Esta es la canción de la que ellos hablan ❤. Disfruten el capítulo y nos vemos el Viernes. 😉
Sin esperar por más tiempo, me pongo de pie. Él me mira curioso y frunce su ceño, le sonrío y hago mi camino hasta el servicio de baño. Paso junto a las chicas y ellas aún devoran a Nathan, aunque una de ellas me observa con un mal gesto, lo cual me hace detenerme.
—¿También cayeron verdad?
Ellas se miran entre sí, y se dan miradas confusas.
— ¿De qué rayos hablas? —pregunta una de ellas.
—Del chico —les digo haciendo un gesto de saludo hacia Nathan, él regresa el saludo un poco tímido—. Es una pena que sea tan guapo.
—¿Estás con él? —pregunta otra de ellas.
—Oh, no. Él es la pareja de mi mejor amigo.
Una de las chicas escupe la bebida y tengo que controlarme para no carcajearme.
—¿Hablas en serio?
Muevo mi cabeza en afirmación.
—Lo sé, un completo desperdicio —aseguro mientras hago un gesto de desaprobación—. Ni modo chicas, así es la vida.
Ellas fingen una sonrisa y no esperan hasta que me marcho cuando empiezan a murmurar sobre la preferencia sexual de Nathan. Observo hacia la mesa donde estamos y levanto mis pulgares, él hace un gesto que indica que no entiende nada, pero aun así me sonríe.
Entro al cuarto de baño y estallo en carcajadas. ¡Dios! No sé cómo pude haber hecho algo así, pero lo haría una y mil veces de nuevo si tuviera que volver a ver ese rostro de desilusión de las chicas. Sujeto la orilla del lavo manos y me sostengo, tomando varias respiraciones para controlar mi risa. Ojalá que Nathan no se moleste conmigo, aunque no puede reclamarme nada, él aceptó la ayuda. En serio que me cuesta controlarme, pero lo logro. Llevo una mano a mi estómago y doy las ultimas respiraciones luego me lavo las manos. Cuando salgo, ellas ni siquiera están viendo a Nathan y tengo que morder mi labio inferior para no volver a tener un ataque de risa.
─Sea lo que sea que hiciste, funcionó como magia ─dice Nathan cuando he vuelto a la mesa.
¡Sí, magia! Si tan solo supiera.
─Te dije que te ayudaría ─presiono mis labios y él me mira confundido.
─ ¿Y puedo saber que fue exactamente lo que les dijiste?
De inmediato, niego rotundamente con mi cabeza.
─No, solo tienes que darme las gracias.
─Dakota, tienes que decirme.
─ ¿No puedes darme solo las gracias?
─Sino tuvieras ese rostro que demuestra que estás a punto de estallar de la risa lo haría, pero resulta que quiero saber qué fue lo que hiciste.
Exhalo derrotada y aclaro mi garanta. Ya no es para nada gracioso, ahora estoy pensando mis posibles respuestas para la sarta de reclamos que me dirá.
─Bien, pero no te vayas a molestar ─exhalo y lo suelto de una vez─. Les dije que eres gay.
Por un segundo, me observa con sus ojos verdes abiertos como platos luego y repentinamente, estalla en carcajadas. Respiro de alivio al saber que no se ha molestado y me uno a sus risas.
─ ¿En serio no se te ocurrió nada mejor que eso?
─ ¿Qué más podría haberles dicho? ─pregunto entre risas.
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Maravilloso Destino.
Romance¿Crees en el destino? Dakota Coleman no lo hacia, ella era de las chicas que no le daba mucha importancia, para ella, esa palabra era simple y escasa de significado, creía que un suceso de su vida no iba a lograr poner su mundo de cabeza, pero ha ll...