NARRA SOFIAApresuro el paso hacia la habitación del energúmeno de mi mejor amigo. Sin ni siquiera tocar en la puerta me decido a abrirla, encontrándole acostado en su cama de una manera demasiado apacible sabiendo lo que ha hecho.
—Vaya, no te esperaba por aquí tan temprano —comenta con burla mientras me sonríe con cara de angelito como si nunca hubiese roto un plato.
No espero ni dos segundos para caminar hacia dónde está y quedarme frente a frente.
—¿Dónde está? —pregunto nerviosa.
Christian se hace el desentendido como si no supiera de que estoy hablándole y eso me hace pensar en lo poco maduro que es cuando quiere.
—No sé de que me hablas Sofi —Se encoge de hombros y sigue leyendo el libro que tiene entre sus manos.
"Brighly, fuera de su ciudad", es lo que logro leer como título del libro.
—Christian es mi diario y es de muy mal gusto que juegues con él —aclaro enfadada.
Esta mañana al levantarme y buscar mi diario, o mejor dicho el que me regalo Christian, me encontré con el panorama de que no estaba por ningún lado. Como es normal, me asusté bastante hasta que vi una nota en el espejo del baño que no me dejó ninguna duda con respecto a que fue Christian quien me lo quitó.
Ambos comenzamos un duelo de miradas hasta que el rubio parece darse por vencido con este juego y termina accediendo a mi petición.
—Vale, venga —dice Christian alargando la última palabra.
Mi amigo se levanta y busca entre sus cajones.
—Christian, si alguien leyera las cosas que he puesto en ese diario podría tener muchos problemas —explico.
Puede que él no lo entienda pero en ese diario están muchos de los primeros pensamientos que tuve al venir al internado y no me gustaría que nadie los leyera y mucho menos sin mi consentimiento.
Mi mejor amigo, antes de seguir con la búsqueda, se aparta de ahí y se dirige para mí.
—Sofi, no seas tonta. Yo nunca haría nada que te perjudicase y lo sabes.
Después de su breve intervención vuelve a buscar mi diario entre sus cajones.
—Pues como no lo encuentres... —Antes de que pueda decir algo más, Christian saca del cajón mi bendito diario y me lo entrega.
—Aquí tienes —dice un poco molesto.
Ni siquiera me mira cuando me lo entrega.
—Gracias —le agradezco. Sin embargo, Christian está enfadado y decide pasar de mi para seguir leyendo su libro en la cama.
Como veo que sigue sin responder a pesar de estar de pie en frente suya decido tirarme encima de él. No obstante, me doy cuenta de que es mala idea cuando la cabeza de Christian choca con el espaldar de la cama y mi rostro queda en frente del suyo, más cerca de lo necesario.
Trago saliva un tanto nerviosa por lo que acaba de ocurrir debido a mi mala actitud. Asimismo, aprovecho para levantarme y apartarme de mi amigo.
—Sofi la próxima vez que te tires encima mía procura hacerlo con más cuidado —expresa Christian haciendo soltar una risa tímida.
—Lo siento —Me rasco la nuca nerviosa.
La verdad es que estar tan cerca de las personas me incómoda. Es por ello que lo que acaba de ocurrir con Christian no es que sea muy agradable para mí.
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Cumpliendo los catorce
Humor"Le miro por última vez pensando en lo erróneas que son sus palabras. -Puede que no sea una persona adulta y que tampoco es que tenga bastantes experiencias en lo que se refiere al amor pero te aseguro que sé lo que es que querer a alguien -afirmo c...