Cumpliendo los catorce

77. Lo mejor (parte 1)

Capítulo sin editar

NARRA BRENT

Vanessa está hablando. Sé que lo hace porque veo como mueve sus labios, no porque la esté escuchando. Mi atención está focalizada en una rubita que está sentada dos mesas por detrás de nosotros con sus dos amigos.

Doble S se está riendo junto a Christian y Anastasia. Siempre he envidiado la relación que tiene uno de mis mejores amigos con ella. Parece tan sencilla. No solo la de Chris y doble S, sino también la que tiene con Hunter. Con ellos se ríe, bromea y sobre todo sonríe. Conmigo al principio también era así hasta que todo cambió un día. Tal vez la culpa fue mía por no saber valorar lo que tuve en su tiempo pero también la culpo a ella, nunca intentó expresarse bien o tan siquiera poner de su parte.

Y ahora miradme, aquí estoy matando por saber de que están hablando y, sin embargo, aquí sigo, junto a Vanessa hablando de algo que ni siquiera me interesa.

¿Lo peor? Que ahora sí que la he perdido.

Sé que entre Dylan y doble S siempre hubo algo raro. Sabía que él le iba a detrás pero nunca pensé que ella fuera tan tonta como para caer en sus redes. Dylan es un mal tipo. No sabe lo que quiere y mucho menos creo que Sofía sea lo que está buscando.

Dylan no es bueno para doble S. Ni yo tampoco, ¿para qué mentir? ¿Pero realmente hay una persona que sea cien por cien buena para otra?

—Brent, ¿me estás escuchando? —Vanesa pasa su mano por delante de mis ojos. Por primera vez en la conversación atrae mi atención.

—Sí, sí, estoy de acuerdo —miento. Ni se de que está hablando pero normalmente con asentir y afirmar la gente suele pensar que los estás escuchando.

—¿Qué estás de acuerdo con qué?

Mierda.

—Con eso que has dicho —sigo mintiendo.

—Pero si solo te estaba contando lo que me había pasado ayer —Vanessa resopla.

De seguro que se ha molestado por no hacerle caso.

—Lo siento es que el examen de matemáticas me tiene un poco agobiado —Vuelvo a mentir.

Cualquiera diría que soy un mentiroso compulsivo.

—Ya, parece que nos va a petar la verdad.

En estos momentos el examen de matemáticas me da igual. Lo que me importa es saber las intenciones que tiene Dylan con doble S e intentar impedir cualquier mala obra por su parte.

Vanessa vuelve a hablar de nuevo y yo vuelvo a fijar mi mirada en ella. Esta vez no está riendo, está mirando a alguien. Sigo con mi mirada la suya y me encuentro con nada más y nada menos que Dylan y su grupito. ¿Sabra Sofía que vende droga?

—Oye, ¿qué te parece si hacemos algo un día de estos? Como antes, tú y yo, una película, no sé algo así —propone mi amiga trayéndome a la realidad.

—Sí, tal vez. Últimamente no tengo mucho tiempo —miento.

Realmente no tengo nada que hacer más que jugar a videojuegos o llevar al día las cosas de clase. El problema está en que no tengo ganas de hacer mucho más.