlo a ver por un tiempo.

Sentado sobre el sofá de dos plazas en la sala de prácticas, pensaba seriamente en ocultarlo dentro de un baúl o una caja en la casa de mis padres, para que después de unos años, pueda tenerlo nuevamente entre mis manos, ser capaz de releerlo y sentirme orgulloso de lo que había logrado. Quería transformarlo en una especie de extraña motivación.

Mi intención era conservarlo en un cofre del tiempo, pues para mi sería imposible deshacerme de el.

Volví mi vista alrededor antes de lanzar un profundo suspiro, aplastando mis cabellos con una de mis manos. Estaba completamente solo puesto que había terminado mis obligaciones primero, aún así ya era consciente de que mis hyung's venían en camino y así practicar la nueva canción que habíamos escrito Brother Su, Jooheon y mi persona.

Apoyé los codos sobre mis piernas inclinándome hacia adelante, me encontraba terriblemente fastidiado, incluso había memorizado hasta la última nota de la instrumental, por lo que jugué de manera un tanto nerviosa con los dedos de mis manos, como si aquello fuese realmente entretenido.

Me había hecho una promesa.

A partir de ahora dejaría de fingir ser el "maknae perfecto" de Monsta X, pues ese no era yo en realidad. Siempre busqué el reconocimiento de los mayores, su aceptación por sobretodo lo demás, siempre intentando dar lo que no podía para que al final sólo hubiera logrado hacerme daño a mi mismo.

Lo supe en el momento que cada uno de los miembros me demostró su aprecio por mi, en esa vez que estuve de reposo por mi lesión, cuando terminaba sobre-esforzándome y ellos no se movían de mi lado. Ellos en ningún instante me compararon con nadie, nunca se preocuparon porque no fuese a hacer las cosas bien ni mucho menos expusieron mis debilidades, tal vez no iniciamos con el pie correcto, pero ello ya había pasado.

Y todo eso había sucedido sin que pudiese verlo, como si mi vista hubiera sido cubierta con una cinta dentro de mi cabeza.

Entonces al quitarla, descubrí que había avanzado mucho más de lo que había creído.

Hyunwoo me había ayudado a retirarla.

No tenía que preocuparme en estos momentos en hablar con mis padres, eso llegaría a su tiempo y para ese momento estoy seguro de que ellos me entenderán. Hasta entonces, iría a verlos apenas llegaran al país y les daría un gran abrazo.

Respiré profundo al imaginarme a mi madre emocionada con verme de nuevo; relajando los hombros, sentí como cada una de las nuevas emociones atravesaba mi cuerpo, sintiendo una inmensa paz conmigo mismo.

Estaba mejor ahora.

La puerta de cristal se abrió de la nada atrayéndome nuevamente a tierra. No había oído a alguien acercarse, pero no me sobresalté al respecto, sólo levanté la vista y sonreí inmediatamente al ver de quién se trataba.

Hyunwoo acababa de llegar con su típica sonrisa que hacía que sus ojos pareciesen una fina línea, su cabello oscuro estaba peinado hacia arriba y traía puesta una gran chaqueta que llamaba mucho la atención.

–Hey, Changkyun-ah... – saludó en un tono muy casual, deteniéndose a unos metros de mí.

Inmediatamente sentí un cosquilleo en mis manos y pecho, mientras unas ganas increíbles de saltarle encima me envolvían, entonces pensé en ese segundo de lucidez, que sería un verdadero idiota al no hacerlo.

El diario de I.M___Monsta X___[BL] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora