92. Ensayos, ensayos y más ensayos

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Capítulo sin editar

Capítulo 92. Ensayos, ensayos y más ensayos.

NARRA SOFÍA

—Sofi, tienes que ponerle más emoción, sino no va a parecer que estás enamorada de Brent —Me regaña por decimocuarta vez Christian. La verdad es que no he nacido para actuar y eso está quedando más que claro con el cortometraje.

Trago saliva. Observo de nuevo el guión e intento ponerle la mejor de las intenciones.

—Ryan yo te quiero pero nunca he dejado de sentir cosas por Scott —finjo ponerle emoción y un toque dramático mientras no dejo de mirar a Brent para que siga su parte. Sin embargo, no lo hace y en su lugar comienza a reírse.

Sí, a reírse de mi.

Yo arqueo una ceja. ¿Qué es lo gracioso? Desvío mi mirada hacia Christian en busca de una respuesta y él resopla.

—¿Podéis tomaros esto en serio? —Vuelve a enfadarse. Esta vez de verdad y peor que las anteriores, estará ya harto de nosotros—, voy a tomarme un descanso de cinco minutos, ahora vuelvo.

No dice nada más y nos deja a Brent y a mi a solas en el patio del internado. Ambos nos sentamos en el césped a la espera. Yo me cruzo de piernas y Brent me imita.

—Lo siento, es que la escena fue demasiado para mi —Se disculpa por lo que ha pasado hace un par de minutos. Yo suspiro.

—Da igual, si es que no sé actuar —Si no fuese porque sé lo importante que es para Christian me rajaría—. Solo lo hago por Chris.

Brent agarra mis manos y me junta con él. Yo le miro extrañada por la situación.

—Te quiero pero aunque te quiera a ti hay otra persona por la que no puedo dejar de sentir lo que siento y eso tienes que entenderlo —Sus palabras son tan intensas que me pongo nerviosa y me zafo de su agarre.

—¿Qué dices? —cuestiono aturdida.

—Estaba practicando tu parte del texto para que veas que no es tan difícil.

Su respuesta me deja anodada por un momento me había creído que estaba diciéndomelo de verdad y me había preocupado.

—Se te da muy bien esto.

—¿Qué no se me da bien doble S? —Ahí está nuevamente el Brent prepotente de siempre.

—A ti no se te puede decir nada.

—Anda que a ti —responde Brent de forma divertida.

Cualquiera pensaría que estamos discutiendo pero en realidad sólo nos picamos como siempre. Tan así es que Brent comienza a hacerme cosquillas y yo no puedo parar de reírme.

—¡Brent para! —grito mientras intento zafarme de su agarre.

Por suerte una fuerza externa me escucha y me ayuda a ello puesto que de repente empiezan a saltar los aspersores consiguiendo que ambos nos mojemos. No obstante, en vez de salir de ahí nos ponemos a correr el uno detrás del otro intentando empujarnos para que el otro caiga donde más agua hay.

Obviamente Brent consigue mojarme más que yo a él. Ambos no podemos parar de reírnos, sobre todo, cuando nos tropezamos y caemos uno encima del otro.

Brent está encima mía y estamos siendo empapados por unos aspersores. El panorama es curioso en cuanto menos.

—Pesas lo suyo —Indico para que se aparte. Sin embargo, él hace caso omiso y aparta con delicadeza uno de mis mechones de pelo de la cara.

Cumpliendo los catorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora