Un secreto más (Capítulo entre capítulos)

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Esto ocurre después de la pelea, chicas Xdxdxd después de Blue October.

Miré con pesar hacia Heaven, que se limitaba a evitarme. No me fulminaba con la mirada o despedía enojo de cada uno de sus poros, y eso era aún más aterrador. Simplemente parecía ausente. Demonios, y en este momento, me dolía cada pequeña y mísera parte del pecho siquiera dirigirle una basta mirada, ¿cómo era posible que, después de aquel beso, que me transmitió tanto, fuera un simple error para ella? ¡Por supuesto que me había dejado llevar, por Dios! Ella es una preciosura, y con esa actitud retadora... Pero tocar sus labios me llevó al séptimo cielo, sin más, y cuando me correspondió el beso, supe que algo había cambiado. Como un imbécil creí que algo había cambiado.

Pero no, el idiota de Dev seguía respirando y los sentimientos de Heaven por él seguían existiendo, relegándome a mí como un tipo que se acuesta con muchas mujeres, como un simple amigo por el que se siente atraída. ¡Joder, pura basura!

El botones le sonrió coqueto cuando se ofreció a llevarla hasta su habitación, fruncí el ceño e inmediatamente tuve el impulso de mandar a morder el polvo a ese gilipollas. Zac puso una mano en mi pecho con fuerza, frenando cualquier impulso que hubiera podido tener antes. Miré al frente, encontrándome con la mirada curiosa de Maurice, me preguntaba en silencio si quería compañía. Negué levemente. Miré de nueva cuenta a Zac, quien alzó una ceja y esperó a que los chicos se fueran en el elevador.

—Escucha, idiota, la has cagado lo suficiente por ahora. ¡Controla tu maldita polla!— exclamó mi amigo perdiendo los estribos.

—¡Tú mismo me dijiste que fuera a por ella!

—¡Pero no te dije que empujaras sus límites! Hermano, no quiero ser fatalista, pero ella quiere a otro, es algo que debes aceptar y superar. Eres fuerte, así que usa los huevos que sé que llevas colgando allí abajo e imponte ante esto. Es mujer tomada— me explicó cómo si estuviera diciéndole a un jodido niño que no podía tener el videojuego que tanto deseó hace meses.

—Ella me ha seguido— le recordé.

—Eso no significa nada. No te confundas, sé que te gusta. Pero ella tiene razón, fuera de que justo ahora hasta yo mismo quiero golpearte por haberla besado ebria, hay que recordar que no eres así. Las personas no cambian, Otto. Ella te agrada, pero es algo efímero— concluyó —, es la primera persona que te manda derechito a la mierda y que te cuestiona, es algo nuevo y excitante. No me malinterpretes, me encantaría verte como un cabrón enamorado, pero te conozco desde hace más de diez años y sé quién eres. No te gusta estar encadenado a algo.

—Di lo que quieras, Zac, en este momento, me vale una reverenda mierda lo que creas. Sé lo que quiero, la quiero a ella— hice un ademán de seguir por el pasillo hasta los elevadores, pero volvió a detenerme.

—Vas a calmarte ahora y vas a dejar que ella descanse. No más mierda por hoy. No más escándalos para la prensa.

—Vete a la mierda, Zac. No sólo porque el imbécil te haya robado a tu chica eso quiere decir que todos vayamos a permitir que haga lo mismo— gruñí enfadado. Me vi a mí mismo golpeándolo en la cara, estaba siendo un grano en el trasero.

Zac dio un paso atrás y entreabrió la boca.

—Otto, a veces no haces otra cosa más que cagarla. A veces creo que ese es tu gran talento: hacer mierda todo lo que tocas.

Never said to Heaven Donde viven las historias. Descúbrelo ahora