Ese día en era especial para Lindo, debido a que comenzaba a trabajar en el hospital donde Kamie siempre había recibido el tratamiento para su enfermedad y tenía la suerte su tutor era el Doctor que trataba el caso de Kamie y Lindo tenía pensado exponerle el proceso de investigación, recientemente había tenido noticias de Cassie contándole la cercanía de la cura, día con día se adentraban más en la solución de la enfermedad que salvaría a su amada, para levantarle el ánimo, sin embargo, Lindo no lo necesitaba por primera vez en muchos años sentía esperanza en el futuro que se le presentaba.
Max observó nuevamente el mensaje y no pudo evitar que las lágrimas corrieran por sus mejillas sin saber si se trataban lágrimas de alegría o de desesperanza.
- ¿Porqué lloras? – Liz acomodada a su lado se acercó para limpiarle las lágrimas.
- Era Lindo se puso en contacto conmigo- Max hizo una pausa – se encuentra trabajando en el hospital donde han tratado a Kamie y su mentor es el doctor Jones el especialista de la enfermedad.
Liz sonreía ante la noticia que Max le comunicó. Ese momento la llenaba de alegría, ella había sido testigo de la mitad de esa historia de amor pausa por el destino tanto tiempo atrás y lo que más anhelaba en esos momentos era atestiguar el reinicio de ese amor tan puro que ambos se profesaban secretamente.
-Kai debe ir hoy a hacerse el chequeo de rutina ¿no? – Liz trataba de apresurar lo que su esposo no le podía comunicar, por temor a que lo juzgara – Max ¿Quieres que se reencuentren o temes que algo malo pueda sucederle a Kai?
-Siento que la llegada de Lindo significa un mal presagio. Ambos han vivido más de cinco años separados anhelando el rencuentro, pero han aprendido a vivir sin el otro. Dime Liz ¿Qué pasará cuando el sueño más grande de Kamie se vuelva realidad? ¿continuará con las ganas de vivir o se dará por vencida? ¿Qué hay de Maclaka y Kenya?
Pese a que el comentario de Max podía ser interpretado de una forma irracional Elizabeth lo entendía a la perfección. Kamie estaba cada vez más débil y no sería capaz de aguantar más años. Liz había sido la amiga de toda la vida de ambos, conocía mejor que nadie como habían sido capaces de superar el anhelo de estar juntos, sin embargo, siempre había mantenido el sueño de vivir esa historia de amor junto esa ilusión se volvería realidad, pero ¿cuánto tiempo serían capaces de vivir en esa burbuja idílica?
- Kai siempre ha vivido en un mundo lleno de monotonía. Toda su vida a lidiado con un programa donde del hospital pasa a la casa o al trabajo, nunca ha tenido la oportunidad de vivir una aventura. Tu y yo fuimos testigos de como la llegada de Maclaka le trajo un poco de luz a su mundo. Quiza la llegada de Lindo la ayudé a sobrevivir solo un poco más – a Liz se le hizo un nudo en la garganta era egoísta, ellos no querían que Kamie se marchara para siempre, existía una frase donde se menciona que al morir sufren más los que se quedan y era verdad Elizabeth no podía vislumbrar un futuro sin su mejor amiga y a Max le atemorizaba perder a su hermana, pero ninguno de ellos pensaba en lo que Kamie deseaba.
Kamie se había levantado temprano había sido incapaz de dormir ni un minuto, el dolor que sentía se iba haciendo cada vez más fuerte hasta el punto que le costaba respirar, aun así, decidió empezar su rutina donde debía tomar 3 pastillas en la mañana para poder mantener la presión arterial estable. Sin embargo, en sus ratos libres junto a Maclaka y Thiago continuaba escribiendo, escribía sobre todas historias fantásticas que nunca podría realizar. Varios de sus trabajos habían sido publicados incluyendo el cuento que Lindo y Liz la había obligado a presentar, pero siempre los había publicado bajo un seudónimo. La llenaba de alegría el observar como muchas personas disfrutaban de sus libros, de esos sueños inconclusos, era en esos momentos donde se daba cuenta que vivía a través de sus escritos.
Era en días como es donde Kamie se sentía más deprimida que nunca, ella observaba como Maclaka y Thiago crecían día con día. En diversas ocasiones descubría a Thiago observándola con una profunda tristeza a Kamie se le clavaba una espina en el corazón al tener el conocimiento de que no los vería crecer, de que no estaría allí en sus momentos decisivos. El dolor se intensificaba cada vez que visitaba al doctor, desde tiempo atrás nunca le había dado una noticia buena, Kamie recordaba el momento donde el doctor le explicaba que el tratamiento que la había mantenido tanto tiempo con vida era ahora inútil y no era viable intentar cambiarlo no era capaz de resistir un nuevo. Era solo cuestión de tiempo, no importaba cuanto intentará escapar en algún momento no podría resistirse a lo inevitable.
Max se había convertido en su compañero, la acompañaba a todas sus consultas y siempre había puesto su hombro para que ella llorara desconsolada, sin embargo, ese día se negó. Kamie inmediatamente intuyó que algo sucedía, pero no le reprocho nada era consiente de que Max continuaría después de que ella se marchara para siempre.
-Señorita Cross – la saludo Marta, la secretaría del doctor- El doctor pide que pase, por favor
El Doctor Jones la saludó con un fuerte abrazo y como no si era como su segundo padre. Después de hablar un poco sobre la vida comenzó a realizarle le recuento de la enfermedad de como esta afectaba a su cuerpo, él hablaba con voz melódica que hizo que Kamie se llevara una mano al corazón y en mucho tiempo se permitió tener esperanza.
Lindo había estado todo el día ocupado, después de presentarse al personal y de haber expuesto a diversos doctores la investigación realizada, había hecho un recorrido por el hospital conociendo a sus nuevos pacientes y había tenido la suerte de realizar consultas en medicina general, Lindo amaba ese trabajo y le daba oportunidad de salvar vidas, pero en un momento de la tarde Marta lo había llamado para que explicará los resultados de la investigación a una importante paciente, él supo que el momento había llegado, ese momento tan esperado del reencuentro.
Lindo caminaba en dirección al consultorio miles de preguntas se arremolinaban en su cabeza ¿lo aceptaría? ¿lo perdonaría?, las manos de Lindo sudaban por la emoción y los nervios, era la primera vez en casi 10 años que miraría esos ojos azules que tanto amaba. Al llegar al consultorio espero varios segundos y tomo aíre para serenarse mientras que escuchaba como el doctor terminaba de dar el diagnostico, un momento después la voz inconfundible de una mujer preguntaba ¿eso quiere decir?, ese fue el momento en donde tocó la puerta e hizo callar a los presentes.
-Adelante – habló el doctor con voz calmada reprimiendo una sonrisa.
Lindo ingresó tímidamente al consultorio sintiendo como los ojos de la mujer y del doctor se posaban en él.
Reinaba el silencio, Lindo y Kamie se contemplaban a los ojos, el paso de los años había hecho que se separan, pero nunca pudo desaparecer el brillo que sus ojos tenían cuando se contemplaban. Las preguntas que Lindo tenía se disiparon en es momento, esta frente a la chica que le había robado el corazón desde los 7 años y no permitiría que nadie se la llevará de su lado. Kamie sonrió ese era el momento que esperó por años frente a ella estaba ese chico inquieto que le había dado la esperanza de seguir viviendo. El tiempo se detuvo cuando los dos amigos se fundieron en un fuerte abrazo, ya no había duda ni resentimiento solo un amor puro que era incapaz de ocultarse.
El doctor Jones se limpió una silenciosa lágrima, recordaba la primera vez que los había visto juntos sabía que estaban hechos el uno para el otro y esperaba que pudieran disfrutarlo juntos.
-Si Kamie – Lindo y Kamie aún tomados de las manos lo voltearon a ver, el chico pelirrojo abrazó a Kamie mientras ocultaba su cara en su cabello, sabía cómo terminaba la frase – aún hay esperanza.
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Toda una vida para enamorarse
Fiksi RemajaTodas las personas alguna vez en nuestra vida hemos tenido a esa persona especial quien está con nosotros siempre que lo necesitemos y con la que cometemos travesuras, con la que por más que peleemos siempre van a estar a nuestro lado sin importar l...