53. El inicio de una vida separados

162 12 8
                                    

Max había escuchado todo lo que Andrés le había confesado a Kamie, en ese momento Max intentaba abrazarla, pero ella no se lo permitió se mantenía aferrada a Lindo, en ese día se le había roto el corazón dos veces de donde sacaría la fortaleza para enfrentar sus días contados a quién acudiría cuando sentía que el mundo se desvanecía.

Andrés no intentaba acercarse a Kamie, él sabía el odio que en ese momento sentía por él y no la culpaba, pero Andrés no sentía culpa, había intentado pintarle un mundo color de rosa a su hija y aunque fue efímero toda su vida estaría agradecido por los años de felicidad que le había dado a su hija, aunque en ese momento su corazón se hubiera partido en dos.

La cabeza de Lindo daba vueltas, él se debía marchar mientras que ella lucharía sola sin él. Lindo volteó a ver a su madre los ojos de Liliana centellaban con lágrimas retenidas y con culpabilidad, como no la chica que recién se había enterado de su destino era como su hija. Liliana volteó la cara no quería enfrentarlos, la madre de Lindo sabía perfectamente que Lindo y Kamie eran el reflejo de ellos antes de que la vida los cambiara. Lindo reunió valor y guio a Kamie hasta su habitación, donde la chica aún en shock se acurruco en la cama brindándole un espacio Lindo inmediatamente se situó junto a ella y entrelazo sus manos.

-Angelito- Lindo intentó llamarla, pero Kamie había enterrado su cara en las almohadas, mientras que él intentaba retener las lágrimas y memorizar cada detalle de su amiga, a Lindo le parecía increíble que el tiempo que les quedaba era poco para memorizar con exactitud a la chica que conocía desde hacía más de 7 años, la chica que le había robado el corazón.

-¿Desde cuándo lo sabes? – Kamie sabía que su mejor amigo lo sabía desde hacía bastante tiempo.

-Unos meses antes de tú cumple años número 15, es decir, más de un año – Lindo deseaba que Kamie levantara la vista y lo enfrentara, deseaba leer en la cara de su amiga y ver si lo odiaba.

-¿Me odias?- Kamie palideció al escuchar la pregunta de su amigo, en ese momento odiaba a todos quienes le habían ocultado la verdad, pero por mucho que quisiera estar sola y odiar a Lindo tenerlo junto a ella era más que suficiente, como podía ella odiar a su chico pelirrojo si sabía que había sufrido por más de un año solo sufriendo en silencio sabía que es secreto lo había torturado y matado lentamente por dentro, ahora entendía el destello de culpa que se reflejaba en esos ojos azules. Sé obligó a levantar la cabeza y brindarle una sonrisa.

-Nunca podré odiarte Lin durante años tú fuiste mi ángel de la guardia ¿quién odiaría a alguien como tú? Desde que tengo memoria has estado conmigo en lo bueno y lo malo y siempre has sostenido mi mano tengo muchas más razones para amarte que para odiarte y aunque me rompieras el corazón en miles de piezas siempre te amaré mi chico pelirrojo – esa fue la gota que derramó el vaso. Lindo abrazó a Kamie mientras las lágrimas de dolor y culpa salían, Kamie también lloraba en silencio, ella lloraba por el tiempo contado y por todas aquellas cosas que jamás le diría a Lindo para que no fuera una carga para él cuando ella se hubiera marchado a un lugar donde Lindo no podía seguirlo.

-Te prometo mi angelito que te ayudaré, que no dejaré que esto te maté yo te curaré—Lindo se obligó a decir esas palabras, palabras de consuelo dirigidas a él, Kamie le dedico una sonrisa con mentiras, su corazón le advirtió que eso no sería posible que su tiempo juntos había terminado, ella se obligó a centrarse en su tiempo presente, en el tiempo que aún le quedaba. Kamie se prometió crear un bonito recuerdo para Lindo, un recuerdo que lo hiciera sonreír.

En un abrir y cerrar de ojos Kamie se aferraba a Lindo. Dos meses no habían sido suficiente para prepararse, para decir adiós, para rogar al destino una nueva oportunidad para encontrarse y estar juntos y decirse tantas cosas que de no haberse quedado guardadas habrían cambiado su mundo.

-Quiero que me prometas Angelito – Lindo intentaba sonar seguro por ella pero sobre todo por él, Kamie erra su único motivo para regresar – que serás fuerte y resistirás hasta que yo regresé.

Kamie no intentaba retener las lágrimas, pese a que quería crear un recuerdo feliz para Lin le era imposible, su corazón le gritaba que sería la última vez que lo vería, sería la última oportunidad de demostrarle cuanto lo amaba, no esperaba que la decisión de Lindo cambiara, solo quería demostrar sus sentimientos. Kamie se acercó a Lindo y lo abrazó.

-El vuelo con destino a la ciudad de Londres favor presentarse a la sala de abordaje número cuatro- y cuando la voz a través de los parlantes termino, había llegado el inevitable momento de decir adiós.

-Mientras el mundo continué girando yo te encontraré y no descansaré hasta que nos volvamos a encontrar – Lindo le susurraba esas palabras sin ninguna prisa por romper el abrazó, pero había llegado el momento comenzó a separarse de Kamie, sin embrago, ella le tomo la cara y lo besó con ternura y desesperación, en el sabor de los labios de Kamie Lindo leyó un silencioso adiós.

Lindo caminaba silenciosamente tras su madre y su hermano, quienes sonreían llenos de felicidad por la escena desarrollada apenas unos segundos antes, él sentía que el pecho se le salía, era eso lo que por años había soñado, pero no así, no ahora. Lindo deseo correr regresar con ella y escapar, escapar de ese cruel destino que desde siempre se les había proyectado, pero no lo hizo y camino lentamente a una nueva promesa.

En ese momento dos partes de un mismo mundo se separaron con la esperanza puesta en el futuro, con la promesa del destino de una nueva oportunidad.

Toda una vida para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora