08.~Maldito Andrés.

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NARRA SOFIA

Hoy ya es sábado, día libre en el internado. Durante estos últimos días he estado pensando en cuál podría ser la venganza perfecta para Eleonora. Sin embargo, no encuentro ni una sola idea que sea buena y asequible.

—¿Vas a seguir sin hablarme? —La pregunta de Anastacia me saca de mis pensamientos malévolos.

Me levanto de la cama dejando a un lado la cómoda posición en la que me encontraba segundos atrás y miro a la pelirroja, quien mantiene un puchero en su rostro.

Está intentando darme pena.

—Depende —contesto de manera tajante y desinteresada.

—¿De qué? —me cuestiona Anastacia.

—¿Te arrepientes de lo que hiciste? —pregunto a lo que mi compañera de cuarto asiente desesperadamente—, pues pídeme perdón —añado.

Ella se acerca hacia mi cama y se pone de rodillas en frente de ella. Además, con sus manos adopta una posición de súplica, lo que me hace reírme un poco por lo bajo.

—Lo siento mucho Sofia, no quise mentirte, eres una chica genial y me arrepiento de lo ocurrido, ¿me perdonas? —Las palabras que me dedica Anastacia son simples pero necesarias y en cierta manera me conmueven.

—Claro que te perdono loca.

Me acerco hasta la pelirroja con una sonrisa de oreja a oreja y le doy un abrazo. Me alegra mucho poder volver a hablar con ella.

No obstante, cuando el abrazo termina siento como un dolor por debajo de mi barriga, aún así decido no hacerle caso.

—¿Y qué tienes que contarme pequeña? —La pregunta de Anastacia me hace pensar en lo ocurrido en la piscina hace un par de días.

—Eleonora me tiró a la piscina por celos, ¿te lo puedes creer? —La pelirroja bufa ante mis repuesta.

—Esa niña está loca.

—Y que lo digas —digo dándole la razón—, es por eso que quiero vengarme —añado haciendo que Anastacia me mire con una sonrisa malévola.

—¿Por qué no le pides ayuda a Christian?

La pregunta de Anastacia me hace pensar en que eso podría serme útil.

—Buena idea.

(...)

Salgo de la habitación y me dirijo hacia el cuarto de Christian para ver qué está haciendo. Una vez que llego hasta mi destino doy dos golpes en la puerta y entro.

Al entrar me encuentro con el panorama de que Christian está leyendo un libro recostado sobre el espaldar de su cama.

—Hey —le saludo intentando llamar su atención mientras me tiro de lleno sobre su cama y me quedo a un lado suyo.

—Hola Sofi, ¿qué hay? —pregunta sin apartar su vista de su libro.

—Nada, ya me arreglé con Anastacia y aún sigo pensando en mi venganza contra Eleonora, ¿tú tienes alguna idea de que podría hacerle? —Busco alguna respuesta por parte de mi amigo. Él suele ser bueno planeando este tipo de cosas, o eso me dijo Anastacia.

Sin embargo, Christian parece estar demasiado concentrado en su libro y me da respuestas vagas.

—No sé.

Cumpliendo los catorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora