Cumpliendo los catorce

02. ~Conociendo al resto de los encarcelados.

[En multimedia Christian Lewis]

NARRA SOFIA

Después de que mis padres se fueran aquella chica tan agradable de treinta años me acompañó hasta mi habitación y bueno aquí estoy ahora. Antes ni siquiera me despedí de mis hermanas y mucho menos de mis padres debido a lo enfadada que estaba y que sigo estando.

Al parecer voy a tener que compartir habitación con una chica más.

Miro con detenimiento la habitación. A cada lado de ella hay una cama y parece estar decorada de una manera distinta en cada lado, es decir, mientras que en la parte derecha de la habitación no hay nada más que unas paredes de color azul cielo sin nada más que una mesa de noche y un armario, en la parte izquierda hay posters en la pared azul cielo, una estantería con libros, una mesa de noche con fotos de mi compañera de cuarto -o al menos eso creo yo- y un armario.

Comienzo a sacar la ropa de mi maleta y guardarla en el armario hasta que oigo como la puerta de la habitación se abre, dejando ver a una chica alta, de cabello pomposo y rojizo, con la tez blanca.

—¿Y tú eres? —es lo primero que me pregunta nada más entrar.

—Sofia Steel, soy nueva aquí —me presento y ella muestra una mueca de asombro para luego asentir con su cabeza. En su mano sostiene un chupa chup sin abrir.

—Por casualidad, ¿no serás la hermana de Samantha o Susan Steel? —me pregunta mientras abre el chupa chup.

—Sí, soy hermana de las dos —afirmo ante su pregunta.

Ella se sienta en uno de los sofás de cuero que hay en la habitación y me examina de arriba a abajo.

—Encantada, yo soy Anastacia Baker, puedes decirme Ana, si quieres —se presenta por mi primera vez la pelirroja desde que ha entrado en el cuarto, y me sonríe.

Yo le devuelvo la sonrisa.

—¿Tú en que curso estas? —le pregunto con curiosidad por saber si está en la clase de alguna de mis hermanas.

—En el cuarto año, junto con tu hermana Samantha —ahora se levanta acercándose a una papelera que hay al lado de la estantería y tira su chupa chups.

Sigo con mi ronda de preguntas y le hago la siguiente.

—¿Esto de aquí es duro? —le pregunto con cierta intriga por saber al lugar al que me enfrentaré durante el próximo año. La chica pelirroja suelta un bufido.