60) El lugar donde nos conocimos

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Lindo había regresado a el lugar donde se desarrollo su vida pasada siguiendo su corazón, a excepción de Dylan nadie sabía de que se encontraba ahí, y aunque había seguido el impulsó que le dictaba su corazón no había logrado reunir el valor suficiente para buscarla ¿Qué le diría? ¿Kamie sería capaz de perdonar y permitirse ser feliz? Eran las preguntas que atormentaban a Lindo y que no tendrían respuesta a no ser que él tomará la iniciativa.

Lindo caminaba lentamente siguiendo el trayecto que conducía al estanque de los patos de su infancia, intentaba ganarle al tiempo desde que había que regresado sentía la presión del tiempo, sentía como se le escapaba de las manos.

- ¿Lindo eres tú? – Lindo volvió a la realidad al enfrentar a una voz que nunca antes había escuchado, frente a él apareció un chico con el cabello colar caoba y sus ojos ámbar.

- ¿Thiago? – a Lindo le sorprendió que lo reconociera. La última vez que lo había visto era a la distancia durante el matrimonio de Kamie, Thiago era el símbolo de aquello de lo que Lindo quería escapa, el paso del tiempo.

- ¿Qué haces aquí? ¿Kamie no lo sabe, ¿verdad? - el joven frente a él estaba pálido como si un fantasma hubiera aparecido.

-No, nadie lo sabe- Lindo estaba muy nervioso- no se lo digas, por favor.

-No es como si quisiera comentárselo – contesto Thiago molesto – Lindo, no puedes pretender aparecer en su vida ya han pasado los años y ella... - el chico no había podido terminar la frase, el rostro de Thiago había cambiado en unos segundos de enojo a una cara de dolor profundo. Lindo deseaba indagar, pero sabía que no era correcto y aún así intuyó de que se trataba. Thiago retomo el camino y él camino tras él.

Kamie se encontraba en el mismo lugar donde tantos años atrás había enterrado una capsula del tiempo con Lindo, sin embargo, habían roto la promesa de abrirla juntos. Kamie había tratado de olvidar el dolor que le causaba la partida de Lindo, deseó durante años poder olvidarse de él, pero siempre le resultó imposible seguí aferrada a él y tanto en sus momentos de alegría como de pena acudía a ese estanque, era como si compartiera su vida con Lindo. En las manos de la chica morena había un álbum de fotografías y la carta que Lindo había escrito el día de su matrimonio, la cual había provocado un sentimiento de agonía en su corazón al verse imposibilitada de realizar lo que ella sentía, sin embargo, las lágrimas eran incapaces de acudir, ya se había lamentado lo suficiente, era tiempo de caminar hacia el destino.

-Mami- exclamó la pequeña Maclaka con unas flores en sus manos - ¿Falta mucho para que llegué Thiago?

Kamie negó con la cabeza, devolvió la capsula a su lugar para dedicarse a jugar un rato con la pequeña niña.

Lindo le seguía el paso a Thiago, quien no le había vuelto a dirigir la palabra, situación que comenzaba a incomodar a Lindo, pero cuando el chico pelirrojo estaba por iniciar platica con Thiago, este se detuvo mirando un punto fijo al otro lado del estanque. Lindo siguió la mirada del pre adolescente topándose con la escena de una hermosa chica junto a una niña pelirroja, el corazón de Lindo fue un tumulto de sentimientos de amor y de ternura.

-Por favor – suplicó Thiago con lágrimas – Sálvala

Lindo continuaba sentado en el lugar que Kamie había ocupado horas antes, después de la petición de Thiago el corazón de Lindo se había revelado contra él recriminándolo con sentimientos de amargura y culpabilidad. Thiago se había reunido con Kamie y él los contemplaba a la distancia guardando cada momento en su memoria, él era feliz con solo contemplarla se sentía como Dante observando a Beatriz.

-Señor, ¿se encuentra bien? – le pregunto un joven con una niña de su brazo – lleva todo este rato contemplando a la nada.

-Estoy bien – contesto Lindo sonriendo para tranquilizar al jovencito – solo recordaba a los pequeños patos que solían estar por esta zona.

-La señora Kamie siempre nos cuenta lo mismo – habló con una tierna voz y una gran sonrisa la niñita – habla con tanta ilusión y todo lo escribe para después guarda todo en la caja.

A Lindo en ese momento supo lo que era la caja, la vieja máquina del tiempo, él se recordaba de ello, pero le parecía imposible que Kamie hubiera escogido la caja para dejarle un mensaje, con la esperanza de que en un lejano horizonte él los leyera, siempre había sido una chica con ideas románticas al menos eso no había cambiado. Lindo esperó con impaciencia a que los chicos se alejaran y sacó la vieja caja en donde encontró las cosas que habían enterrado juntos, encontró varias cartas, una por cada año que habían estado separados y junto a la carta que había escrito el día de la unión con Kenya, había una carta respondiendo la suya e inmediatamente bajo la tenue luz del atardecer leyó.

Mi amado chico pelirrojo.

Aunque no pude estar junto a ti en ese día sentí tu presencia, es extraño como a pesar de los años sigo sintiendo ese lazo inquebrantable que nos une. Mi querido ángel no necesitas pedir disculpas sé que, aunque no estuviste conmigo físicamente en esos momentos de sufrimiento, era capaz de sentir tu presencia en esas oscuras noches. Recuerda que fue eso y el deseo de volver a verte nuevamente lo que me mantenía con vida. De lo único que me alegro es que aprendiste a vivir sin mí, te pido corazón mío que cuando ya no esté, pongas en práctica la distancia de estos años, por favor continua que parte de mi corazón se queda contigo.

Con amor, Kamie.

Lindo no trataba de ocultar suslágrimas y tomó una decisión esa era la última noche que pasaba sin Kamie. Apartir de mañana él tomaría las riendas de su destino, recuperaría todo eltiempo perdido y se encargaría de cumplir cada promesa, solo pedía una cosa queKamie resistiera un día más. 

Toda una vida para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora