44. Realidad vs ficción

21.5K 1.4K 1.6K
                                    



NARRA SOFIA

Con cuidado comienzo a sobar mis ojos con el fin de ver si realmente es Hunter quien está en la puerta o es solo mi imaginación. Él está serio y con sus brazos cruzados, lo cual no sé porque pero en cierta manera me intimida.

—¿Hablar de qué? —pregunto sin entender el motivo de su visita.

En el fondo me esperaba que fuese Brent quien me hubiese seguido para hablar conmigo y para ver si me encontraba bien. Tal vez deba de echarle la culpa a esas películas y a esos libros que nos hacen pensar que cada vez que estamos mal aparecerá aquella persona que nos gusta para consolarnos y hacernos sentirnos mejor porque la realidad es muy distinta a la ficción.

Realmente si todo hubiese sido como en la ficción, Brent me hubiese seguido y al pedirme que hablásemos, yo hubiese podido tener el valor suficiente como para confesarle de una vez por todas que no quiero ser su amiga y entonces él me hubiese correspondido mis sentimientos y de esta manera podríamos haber comenzado una de las historias de amor más bonitas. Sin embargo, eso no ha pasado porque como dije antes la realidad es muy distinta a la ficción.

En el mundo real Brent no ha venido a hablar conmigo y me ha dejado más que claro que estoy en la friendzone. ¿Lo peor de todo? No puedo reclamarle nada puesto que él no ha jugado con mis sentimientos y ha sido claro en todo momento, no es mi culpa querer lo que no puedo tener.

Por eso la realidad es triste en comparación con la ficción ya que normalmente en esta última el amor casi siempre es correspondido mientras que en la primera no es siempre así.

Tal vez ese sea el problema de las películas y de los libros, que nos hacen pensar que siempre que amemos a alguien, esa persona lo hará de vuelta.

A su vez, el hecho de que tampoco hayan sido ni Flora ni Christian los que me hayan seguido me decepciona un poco pero no los culpo por ello ya que de seguro ni se habrán dado cuenta de mi malestar. Por eso me sorprende, que Hunter, un chico con el que no es que hable demasiado, haya intuido que me encontraba incómoda y mal.

—¿Por qué te has marchado de esa manera? —me pregunta con la mirada seria.

Trago saliva e intento pensar en una excusa convincente.

—Porque estoy cansada y quiero dormir, así que creo que deberías de irte Hunter —le pido con amabilidad.

Espero que ante mis palabras comprenda mi situación y el hecho de que quiero estar sola en estos momentos. Sin embargo, como el destino es cruel, Hunter se queda ahí de pie, sin moverse ni un solo decímetro.

—A mi no me engañas Josefa —afirma haciéndome recordar nuestro primer encuentro.

Quién pensaría que después de lo de la librería volvería a encontrarme con él y justamente aquí.

—Eso no parecía así cuando te creíste que me llamaba Josefa —le recuerdo esbozando una pequeña sonrisa.

—Que graciosa —ironiza riendo de manera falsa.

Comienzo a reírme, hasta que los recuerdos de la fiesta y de lo que pasó en el cuarto de Eleonora vuelven a mi, haciendo que termine por soltar un suspiro.

—Ese ha sido un gran suspiro, ¿no crees? —comenta el rubio llamando mi atención de nuevo.

—¿Por qué estás aquí Hunter? —comento sin rodeos.

Cumpliendo los catorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora