04.~¡Comienzan las clases!

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En multimedia Eleonora


NARRA SOFIA

Hoy es primer día de clases. Eso me hace sentirme algo nerviosa. Se supone que hoy conoceré al resto de pubertos con los que tendré que compartir clases durante todo este curso escolar en este internado.

Me llamaréis rencorosa pero a día de hoy sigo sin haberle perdonado a mis padres el hecho de haberme mandado a este lugar y eso que ya ha pasado una semana desde que estoy aquí.

Si soy sincera no he hecho mucho aparte de hablar con Anastacia de cosas ilógicas, ir a jugar al cuarto de Brent a los videojuegos -creo que no hace falta que aclare que le gané en la mayoría de las partidas y se picó-, pasar algo de mi tiempo libre con Christian y Flora y bueno no he hecho mucho más o eso creo.

Me miro en el espejo por décima vez.

Hoy tengo el pelo recogido con una coleta de caballo, en cuanto a mi atuendo he tenido que ponerme el uniforme del internado. Este consiste en una falda azul a juego con una chaqueta del mismo color, una camisa blanca y una corbata roja y azul. Sin contar las bailarinas negras.

Oigo un bufido proveniente del cuarto de baño que tenemos en nuestra habitación.

Segundos después, Anastacia sale del baño con la corbata sin atar.

—¿Podrías atármela? —me pregunta poniendo un puchero.

Suspiro al pensar que ella es la mayor de las dos pero se comporta constantemente como si fuera la menor.

Aun así, voy a donde está ella y accedo a ayudarla.

—Hoy es tu primer día —me comenta mientras yo sigo atándole la corbata.

—Lo sé, estoy nerviosa —resoplo pensando en lo que me espera hoy. Sin duda no será un día fácil.

(...)

La primera clase está a punto de comenzar. Observo el panorama que tengo a mi alrededor y cojo asiento en la parte trasera de la sala puesto que no quiero destacar demasiado.

Ya tengo bastante con ser la nueva.

Rebusco entre mi mochila el cuaderno que me dio aquella chica tan amable que conocí el primer día que vine aquí. Supuestamente ella es mi guía.

Un carraspeo de garganta hace que levante la vista, encontrándome así con una chica con una piel blanca como la tez, un cabello largo de color castaño oscuro y con una mirada muy intimidante que consigue ponerme nerviosa.

—Hola —la saludo con una sonrisa sin entender porque sigue mirándome así.

—Estás en mi sitio —es lo primero que dice la chica. Ni un saludo, ni un como estas, ni un ¿eres la nueva?, no, solo esas rotundas palabras que encima han sonado de borde total.

Parpadeo un par de veces haciendo que la chica se cruce de brazos y empiece a dar pequeños golpes con su pie derecho sobre el suelo.

—Los asientos no tienen nombre —le contesto y luego sigo con lo que estaba haciendo antes de que me interrumpiera, es decir, buscar mi libreta.

La chica se apoya sobre mi mesa y me mira desafiante.

—No te conviene llevarte mal conmigo, niña nueva —pronuncia sus palabras con desprecio. Alzo mi mirada y le miro de la misma forma desafiante que ella lo hace sobre mi.

Cumpliendo los catorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora