16. Kermit la Rana [Editado]

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—¿Qué tú hiciste que cosa?— estaba gritando directo al rostro de Eleine, mi ya no tan virgen amiga

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—¿Qué tú hiciste que cosa?— estaba gritando directo al rostro de Eleine, mi ya no tan virgen amiga.

Ella tomó su coleta con una de sus manos y suspiró lentamente, entonces se talló sus ojos mirando hacia la pantalla del ordenador de la biblioteca.

—Verás, Heaven. Cuando un hombre y una mujer juntan sus...— la interrumpí levantando una mano.

—¡No hablo de eso, idiota! Perdiste tu flor, tu capullo, tu...— pensé en otro sinónimo con una mano apoyada en mi barbilla sobre el escritorio lleno de libros.

—¿Virtud?— sugirió ella y comenzó a teclear con efusividad unas palabras.

—Tu, virtud. Gracias. ¿Qué se supone que hagamos? ¿Un ataúd? Se acerca Halloween y...¿por qué mierda no me lo contaste cuando sucedió?— pregunté lanzando una ceja.

Eleine entonces se inclinó sobre la computadora aún más y achicó los ojos.

—¿Herpes? No, no... ¿Gonorrea? ¿SIDA?— si, mi amiga estaba buscando posibles enfermedades de transmisión sexual en un intento de calmar su ansiedad —Sus síntomas pueden ser sarpullido, erupciones, comezón, mal olor...

—Hey, pero no tienes que preocuparte, porque usaste protección — me dirigió una mirada por el rabillo del ojo — Por qué la usaste ¿No?

Tomé un sorbo del americano que había comprado hoy más temprano, para después venir corriendo con el mensaje de mi amiga que decía simplemente "May Day".

Dijo despegando sus ojos de la pantalla.
—No. Ni siquiera supe que estaba haciendo hasta después de un par de copas y ¡Bum! Ya estaba en la cama con Timothy.

Entonces escupí todo el café que llevaba en la boca sobre la cara de mi amiga, ella me miró asqueada y rápidamente fue a sacar un pañuelo de su bolsa.

Yo seguía con mis ojos abiertos como platos.
—¿Timothy? ¿El "Timothy, enfermero"?— le pregunté.

— Bueno, cuando lo dices así suena como un juego de roles— fruncí la nariz y ella rodó los ojos—, vale si. Es ese Timothy que conoces, pero ¿qué tiene? Es atractivo.

—No lo dudo, pero ya sabes: él es tu compañero.

Rodó los ojos y pasó su mano por la cabeza.
—Yo lo sé. Y ni siquiera lo he visto. Sólo queríamos divertirnos un rato, pero no esa clase de diversión.

Parecía estar reprochándose a sí misma, entonces rodee sus hombros con mi brazo.

—Tranquila, El. Todo estará bien. Porque te compraste una prueba de embarazo en la mañana y dio negativo — una sombra cruzó su rostro— Porque la compraste, ¿verdad?

Never said to Heaven Donde viven las historias. Descúbrelo ahora