VII

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—O sea que yo soy una muggle

Hizo una mueca viendo al aire, definitivamente pasaban muchas cosas que nunca sabría con certeza en esa cabeza suya, así como también era seguro que no tenía idea de cómo explicar las cosas a esta torpe chica neoyorquina.

—En realidad eso está en duda ahora mismo...

—O sea que soy una bruja.

—Esta en duda...-lo pensó de nuevo y respondió con miedo una vez más—pero para evitarnos problemas legales nos quedamos con la idea de que eres una bruja y que siempre lo has sido

—Y ,en ese caso,¿Porqué mi familia me lo ha ocultado?

—Talvez creían que era una squib

—¡oh, claro, eso es tan claro para mí!—digo manejando el ancestral lenguaje del sarcasmo.

—Hijo muggle de padres magos—dijo la definición cual niño en escuela. Cuando terminó de hablar el broche de su maleta se abrió de golpe dejándome algo estupefacta al segundo.La cerró rápidamente y la tomó en sus manos otra vez para evitar que volviera a suceder.

—Tenemos que buscar sus orígenes—se levantó frente a mí de la banca del centro de Londres.

Fue entonces que me puse frente a él dispuesta a seguir órdenes, no solo me había adentrado casi a la fuerza al mundo mágico, él había elegido no entregarme a la buena suerte que me dieran otros magos con la información que yo había obtenido por mi cuenta y había descubierto un hallazgo sobre la chica muggle con curiosidad extrema que habla parsel. ¿Darán algo así como el premio al mago del año?,quiero nominarlo.

—¿Y cómo piensa llevarnos a Nueva York otra vez. Señor Scamander?, porque dudo mucho que mis orígenes se encuentren de este lado del mundo

—Supongo que entonces será como llegamos

Fruncí el ceño mientras él mira a otro lado, pensando, y luego la vuelve para ver mi cara, esto reiteradas veces. ¿Tan difícil era verme a los ojos?, mi cara no es la de alguien atemorizante ni mucho menos, solo soy una chica de ojos cafés, con cabello ligeramente rojizo y piel poco cuidada a decir verdad. No creo que evite contacto visual conmigo solo por no tener una piel perfecta.

—Dijiste que era "poco legal"—hice unas comillas con mis manos repitiendo y recordando sus palabras a la perfección.

Las carretas pasaban por nuestro lado y el sonido que provocaban los caballos calmaba un poco mi ansiedad constante por ser descubierta por quienes ni siquiera deben saber que existo. ¿Sería yo tan importante para un puñado de magos?.

—Lo es, pero según los registros vamos a seguir aquí en Londres y no en Nueva York, estarán ocupados con ello por un rato en caso de que nos estén buscando

Oh, nueva nota mental sobre el mago de ojos ágiles: lo planea todo.

Reí suavemente ante la situación tan bien acomodada, estaba ocupada riendo como para darme cuenta de la tensión dejando los hombros del hombre frente a mí que repentinamente estaba concentrado en mi risa pero que, en cuanto paré, volvió a concentrarse en sus pensamientos.

Ese palito verde que se movía cerca de su cuello me causaba mucha intriga pero ya le preguntaría mas cosas luego, tampoco era buena idea sobrecargar mi cerebro con tantas cosas cuya única explicación era algo tan inexplicable como la magia misma. Mi mirada subió hasta su cara completamente absorta en su mundo de ideas.

—Es usted muy tierno— dije con una pequeña sonrisa y de manera casi inaudible, dudo que lo haya oído realmente. Había sido un comentario para mí.

—Uhm...—su flequillo le tapó un ojo cuando por fin se estaba dignando a compartir un poco más de información conmigo—Deberíamos irnos ya

Su mano izquierda sostenía con fuerza aquel maletín, del cual ahora sabía su valor, y su mano derecha se extendió hacia mi con cautela, yo, de la misma manera, la tomé.

Aparecimos en una avenida poco transitada de mi ciudad natal. De un lado del mundo al otro en un segundo, tres veces al día,¿Esto es común al menos en el mundo mágico?, no podría acostumbrarme, pero al menos ahora sé que cuando sea vieja y tenga mil gatos en casa les contaré estas cosas y diré que he vivido una buena vida.Fui a Londres gratis y rápido. ¡Que maravilla,Newton Scamander!, me diste el viaje de la vida.

—¿Vive en la misma casa donde fue criada?—pregunta buscando algo alrededor con la misma cautela con la que en realidad solía actuar todo el tiempo.

—Es en el lugar donde vivo ahora pero en realidad solía estar en casa de mi abuelo todo el tiempo

No solo entendí que nunca tuve una casa como tal en la niñez, si no que ahora noto lo raro que eran las juntas de mis padres a las seis de la tarde...

—¿Dónde está esa casa?

—Cerca de Central Park. Ahora es un pequeño museo si no mal recuerdo—no me hacía gracia que todos mis recuerdos estén ahora expuestos a todo Nueva York gracias a que mi abuelo dejó todo a disposición del gobierno antes de morir.

—Debemos ir ahí

Y sí,de nuevo este mago de abrigo azul me estaba jalando por las calles donde crecí como si se tratara de un lugar conocido para él y no para mí.

Run,Muggle,Run!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora