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En verdad, trato y trato de ponerme de pie, pero es como si no solo se ha llevado una parte de mi corazón, también se llevó mis fuerzas.

Estoy aquí, en el suelo, derrotada por el chico que se empeñó tanto para hacerme creer en el amor, se empeñó tanto en mostrarme lo mejor para luego darle vuelta a la situación y mostrarme esa parte que nadie quiere conocer, y él me la está mostrando sin remordimiento alguno, como si todo fuera parte un maquiavélico plan.

Tenía esperanza, me dio esperanza de algo que sabía era como un sueño, y me aferré tanto a él que ahora estoy viendo cómo se derrumba una historia que él mismo se encargó de construir.

Sus palabras filosas todavía se clavan en mi mente y se retuercen en mi alma para mostrarme la otra cara del amor, quiero gritar que lo odio, pero las palabras no salen debido al silencioso llanto que mortifica a mi alma, es como si toda mi existencia, como si cada parte de mis átomos acaban de ser destruidos y ni siquiera pude luchar porque fue una completa emboscada, algo que ni en mis peores pesadillas lo miré venir.

"Esto no puede estar pasándome a mí, es solo una pesadilla, es solo una pesadilla" susurra mi mente, incluso sabiendo que es la maldita realidad.

Todo lo que dijo: nunca darse por vencido, los cuentos de hadas, permitirle a mi corazón que se enamorara de él, todo fueron simples palabras y no es justo. No es justo llegar a cambiar la mentalidad de alguien para luego hacerle ver que todo ese tiempo de alguna manera estaba en lo correcto, estaba en lo correcto al pensar que el amor es un campo de batalla y entre más armaduras tengas, mayor protegida estaré, sin embargo, él me hizo quitarme toda esa armadura para luego, destrozar mi alma.

El amor te hace añicos el alma, por eso nunca me había enamorado, hasta ahora, y lo odio, odio que me haya hecho bajar mi guardia para después tomar mi corazón entre sus manos y destruirlo con un solo golpe.

Cuando levanto mi rostro, los chicos que estaban alrededor se han ido, supongo que en algún momento de la discusión se fueron para dejarnos un poco de privacidad a Nathan y a mí.

Limpio mis mejillas y tomo una larga respiración, pero es como si hasta el aire que inhalo me recuerda el daño que me está causando, porque todo lo que consigo es llorar más, ni siquiera pensé que alguna vez podría llorar tanto por un chico.

—¿Dakota? ¡Por Dios, Dakota!

Escucho y reconozco la voz, no entiendo como después de lo que le dije él sigue aquí, y al sentir sus brazos a mi alrededor rompo en llanto nuevamente.

—Dakota, ¿Qué ha pasado? ¿Qué tienes? —me pregunta mientras trata de levantar mi rostro para tener acceso a él.

Niego con mi cabeza y me aferro a él como nunca antes imaginé hacerlo. Espera unos minutos para volver a preguntar, pero no tengo ni voz ni fuerzas para decirle que justamente el chico por el cual rechacé su regreso, es por el mismo por el cual estoy derrotada.

—¿Es por él?

Cuando muevo mi cabeza en afirmación, él me sujeta todavía más fuerte.

—Shhhu, no llores más, Dakota —dice mientras acaricia mi cabello—. Él no merece tus lágrimas.

Me dice que me levante y trata de ponerse de pie a mi lado, y es cuando finalmente logro levantarme y sollozar aún más fuerte mientras siento la forma protectora en la cual me abraza.

—Me está dejando, Ian —logro decir.

Él se separa de mí y me mira directamente a los ojos.

—¿Por qué? ¿Qué ha pasado?

Cubro mi rostro con mis manos y vuelvo a llorar.

Cuando toda tu vida eres o tratas de ser fuerte y finalmente te rompes, sacas todo aquello que una vez guardaste, todo aquello por lo que alguna vez trataste de no romperte, todo aquello que, en su momento, no tuviste la oportunidad de exteriorizarlo y es cuando pienso que no tiene ningún caso ser fuerte, porque igual terminan rompiéndote.

Maravilloso Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora