Había pasado exactamente dos semanas del incidente de la fiesta Kamie, Lindo y Liz habían vuelto hacer los mismos de siempre. Era un día como cualquier otro y ellos tres se encontraban sentados en su sitio habitual bajo el gran árbol cuando Bryan llegó a buscar a Lindo quien llenó de curiosidad lo acompaño.
-Hola Lindo.
-Hola Bryan- Lindo hablaba en tono frívolo - ¿Para qué soy bueno?
-Mira Lindo es que a mí aún me gusta tu amiga Kamie y me preguntaba si usted me ayudaría a volver con ella.
Flash Back.
El domingo después de la fiesta Lindo había ido a visitar a Kamie a casa de los Cross y la notó un poco dispersa y eso solo podía significar dos cosas o que su amiga se encontraba escribiendo una historia, o que se encontraba atormentaba por algo. Si en algo Lindo no había cambiado era en su curiosidad y estaba decidido a conocer que atormentaba o relajaba la mente de su amiga.
-Kai, me has escuchado – decía Lindo molesto – Tierra llamando a Kamie – agitaba la mano de arriba abajo sobre el rostro de la joven.
-Lin, puedes parar de hacer eso sabes que me irrita – respondió la muchacha en tono enojado.
- Entonces ¿Podrías prestarme atención? Te lo he repetido 3 veces – decía Lindo exasperado - ¿Qué te atormenta?
-El viernes en la noche cuando estabas tomando, Bryan me puso a escoger entre tú y él y obviamente te escogí a ti. Bryan y yo rompimos el viernes – Si algo amaba Lindo de Kamie era su virtud para ser directa
Lindo, la abrazo, pero ni una sola lágrima se había deslizado por los ojos de la muchacha.
-Kai si quieres llorar no te preocupes.
-No Lin yo estoy bien, además si él no es para mí, otro lo será – Kamie tiene la virtud del positivismo pensó Lindo.
Pero, a pesar de que esas palabras fueron dichas por Kamie, él sospechaba que solo las había dicho de los dientes para afuera, para aparentar fortaleza y para no preocuparlo a él.
Fin del Flash back.
-Todo sea por verla feliz a ella – contestó Lindo viendo en la dirección donde se encontraba Kamie.
-Veo que encontramos algo en común – esté le ofreció la mano y Lindo se la apretó correspondiéndole.
-No vemos al salir de clases – ambos jóvenes se despidieron y caminaron en direcciones opuestas.
Kamie y Liz estaban concentradas platicando, Lindo se acercó y ambas muchachas se voltearon hacía él con aire curioso.
-¿Qué tanto me ven? – preguntó Lindo quien se sentía incómodo con la mirada de sus dos amigas.
-¿Qué quería el imbécil? – decía Liz
-Quería hablar de hombre a hombre – dijo Lindo – no les puedo contar aunque quisiera – Kamie parecía molesta- Kai ¿Qué te pasa?
-No tengo nada Lin, solo pensaba.
La mañana pasó rápido para Lindo y a la salida del colegio se despidió de sus amigas y espero a que Bryan saliera para por fin planear la forma en la que volvería con Kamie. Al menos eso le proporcionaba un poco de distracción para evitar volver a su dolorosa vida real. Bryan tardaba mucho y Lindo estaba pensando muy seriamente en renunciar a ayudarle y comenzar a divagar por la ciudad como últimamente hacía.
-Lamento hacerte esperar – una voz profunda lo saco de sus pensamientos
-No te preocupes – respondió con voz aguda – no he esperado tanto.
-Vamos a mi casa, allí podremos hablar sin que nadie nos moleste, ni nos escuche y así podremos sorprender a Kamie.
El viaje a casa de Bryan transcurrió en silencio incómodo. Lindo constantemente se sentía observado por alguien, pero al voltear al ver no observaba a nada. Hasta que por fin llegaron a casa de Bryan, esa casa era grande y espaciosa además de lujosa y estaba pintada de un tono blanco hueso.
-Tu casa es muy grande – comentó Lindo
-Jajaja – Bryan rio, pero sin pisca de gracia – esta casa es solo mía por decirlo de mejor manera, mis padres son adictos al trabajo y soy hijo único. Es tan grande pero a la vez tan vacía, esta tan llena de soledad – La voz de Bryan era de amargura cosa que sorprendió a Lindo ya que en el colegio Bryan siempre aparecía con una gran sonrisa que iluminaba todo. Lindo quería aprender a ser como él dejar atrás su amargura y aun así brillar.
Ambos se pasaron la tarde planeando el modo más romántico para pedirle a Kamie que volviera con Bryan, tenían cientos de ideas y una a una fueron siendo descartadas, hasta que dieron con la idea que ambos les gusto más y esa era llevarle una serenata a su casa, con un ramo de flores y uno de los collares que tanto le gustaban a ella.
Kamie se encontraba preocupada por su amigo desde que le había contado lo de su familia no había vuelto a ser la misma persona y por más que se esforzara en aparentar que no tenía nada y le dedicara sonrisas para tranquilizarla, ella no se quedaba tranquila. Kamie siempre había conocido la familia feliz que era la familia de Lindo, era casi impensable que esa familia que siempre le pareció perfecta se estuviera desboronando poco a poco. Ella quería con todo su corazón hacer algo ¿Pero qué?
En los últimos días muchos sentimientos se habían cruzado en la mente y en el corazón de la joven y así fue como para distraerse decidió salir a la alberca y cuando camino hacia ella se comenzó a marear y perder la visión hasta caer al suelo sin perder el conocimiento, la empleada al oír los gritos de Kamie salió para ayudarla he inmediatamente llamo a Andrés quien le dio instrucciones precisas para ayudar a superar esa crisis. Andrés no podía esperar más para darle la noticia a su familia por el bienestar de Kamie. Y Kamie comenzó a sospechar que había algo que su padre le ocultaba con respecto a su salud.
Kamie escribió un mensaje para Lindo
"Lin, hoy me paso lo de siempre, pero estoy bien. No te preocupes. Llámame por favor, tengo algo que contarte. Te quiero Kamie"
ESTÁS LEYENDO
Toda una vida para enamorarse
Teen FictionTodas las personas alguna vez en nuestra vida hemos tenido a esa persona especial quien está con nosotros siempre que lo necesitemos y con la que cometemos travesuras, con la que por más que peleemos siempre van a estar a nuestro lado sin importar l...