10. ¿Qué estamos mirando?[Editado]

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—Creo que mi madrastra va a volverme loca— Eleine salió de un pasillo de la biblioteca, con libros tapándole la cabeza, rápidamente le pasé un carrito y le ayudé a acomodarlos en los estantes

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—Creo que mi madrastra va a volverme loca— Eleine salió de un pasillo de la biblioteca, con libros tapándole la cabeza, rápidamente le pasé un carrito y le ayudé a acomodarlos en los estantes.

—¿La directora? Ella volvería loco a cualquiera— dije y recordé sus muñecas vestidas de animales. ¿Cómo podía eso parecer atractivo para algún hombre, animal o extraterrestre?

—De verdad le agradezco a Breeze que me haya conseguido un empleo pero ella está loca. Pocas veces he ido a sus cenas familiares y ella se la pasa hablando de unos nuevos muñecos de felpa que ha encontrado en tal tienda. Ella ha de tener un muñeco vudú de mi padre si él todavía no ha salido corriendo.

El jueves había llegado, y me había despertado muy temprano a propósito para buscar un lugar donde quisieran a una chica de 17 años para empleada, después de lo de mi padre, no pude pensar en otra cosa más que comenzar a ayudar en los gastos.
Pero para mí mala suerte, no hubo nada más que 'ayudante de una vidente'. Incluía un curso de lectura de cartas y de mano; salí corriendo de allí al instante.

—Tal vez tú padre tiene sólo gustos distintos— me incliné sobre el escritorio donde ahora se encontraba Eleine poniendo sellos.

—Ni me lo digas. ¿Has encontrando ya un empleo?— me preguntó y paró de pronto para mirarme.

Negué.
—Pues yo estuve viendo uno para ti. La abuela tiene una amiga que conoce al dueño de un súper mercado cerca de aquí. Ya le pasé tus datos, espero no te moleste. Solo tienes que ir allí y presentarte, seguro te van a amar.

Amaba a esa mujer, era como mi hada madrina. ¿Era extraño que mi mejor amiga tuviera 27 años? Para nada.

—Muchas gracias— me incliné sobre el escritorio para abrazar a Eleine, la cual me dio unas palmadas en la espalda, siempre ha sido poco afectuosa. Su cumpleaños pasado fue la primera vez que logré que me diera un abrazo del tipo de rodear mis hombros con sus brazos.

Se encogió de hombros y me sonrió mostrando ambos hoyuelos a los lados de boca, haciendo resplandecer sus ojos esmeralda.

Entonces su móvil sonó fuertemente haciéndola sobresaltar, abrió mucho los ojos mirando a ambos lados de la biblioteca, supongo que Breeze no la dejaba tener el teléfono prendido en el lugar. Levantó su móvil y lo puso en su oreja.

—¿Qué pasa, abuela?... ¿Cómo que el gato está borracho?— me lanzó una mirada preocupada— Te dije que le dieras Wiskas, abuela. No "Wiskey". Voy para allá.

Salió hacia la oficina de Breeze, despidiéndose con la mano mientras yo tomé mi móvil de la parte trasera de mis vaqueros al escuchar una notificación. No era ostentoso, ni mucho menos. La única aplicación que tenía era Twitter porque, bueno, Twitter me hacía enterarme de todo lo que necesitaba saber.

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