—La extorsión sirvió después de todo —Miré hacia donde, hace apenas 24 horas, se encontraban las cámaras de video que la directora colocó infringiendo nuestra limitada privacidad adolescente.
—Eso o Breeze decidió que sería adecuado comportarse como un ser humano decente lo que le queda de vida —adivinó Otto a mi lado, inclinado sobre un casillero con la rodilla flexionada contra la superficie y el cabello rubio meneándose por todas partes.
—¿Te refieres al milenio y medio de vida que le queda? —dijo Zac—. Esos muñecos de felpa han de ser la consigna de Satanás para mantenerla viva durante tanto tiempo.
Sonreí.
—Ni siquiera es tan vieja, Zac. No exageres.
—Como sea. No creo que se haya convertido en una buena persona. Sólo ama demasiado a sus muñecos endemoniados —afirmó de nuevo Zac. En ese momento, la chicharra sonó y los alumnos se removieron inquietamente a través de los pasillos— Hora de irme. Me toca ensayar para el partido. Pero te veo en el concierto, ¿cierto, Heaven?
—¿Concierto? —pregunté frunciendo el ceño.
—Del que te hablé la semana pasada. ¿Recuerdas? —habló Otto mirándome con una extraña mezcla entre entre interés y molestia.
—Mierda, ¡ese concierto!
—Irás, ¿cierto? —Sonó casi como una recriminación para mí.
—Oh, oh —interrumpió Zac caminando hacia atrás con las manos abiertas a la altura de sus hombros—. Me voy. Cada vez que tienen problemas en el paraíso se vuelven locos... Un momento, ¿debería decir problemas en el 'Cielo'?
Rodé los ojos. Fue entonces que toda la atención de Otto volvió hacia mí. Alzó una ceja esperando mi respuesta.
—¿Irás? —repitió.
—Bueno, yo...
—No me des evasivas. ¿Hiciste otros planes?
Cerré mi boca con una mueca, el torneo de ajedrez era el sábado y le había prometido a Dev que iría a acompañarlo. Era importante para Dev, no paraba de parlotear acerca de ello (algo extraño, ya que el chico apenas y hablaba).
—No —estornudé ante mi titubeante mentira.
Otto se acercó demasiado, plantó ambos pies justo frente a los míos. Retrocedí casi al instante en el que mi pulso se aceleró con increíble efusividad. Di paso atrás, luego otro, él me siguió con una mirada salvaje, como un león persiguiendo a su presa. Entonces ya no hubo más suelo para huir, sólo la fría y dura superficie metálica de los casilleros a mi espalda.
—¿Con Kermit? ¿En serio quieres salir con él a una de sus aburridas citas? Podrías salir con un pollo y te juro que tendrías más tema de conversación que con Dev— Por algún motivo, no podía simplemente decirle que sí. Algo en mi pecho me impedía decir que saldría con Dev. Mi corazón se entristecía cada vez que veía esa mirada de decepción en el rostro del rubio al mencionarlo, contrarrestando su usual comportamiento narcisista e indiferente.
—¡No! —Otto se acercó más, yo guardaba mis ligeros jadeos como podía. Su cercanía era algo difícil de explicar, sólo una palabra se venía a mi mente: electricidad. El rubio golpeó ligeramente el casillero al costado de mi cuello y dejó su brazo allí, encerrándome en su presencia. Inclinó su cabeza y sus mechones rubios me hicieron cosquillas en la nariz. Pero de esas cosquillas que pasan por todo tu cuerpo y se instala en tu estómago.
—¿No a que saldrás con él o a que es terriblemente aburrido? —dijo en voz baja; ronca y lentamente.
—No creo que debas...
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Never said to Heaven
Teen FictionAdvertencia: No te enamores de él. Una tarde en detención, un mujeriego, una chica borracha y una fiesta que ella olvidó. ¿Qué podría salir mal? Detrás de cada hombre hay un pasado. Detrás de cada chica hay un hombre que está siendo amado equivocad...