Después de pasar la noche en el cuarto de Kamie Lindo se levantó desorientado, pero inmediatamente se dio cuenta donde se encontraba, rápidamente se puso de pie y tomo el celular dándose cuenta inmediatamente del montón de llamadas perdidas de su madre a quien de inmediato llamó.
- Madre ¿Pasa algo? – dijo en tono soñoliento.
- Por Dios –su madre sonaba afligida y se notaba que había estado llorando.
- ¿Qué pasa?
- Por qué no has contestado ninguna llamada, estaba muy preocupada por ti. Tu padre te va a matar si se entera, pero tranquilo no le diré nada si te vienes en este mismo momento.
- Madre tranquilízate estoy en casa de Kamie, te quiero pero no quiero volver con ustedes, volveré esta tarde
- Lin – era Kamie – ¿estas despierto? – Lindo en ese momento colgó la llamada de su madre y le dedico una espléndida sonrisa.
- Si dormilona – contestó – llevó un buen rato despierto oyéndote llamar a Bryan entre sueños y roncando.
Kamie se había puesto muy colorado y en un intento por cubrir su rostro cayo justo en la cama simulada que había hecho para Lindo la noche anterior.
- No es cierto – respondió aún con la cara colorada, Lindo quien sabía que era una broma comenzó a reír a carcajadas – lo sabía eres un mentiroso – Kamie se abalanzó sobre él y comenzó a hacerle cosquillas y ambos comenzaron a reír, no se dieron cuenta que un dulce hombre los observaba desde la puerta con ternura y melancolía.
- Veo que han amanecido de buen humor- decía Andrés rompiendo el silencio.
- Padre –dijo Kamie al escuchar la voz de Andrés – buenos días
Lindo se encontraba avergonzado por como los había encontrado el padre de Kamie, sabía que a él no le molestaba que se quedara en su casa, pero siempre le habían avisado tanto Kamie y Lindo de ello.
-Señor Andrés, perdón – Lindo que hasta el momento se encontraba en silencio por fin hablo, Andrés solo lo observo de manera comprensiva.
-Tú y yo tenemos mucho de qué hablar Lindo, pero será en otra ocasión, primero vallan y alístense para que luego bajen a desayunar – seguido de eso le dio un beso a Kamie y le despeino el pelo al otro joven en símbolo de cariño y después salió.
Lindo fue el primero en estar listo y rápidamente bajo a reunirse con Andrés quien tenía algo importante que decirle.
-Señor no se enfade con Kamie, ella simplemente se comportó bien conmigo – dijo Lindo tratando de evitar que regañaran a su amiga.
-Lo sé Lindo, Lili me llamó hoy en la mañana muy preocupada porque no sabía en qué lugar te encontrabas.
-Siento haber preocupado a mi madre, pero la verdad señor Cross – Lindo lo decía en tono de mucha seriedad – mi familia no es perfecta, mi madre ha estado sufriendo – y así mientras Kamie se alistaba, Lindo le relato sus meses en el infierno. Al finalizar Andrés lo miraba con enojo y preocupación a la vez se notaba el amor que alguna vez pudo sentir por Liliana y al verla ahora sufriendo se juró que intentaría sacarla aunque ella no quisiera del infierno, porque no dejaría que su ángel se quemara las alas por culpa de un idiota.
Después de desayunar Lindo y Kamie se quedaron en la casa de los Cross, mientras que Andrés iba en busca de Liliana, ambos habían quedado en verse en una cafetería que les encantaba a ellos cuando eran niños.
-Hola – dijo Lili alegremente al ver llegar a su amigo, pero inmediatamente advirtió la mala cara que tenía su amigo - ¿Qué te sucede Andrés?
-¿Qué te sucede a ti? – Gritó desesperadamente – Hasta cuando piensas seguir así.
-¿De qué me hablas? – pregunto bajando la cabeza, porque ya sabía de lo que estaba hablando.
-De esto – tomo delicadamente a Liliana del brazo y le descubrió el hombro en donde encontró un moretón grande – ¡Marcelo te lo ha hecho y no lo niegues puesto lo sé todo!
- Lindo no hizo bien en contártelo.
-Lindo ha hecho lo correcto, ni tú ni tus hijos se merece esto – los ojos de Andrés se encontraban llenos de lágrimas de frustración- ¿Por qué no acudiste a mí? Me habías dicho que solamente eran desacuerdos y yo de estúpido te creí.
-Andrés, no puedo abandonar a mi familia, aún no me doy por vencida. Estoy segura que pronto volveremos a ser tan felices como lo éramos antes – Andrés estaba por replicar, pero la esperanza en los ojos de su mejor amiga lo hizo desistir.
-¡Quiero que te vengas a vivir con nosotros, Kamie te quiere mucho al igual que a Erick y más que nada a Lindo!
-No podemos, Katherine y tú pronto se comprometerán, me sentiría mal al estar en medio de ustedes.
-Eres la única madre que Kamie ha conocido.
-Muy pronto tendrá a Katherine.
-Quiero que me prometas que en caso de más abusos me busques, yo mismo me encargare de hacer pagar a ese imbécil, por borrarle la sonrisa a mi amada amiga.
Tras esa promesa pasaron una tarde muy divertida entre risas, anécdotas y compras, cualquier persona que los observaba podría jurar que eran una pareja felizmente casada.
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Toda una vida para enamorarse
Roman pour AdolescentsTodas las personas alguna vez en nuestra vida hemos tenido a esa persona especial quien está con nosotros siempre que lo necesitemos y con la que cometemos travesuras, con la que por más que peleemos siempre van a estar a nuestro lado sin importar l...