73. Es irónico.

3.8K 335 163
                                    

Antes que nada os invito a que le echéis un vistazo a mi nuevo libro "Serendipia" a ver qué os parece :) me haría mucha ilusión la verdad <3

En multimedia está una canción en versión lenta que me encanta. Se llama "Another love".

Capítulo sin editar


NARRA SOFIA

Unos gritos me impiden leer de forma tranquila. Por primera vez me he atrevido a comenzarme la famosa novela conocida como Crónica de una muerte anunciada y ahora con los gritos de Susan y compañía me es imposible.

No sé con quien está, solo sé que desde que llegó, hace aproximadamente una hora, no he podido seguir disfrutando de mi único momento de soledad en el día y para colmo mañana es la feria de uno de los pueblos que está cerca de donde vivimos y como todos los años mi familia pretende que vayamos así que necesito descansar.

Aún así sigo con mi lectura observando y analizando el hecho de que a pesar de que todo el mundo supiera lo que iba a pasar, al final, nadie consiguió ponerle fin.

Sí, me sé el final, ya Christian me lo había spoileado una vez y sé que no revive al final por arte de magia ni nada.

Y sí, le perdoné porque me regaló chocolate después. ¿Quién se resiste a eso?

Todo eso me hace pensar en el hecho de que muchas veces nosotros también somos conscientes de cosas que son malas a nuestro alrededor y, a pesar de ello, seguimos ahí sin hacer nada: cuando sabemos que le van a partir el corazón a nuestra amiga o a nuestro amigo, cuando dejamos que le hagan bullying a un compañero de clase o cuando sabemos que alguien está pasando por un mal momento y no lo ayudamos sabiendo las consecuencias que puede acarrear. En todas esas situaciones y en muchas más, somos capaces de cambiar el rumbo que va a tomar y aun así no lo hacemos. ¿Por qué? Pues no sé, quizás eso es lo que nos hace "humanos".

—Hermanita, Flavia y yo nos vamos a dormir, no hagas mucho ruido —Mi hermana entra sin tocar y consigue que me sobresalte.

Realmente odio cuando la gente hace eso. Sé que no estoy haciendo nada privado, solo leo, pero aún así es como si estuvieran invadiendo mi privacidad. ¿Qué les cuesta tocar?

—Sam hay algo que se llama puerta y se puede tocar. Te lo comento así como dato —insisto con tono burlón.

Ella se ríe y rueda los ojos. Estamos acostumbradas a esto. Ella siempre entra sin llamar y yo siempre le reprocho por ello.

—Buenas noches.

Samantha se gira para marcharse. Sin embargo, yo tengo una pregunta más para hacerle.

—Oye Sam, ¿sabes con quién está Susan? —pregunto con cierta intriga. Si mi hermana lleva tanto tiempo hablando con alguien en su cuarto al menos me gustaría saber quién es el afortunado (o quizás no tan afortunado). Además, tampoco es nada nuevo el hecho de que sea la reina del cotilleo y la curiosidad.

Samantha mira al suelo y se muerde el labio. Eso es una mala señal, que digo de mala, es una malísima señal. ¿Acaso no me va a gustar la respuesta?

—Creo que es mejor que vayas a comprobarlo tú misma.

Y sin tan siquiera dejarme tiempo para debatirle mi hermana sale corriendo y cierra la puerta.

—¡Muy maduro por tu parte! —grito con todas mis fuerzas para que me escuche.

Su respuesta me deja con la incógnita de quién será el huésped de Susan. ¿Será Jackson? No creo que le haya perdonado tan rápido y mucho menos que lo invite a casa sabiendo lo que piensan mamá y papá de él, ¿quizás sea Dylan? Aunque tampoco me cuadraría. ¿Qué pintaría él aquí?

Cumpliendo los catorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora