Cumpliendo los catorce

86. Servicios a la comunidad (Parte 2)

Capítulo sin editar

NARRA SOFÍA

Otra hora más recogiendo basura que se me ha hecho eterna. Esta vez porque mi cabeza no dejaba de darle vueltas a lo de Dylan. La decisión está en mi mano pero, ¿y si me equivoco?

Durante este año he vivido tantas cosas que ahora me doy cuenta de lo duro que es crecer. Cuando llega la adolescencia uno suele pasar por experiencias completamente nuevas y eso a la larga puede pasar factura.

En estos momentos solo quisiera desaparecer por unas horas pero algo me dice que va a ser imposible.

—¡Venga chicos vamos a descansar! —grita uno de las monitores. Este señala el montón de mesas que hay y donde nos tocará merendar.

En el descanso nos podemos juntar todos independientemente del grupo en el que te haya tocado, así que sin pensarlo dos veces decido buscar a Anastacia e irme con ella. Entre tanta gente es complicado encontrarla. Por suerte el pelo de mi amiga es reconocible en cualquier lugar en donde esté y consigo verla a lo lejos. Está al lado del montón de bolsas de basura de su grupo. ¿El problema? Está hablando con Hunter, Flora y Brent.

Respiro y me armo de valor para caminar hacia ellos. En el camino me limito a pensar que no es para tanto y que nada tiene por qué salir mal. Cuando llego Brent se tensa mientras que los demás me saludan efusivamente, Flora hasta se atreve a abrazarme.

Totalmente inesperado eso.

—¡Cuánto tiempo! —afirma sin soltarme la susodicha.

—Algo la verdad.

—¿Qué tal todo Josefa? —pregunta Hunter pasando su brazo por mi cuello y atrayéndome hacia él.

Sorprendentemente, Hunter se ha convertido para mi en esa persona que cuando ves te pone de buen humor. Sin duda alguna, junto con otro par de personas, es una de las mejores amistades que sé que me llevaré de aquí.

—Pues ahí vamos, ¿y tú que tal?

No puedo evitar dedicarle una sonrisa de esas totalmente sinceras. La verdad es que me alegra mucho verle de nuevo.

—No me puedo quejar.

—Bueno si ya todos hemos terminado de presentarnos por decimocuarta vez, ¿podríamos irnos a comer? —espeta Brent un tanto enfurruñado.

Dirijo mi mirada hacia él pero ni siquiera se atreve a mirarme. En el fondo quería pensar que tal vez después de aquella noche no todo tenía por qué estar tan mal. Obviamente me equivoqué. A Brent se le nota tenso, incluso incómodo a mi lado y todo simplemente por ser honesta con él.

—Vale fiera —Hunter es quién toma la palabra haciendo caso a su amigo. Los demás nos limitamos a seguirles hacia la zona donde están el resto comiendo.

Cada uno coge su comida y entre todos buscamos una mesa donde podamos sentarnos. Anastacia se sienta al lado de Hunter, Flora al otro lado y Brent enfrente. Para contemplar mi fantástico día los dos únicos asientos que quedan son al lado de Brent y solo puedo escoger si sentarme a su derecha o a su izquierda.

Genial.

Le miro de reojo y me doy cuenta de que él está igual de "contento" que yo con que nos tengamos que sentar el uno al lado del otro. Confirmamos que soy la reina de la mala suerte.

—Me gustan este tipo de actividades, me siento buena persona cuando las hago —Anastacia es la primera en romper el hielo. Hunter y Flora le siguen la corriente mientras que Brent y yo permanecemos atendiendo en silencio.

Varios minutos pasan hasta que la situación se vuelven insostenible para mi y decido ponerle fin.

—¿Podemos hablar? —murmuro llamando la atención del castaño.