Toda una vida para enamorarse

37- La familia de Liliana.

            Cuando Marcelo abrió la puerta el corazón de Liliana se rompió y comenzó a culparse, cuando pudo observar los paquetes blancos sobre la cama lo supo, supo que todas sus sospechas eran ciertas, pero como podía ella reclamarle a Lindo su comportamiento si lo había mantenido todo ese tiempo viviendo en el infiero, ella se sentía la culpable de todo lo que había pasado en la vida de su hijo más pequeño y de lo que estaba segura su hijo mayor se había guardado. Los ojos de Liliana se llenaron de lágrimas mientras buscaba las manos de su hijo mayor, puesto sabía que la escena que estaban por presenciar acabaría con lo poco que quedaba de su feliz hogar.

Marcelo al ver a los dos jóvenes drogados lo tomo del cuello y en sus ojos el enojo y odio que sentía por su hijo menor, Marcelo mientras tenía agarrado del cuello a su hijo más pequeño estudio más atentamente la cara de su hijo, quien era la viva imagen de su esposa a la que se sentía atado por un deber y no por amor.

-Eres un marica – le gritó su padre mientras lo golpeaba. Erick rápidamente intervino no por el bien de su hermano, quien se tenía bien merecido los golpes que su padre le estaba dando para que aprendiera a no hacerle daño a su madre, por el contrario lo hacía por su madre a quien no quería ver sufrir más. Erick pidió ayuda a Bryan para que se llevara a su madre lejos de esa pelea –Recurrir a estas porquerías, ¿por qué?

-Aquí yo no soy el poco hombre – se recompuso Lindo, la cara de Marcelo se volvió aún más roja que antes, pues ya sabía que iba a decir Lindo– eres tú padre. Tú quien has herido los sentimientos de mi madre, usted padre quien ha golpeado a mi madre hasta dejarla irreconocible. Así que no te vengas a hacer el buen padre en este momento, porque desde hace mucho tiempo mi hermano, mi madre y yo hemos vivido en el infierno.

Marcelo llenó de enojó y remordimiento golpeó una vez más a su hijo más pequeño y no se fijó que este pegaba la cabeza en el filo de la cama y de su cabeza comenzaba a salir sangre. Marcelo salió de su casa para nunca volver mientras que Liliana corría para encontrar a sus hijos, al llegar a la habitación de Lindo y observarlo en el piso no pudo resistir las lágrimas y lloró sobre su pequeño mientras se culpaba por no haber hecho nada para evitar ese desenlacé, Erick se le acercó y la abrazo pasándole un poco de consuelo y susurrándole que no era su culpa y que no se mortificara que todo iba a salir bien, por otra parte, Bryan inmediatamente llamó a emergencias quienes no tardaron en estar allí.

Camino al mismo hospital donde se encontraba Kamie, Erick llamó a Andrés ya que sabía que su madre necesitaba un consuelo y quien mejor para dárselo que él, quién la conocía más que nadie. A llegar a Lindo lo llevaron a urgencias para realizarse unos estudios. Liliana se encontraba en sala de espera junto a Erick cuando llegó Andrés con cara de pocos amigos.

-Tenemos que hablar – dijo Andrés,

-Andy no estoy ahorita para eso, por favor.

-No era una opción te voy a llevar de cualquier forma – Liliana al observar la cara furiosa de Andrés lo acompaño a la cafetería donde se sentaron y Andrés espero a que Liliana comenzara toda la historia de su matrimonio.