Run,Muggle,Run!

XV

—¿Hay algún hechizo con el que pueda bañarme y cambiarme? -le dije con un poco de burla pero era mas real que nada. Acababa de bañarme pero necesitaba ropa un poco más limpia.

—De hecho hay un hechizo para limpiar—puse cara de sorprendida,¿Yahora sacaran conejos de sus varitas?—pero no creo que sea buena idea usarlo contigo-me dio una media sonrisa y apartó la vista rápidamente.

Guardó y acomodó un par de cosas que ocuparía para seguir escribiendo (dijo que faltaba poco para terminar el libro,solo esta esperando al basilisco "para agregar el dato faltante").

Subimos las escaleras y Newt cerró la maleta tras de sí.

—Traes tu varita,¿verdad?-aparté la mirada de la ventana y se hizo un contacto visual que me pareció tremendamente bello, asi que le sonreí lo mas tierna que pude y él apartó la mirada. Siempre que pasaba eso sentía un poco de frustracion.

—Sí—me limité a decirle y solo me acerqué sutilmente a él para que comenzara el viaje.

Para poner todo en contexto, recordé que mi abuelo era un gran fan de los anagramas desde siempre, y también redescubrí que yo no sé cómo funcionan. La buena noticia vino cuando recordé gente que si que sabe descifrarlos y que afortunadamente es parte de la familia, matar dos pájaros de un tiro.

Caimos en una de las calles de Edimburgo. Sael era la mejor opcion para saber sobre el basilisco, él siempre ha sido un raro de primera, siempre nervioso, y, segun mi padre, el mejor guardador de secretos.

—¿Sabes dónde vive?—pregunta con sus ojos viajando por todos lados.Caminamos unos cuantos pasos y me paré de golpe.

Había estado una vez aquí de pequeña y debía hacer memoria.

—Es una vieja casa...pero podemos ir a preguntar en algún sitio para no perdernos, es un poco conocido por sus relojes de madera—le contesto pensativa y empiezo a dirigirlo a donde vendieran relojes o cosas un poco rústicas a la vista— Espero que siga vivo—murmuro pero no sé si lo ha escuchado.

—Si es un mago, puedes estar segura de que encontró la forma de seguir vivo—contesta y asiento suavemente al darme cuenta que me ha escuchado.

—¿Conoces a algún mago escoces?

—En realidad, sí, una bruja, es muy vieja pero tiene una colección relojes de madera, puede que nos ayude

-Genial—contesto mucho más aliviada

Y así, terminamos en una pequeña casita nada acorde con Edimburgo. El tiempo es casi igual que en Londres. La señora Madeleine Vallesquec tiene unos 96 años y su magia es aún mas impresionante que la de Newt,tiene unos pequeños ojos color verdes azulados que brillan aun mas que los mios o los de mi acompañante y sonrie haciendo bromas que solo Newt entiende y yo finjo entender, cosas como que "Se siente como un ave fenix cada año cumplido", y yo ,con eso, no pude evitar pensar que tal vez vuela.

-¿Quisieras mas chocolate, querida?

Levanté la vista y me encontré a Newt viéndome expectante y a Madeleine sonriendome con una jarra llena de chocolate caliente.

—No quisiera incomodarla...—me encogí en el asiento. Una bruja experta me está hablando como si yo tuviera idea de todo y no.

—Eres igual de timida que Newt,mujer, a mi no me incomoda. ¡Amo las visitas!—llenó nuestras tazas de nuevo y sonreimos algo tímidos al mismo tiempo en notarlo.

—¿Y qué los trae por Edimburgo?.¿Vienen al festival de gaitas anual?

—Uhh...—me limpie el chocolate de la boca con timidez y de forma torpe— No, ni siquiera sabíamos que estaba el festival de gaitas

—Pues yo creí que venían a eso, muchas parejitas piensan que eso es romántico asi que creí que ustedes también—se ríe como si eso no hubiera afectado a nadie.

Creo que me puse roja, seguro era el chocolate caliente.

—En relidad, veníamos a visitar a un tio de Ginebra—Newt no tomaba el chococlate.¿Y si tenía algo y me vuelvo verde?.

—Ahh, entiendo—nos sonrió picara y mezcló algo extraño en su taza.

—Queríamos preguntarle por él, quizás usted lo conozca—movía los dedos de mis pies, ¿Porqué los ancianos me ponen nerviosa?.

—Pues conozco a muchos magos, dime el nombre y te lo diré

—Se llama Sael,Sael Obcilis, el...

La mujer soltó una risotada.

—Hablas de ese relojero—volvió a reír — un caso grave, por cierto, pareciera que ha olvidado que es un mago, ojalá lo ayude tener magos cerca—caminó a dejar su taza a la cocina—Vive a dos calles de aquí, reconocerán el lugar por el gran reloj de madera que cuelga en la puertecilla

Cuando nos despedimos, caminamos a donde Madeleine nos indicó.

Arriba de una pequeña puerta colgaba un reloj de madera realmente gigantesco, tanto que Newt y yo pareciamos pensar lo mismo "¿Es una broma?".

Pero no era una broma,cuando tocamos la puerta se abrió sola y entramos a una especie de casa-tienda,en todos lados habia un reloj, quizás también había en el baño,preferia no investigarlo.

—¿Hola?—hablé buscando a alguien.

—¿Estan buscando un reloj?,supongo que si, es lo único que se vende aquí—Un hombre alto y encorvado, con pelo revoltoso, canoso y despeinado, salió de una puerta ridículamente pequeña con el periódico en sus manos.

—En realidad lo estamos buscando a usted—dijo con un poco de valentia Newt.
¿Qué le hacía creer que era él?,¿Acaso nos parecemos?. Oh,Dios...

En ese momento nos miró,se centró en mi, y pude ver como tenía ganas de salir corriendo, él sabe del basilisco o soy tan bonita que está aterrado de cómo de bien he crecido.