50. Puedes ser feliz sin alguien a tu lado

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Capítulo sin editar

NARRA SOFIA

Las vacaciones de Navidad estuvieron bien sin contar algunos inconvenientes, como el hecho de que Flora y Hunter rompieran o peor aún: que mi hermana quisiera casarse con Jackson. Lo peor de todo esto es que a día de hoy ambas cosas siguen presentes, es decir, Flora y Hunter siguen sin haberse reconciliado y mi hermana sigue empeñada con llegar a cabo su casamiento.

Hace un par de días fue la fecha de los reyes magos y al igual que en noche buena, mis padres volvieron a comprarle un regalo a Christian para que no se sintiera solo ni apartado. Ya todos lo consideramos como uno más en la familia. Ese día fue genial, sobretodo porque estuve en familia, sin pelearnos, algo que ya extrañaba.

También estuvo bien el día de fin de año. Como es tradición me comí las doce uvas y al final del todo pedí un deseo. Uno que espero que se cumpla.

Ahora solo quedan dos días para que empiecen las clases en el internado.

—Nada como volver de nuevo a este lugar genial —ironiza Anastacia una vez que ambas entramos en nuestra habitación.

Ante su comentario no puedo evitar reírme. La verdad es que el lugar en si no lo extraño pero a las personas que viven en este sitio sí.

—Estás con tus amigos y conmigo, ¿qué más quieres?

—No sé, ¿quizás libertad para ir a donde quiera cuando yo quiera sin estar encerrada las veinticuatro horas del día? —comenta con sorna la pelirroja mientras comienza a guardar su ropa.

Yo también saco mis cosas y comienzo a organizarlas.

He de admitir que si en algo tiene razón Anastacia es en el hecho de tener que volver a clase no es una idea que agrade del todo y es que tal vez eso es lo peor de las vacaciones, que una vez que terminan tienes que volver a tu rutina.

—Deja de quejarte y disfruta del momento —digo y me tiro sobre la cama.

Anastacia al principio rueda los ojos, sin embargo, al final imita mi gesto y también se tira en la suya.

—Tienes razón, esto está mejor —responde mientras mueve sus brazos y  piernas como si estuviese en la nieve.

Al verla suelto una pequeña risa y me uno haciendo sus mismos movimientos. Ambas seguimos con nuestras tonterías hasta que alguien interrumpe tocando la puerta.

—Pase —grita la pelirroja.

Cuando la puerta se abre lo primero que se ve es un cabello castaño que no tardo en reconocer, es mi amiga Flora.

Desde que la vemos Anastacia y yo nos ponemos serias. No queremos que parezca que estamos contentas mientras nuestra mejor amiga está triste por su ruptura.

—¿Puedo quedarme con vosotras un rato? —pregunta mirándonos con los ojos llorosos—. Se lo preguntaría a Hunter para no molestaros pero ya no estoy con él —añade a punto de llorar.

Trago saliva nerviosa sin saber que decir o hacer. La verdad es que doy pena consolando a la gente, siempre digo algo mal y termino empeorando todo.

—Claro, ven siéntate aquí —la animo con mi mano para que se siente a mi lado en la cama.

—Gracias —agradece mi amiga una vez que sienta.

Anastacia y yo nos miramos sin saber de que hablarle para no hacerle mal. La pelirroja mueve su cabeza para que diga algo. No obstante, yo niego con la mía y la muevo hacia delante para que sea ella la que hable.

Cumpliendo los catorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora