El que no hubiera elegido antes dejar mi diario en mi estudio, en lugar de haberlo puesto bajo mi cama, no fue porque ignorase tal posibilidad, si no que estando fuera del dormitorio, obviamente los momentos que pudiera dedicarle disminuiría bastante. Y justo como ahora, llevaba días sin siquiera ojearlo, había olvidado incluso que tenía uno.
Decidí entonces tomarlo entre mis manos nuevamente y leer un poco de lo que allí había escrito. La mayoría de mis textos reflejaba las inseguridades que en algún momento sentí, todos aquellos pensamientos pesimistas, y además la vez que llegué a lamentar el haberme enamorado de hyung. Sin embargo, parecía una historia lejana y triste, una con la que no parecía estar relacionado; no me sorprendió en absoluto –porque al haberla dejado en hiatus– la gran cantidad de cosas buenas que me habían pasado, nunca existieron para mi diario.
Y, tomando el mismo bolígrafo de tinta roja con el que había estado componiendo junto a Jooheon, empecé a escribir brevemente mis últimos días. Mencioné la sesión fotográfica, nuestra graciosa presentación en la radio, mi noviazgo con Shownu resaltándolo con algunos emojis por los bordes, y cómo durante ese tiempo había logrado superar el mayor de mis miedos.
Sin percatarme, había estado sonriéndole a la nada desde hace un buen rato, todo risueño, mientras recordaba a flor de piel mis conversaciones con Shownu-hyung. Era emocionante.
Tras recordar que él iba a venir a buscarme hasta nave, miré el reloj que cargaba en la muñeca y tan sólo faltaban cinco minutos para la hora acordada. Entonces, dejé mi diario sobre el escritorio y salí con la esperanza de encontrarme con Shownu justamente en la entrada; cerré la puerta a mis espaldas para dirigirme hacia los ascensores, uno de ellos apenas y estaba subiendo desde planta baja, pero como el otro estaba desocupado no tuve que esperar.
Una vez fuera, le busqué con la mirada, dando varias vueltas de aquí allá mientras frotaba ambas manos con nerviosismo; no obstante, no habían señales de Shownu por ningún lado, así que imaginé que aún no había llegado a la empresa.
Esperé más de diez minutos antes de que su tardanza se me hiciese extraña, tampoco tenía como comunicarme con hyung pues no tenía teléfono, y no pude evitar preocuparme un poco ya que él era una persona muy puntual.
Divisé a Hyorin-noona –la líder de Sistar– hablando con su coreógrafo no muy lejos, y me pareció sensato ir a preguntarles.—Hyorin-noona, disculpa — saludé con una reverencia que ella copió sonriente —, ¿hace mucho que está aquí?
—Hola, I.M. Llevo esperando al resto de las chicas como desde hace media hora ¿Por qué?
—¿De casualidad a visto a Shownu-hyung llegar?
—Sí, no hace mucho entró en el elevador, y poco después saliste tu del otro.
Pestañeé varias veces confundido, eso querría decir que fue directamente a buscarme hasta el estudio y lo más probable es que haya entrado por su cuenta. Me regañé a mi mismo por andar dando carreras sin sentido; le agradecí nuevamente con una pequeña reverencia y me dispuse a regresar.
Cuando abrí la puerta del estudio él estaba allí de espaldas. Pude detallar sus hombros anchos cuanto quise, cargaba sobre su cabeza una gorra oscura y sus orejas estaban rosadas.
Estaba ahí por mi.
Mi corazón retumbó en mi pecho con fuerza, dándome ánimos y sintiéndome sumamente feliz.
Pensé que no se había percatado de mi presencia hasta que giró sobre sus talones en mi dirección.—N... No creí que vendrías hasta acá — carraspeé con ligero nerviosismo, aún así caminé hasta él.
—Quise sorprenderte — dijo con los ojos entre cerrados y obviamente sonriente. Yo le regresé la risa.
Y, aunque tuvo la intención de que yo no me percatara, su mano alejándose de la mesa no pasó desapercibida ante mi vista de halcón, lo único que no pude alcanzar a ver en ese momento fue lo que sea que el hubiera vuelto a poner en su lugar.
—¿Qué haces? — pregunté paseando mi vista casualmente por mis cosas, pero si lo pensaba mejor, él también se había sobresaltado con mi llegada. ¿Qué secreto estaba manteniendo?
—Tan sólo... Miraba que tenías una foto mía — dijo tomando la fotografía que tenía junto al computador. De un segundo a otro enrojecí y grité.
—¡No! ¡Dame eso! — exclamé avergonzado, y mientras en vano intentaba recuperarla.
Alzaba mi mano izquierda acompañado de saltitos torpes, pero Shownu mantenía la imagen plastificada fuera de mi alcance, burlándose de mi ineptitud. Era realmente vergonzoso para mi que aquello hubiera sido descubierto, mi dignidad estaba en juego, ¿qué excusa podría darle?
—¡Devuelve eso!
—Nop — respondió ladeando la cabeza y ocultando la foto tras de si —. No hasta que me digas por qué la tenías.
—¿Eso es un crimen? sólo... Dámela ya — desesperadamente le rodeé con ambos brazos intentando otra vez alcanzarla.
Sin embargo, estando allí prácticamente abrazados, Shownu-hyung me miró a los ojos; el forcejeo se detuvo, pero nos quedamos en la misma posición, observando al otro y de alguna manera, disfrutando de su encanto. Entonces, me besó.
Sus labios se posaron sobre los míos, tan seductores como amables, y una parte de él se sintió inquieta, como si quisiera transmitirme tantos sentimientos como fuera posible.
Al separarnos, aún podía sentir su respiración sobre mis labios, nuestras miradas se conectaron y me fue imposible no flaquear ante la profundidad de sus pupilas. Rió por la nariz.—No me molesta que la tengas — habló a la vez que me la entregaba y haciendo alguno que otro gesto de paz con las manos —. No pelees más.
—¿Y quién está peleando? — respondí con sarcasmo.
No perdí el tiempo para guardarla en uno de los compartimientos y, al recordar que mi diario también había estado sobre la mesa todo este tiempo, lo coloqué en el mismo lugar con cierto disimulo, haciéndolo pasar como un objeto sin importancia.
Shownu, con una de sus manos, tomó mi mentón para que lo mirara de frente.—No puedes tener fotos de nadie más aquí — soltó de repente, y no pude evitar reír entre dientes.
—¿Es en serio?
—Si.
Reprimí mis impulsos por retarle, por darle celos, por hacer algún chiste con doble sentido, y sólo le miré.
—No lo haré.
Satisfecho con mi respuesta, acarició mi cabeza.
—¿Nos vamos? — inquirió ajustando su gorra.
Después de asentir, ambos caminamos hasta la salida que daba con el estacionamiento, no queríamos ser molestados ni ser el centro de atención porque, actualmente, MonstaX se volvía cada vez más un nombre que muchas personas decían.
—¿Nuestro mánager sabe a donde nos dirigimos? — pregunté curioso.
—Algo así — dijo encogiéndose de hombros.
—Aigoo, líder, ha cambiado mucho.
—¿Tú crees? — la expresión que había hecho, tanto como su postura corporal, se asemejó a la respuesta que daría un robot.
—No — respondí con franqueza, aun en el fondo, disfrutaba molestarle.
Los dos seguimos caminando hasta llegar a una parada de taxis y nos dispusimos a esperar pacientemente. Habían pocas personas por lo que no nos preocupamos mucho en ser reconocidos, y con sinceridad, nunca había estado en una situación así con hyung, fácilmente pude haber sentido los nervios más grandes de mi vida; pero, estando de esta forma, me sentía en paz conmigo mismo.
Estaba cómodo a su lado.
Eso pensé cuando estuvimos dentro del taxi, mirando por la ventana tan a gusto, era muy diferente a cuando habíamos viajado antes ya que esta vez, sólo eramos nosotros dos.
*****************************
Hola monbebes! 💖
Gracias por leer 😘
ESTÁS LEYENDO
El diario de I.M___Monsta X___[BL]
FanfictionI.M, el querido maknae del nuevo grupo coreano Monsta X, ha decidido confiarnos su diario personal junto a momentos de su día a día. Después de varias páginas, de tanto rayar y reescribir, logró darse cuenta que había nacido en él un sentimiento de...