40.

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Los meses habían pasado. 
Los capullos de las margaritas habían empezado a germinar. 
Casi pasaba un año desde el trágico día. 

Una alta silueta se posó junto a las margaritas, tomó una con delicadeza y se la acomodó en la oreja haciendo para atrás su rubia cabellera. 

Cavó un pequeño agujero en la tierra, no más profundo que 10 centímetros, de su bolsillo trasero sacó un trozó de papel, se notaban las marcas de las lagrimas que habían caído en él, al igual que las palabras tachadas. Dobló el pequeño papel y con una mano secó las saldas gotas que empezaban a caer de sus azules ojos. Guardó con cuidado el trozo de papel en el pequeño agujero y rellenó de tierra. Nadie se daría cuenta de alguien había guardado algo ahí, pero no importaba eso debido a que la única persona a la cual le hubiera interesado leer las palabras escritas ahí no se encontraba más en este mundo.

Se levantó de la tierra y volvió por donde vino, lejos de ahí, escondido de los demás, había enterrado una parte de él junto con Michael y nada volvería a ser lo mismo.

Kittens. /Muke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora