En todo el camino por los pasillos del colegio traté de evitar las largas miradas que mis compañeros me dirigían. Algunos incluso se inclinaban a susurrarse quién sabe qué porquerizas.
Y mi humor no era precisamente el mejor después de pasar todo un fin de semana con una resaca monumental y una vergüenza que bullía en mi estómago, como si alguien estuviera picándome con la torre Eiffel.
Si, y había hecho una perfecta referencia. Ya no sabía cómo mirar a Otto a los ojos después de prácticamente lanzármele como una putilla. ¿Y después? Después él me había rechazado y no me había vuelto a hablar durante el trayecto hacia mi casa, o al menos eso era lo que recordaba mi dañada memoria de ebria.
Me sentía mareada y con el estómago revuelto. Era oficial, mi cuerpo no manejaba para nada bien el hecho de ahogar mi sangre en alcohol, apenas y había comido una vez en todo el fin de semana sin que las náuseas se apodaran de mi.
Llevaba unos lentes de sol porque me molestaba muchísimo los rayos que se colaban por las ventanas.En cuando a lo de Dev, a penas y lo había pensado, no parecía real. Es como si no lo conociera, como si estos años de amistad no significarán nada, no lo conocía en las absoluto, pero sabía que tarde o temprano debería enfrentarlo.
Caminé hasta el inicio de las escaleras hacia la clase de geografía analítica y justo cuando pisé el primer escalón mi mente se nubló. Voltee a ambos lados y percibí a penas a tres personas a mi alrededor.
Sin embargo, el segundo ataque de mareo llegó unas milésimas de segundo después, arrasaron con mi sentido de la vista y solo escuché un agudo y largo pitido que me aturdió. Traté de agarrarme de cualquier lugar para luego darme de bruces con el piso.Vi todo negro por unos segundos y cuando la bruma se apaciguó abrí los ojos. Estaba debajo de la escalera, al parecer había rodado por todas las escaleras, mis lentes yacían rotos a unos centímetros de mí y al inicio de la escalera me miraba molesta una personita que reconocí cómo la pelirroja culpable de que la mano invisible del status quo me hubiese tomado a rastras de la jaula de los invisibles y me había posicionado en el grupo de "4th Tattoo y todo lo que les rodea".
Chris. Sólo que esta vez no tenía su característica melena roja, más bien llevaba una redecilla sobre un cabello oscuro y prolijo lo cual me extrañó.El factor misterio fue desvelado cuando las otras chicas que se encontraban allí, Nina y Jessica señalaron a la altura de mi brazo. Fui a mirarlo rápidamente para darme cuenta que traía una maraña de cabellos pelirrojos.
Era un peluquín. Para ser más exactos, el peluquín de Chris.
Oh mierda.El dolor rápidamente se apoderó de mí, en el cuello, en los brazos y en la cabeza. Unas manos tiraron de mí por debajo de mis costillas hasta dejarme sentada.
Luego el rostro de Zac invadió mi campo visual con el ceño fruncido y me inspeccionó. La directora Breeze de igual forma hizo su acto de presencia. Me miró mientras se raspaba un diente con el dedo y luego tragó saliva.
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Never said to Heaven
Teen FictionAdvertencia: No te enamores de él. Una tarde en detención, un mujeriego, una chica borracha y una fiesta que ella olvidó. ¿Qué podría salir mal? Detrás de cada hombre hay un pasado. Detrás de cada chica hay un hombre que está siendo amado equivocad...