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También pueden escuchar: Love you goodbye de One Direction.

— ¿Ya puedo abrir los ojos? —le pregunto a Nathan, impaciente por ver su sorpresa.

Desde ayer he hecho todo lo posible por tratar de estar bien, colocar sonrisas en mi rostro para que él esté bien y pronunciar "estamos bien" cuando en realidad no lo estoy. Lo cierto es que nadie es culpable de cómo me siento más que yo misma, me dejé llevar por los sentimientos como nunca antes lo había hecho, me enamoré perdidamente de un chico que ama más a su país que a cualquier cosa, y aunque en un principio, la resignación no era una opción para mí, después de ver como se fusionó nuestro dolor, creo que es la opción que tengo que aceptar. La idea de que lo nuestro termine de una vez, resulta más dolorosa que el hecho que él se marchará y lo veré quizás en unos meses.

—Espera un segundo —dice.

Nathan me citó en un parque, no tengo ni idea del porqué, lo cierto es que sus sorpresas son magníficas y no tengo ni idea de que podría ser esta vez. Finalmente me dice que puedo abrir mis ojos, giro mi rostro y frente a mi está Nathan cargando a un cachorrito con una cinta roja formando un lazo alrededor de su cuello. Lo miro un poco perpleja esperando que mi mente y mi boca se reconecten para poder hablar o siquiera reaccionar.

—Quería darte algo que fuera especial para ti. Sé que tienes a Impetuosa, pero un cachorrito siempre estará a tu lado. Esta mañana pasé por una tienda y miré a este precioso labrador y sabía que sería perfecto.

— ¡Es precioso! —aseguro cuando finalmente puedo reaccionar—. Nathan, en realidad es precioso —chillo, llena de emoción.

Me acerco a él y tomo al pequeño cachorrito amarillo que tengo frente a mí, éste se acurruca entre mis brazos y se acomoda para descansar su cabecita en mi antebrazo. Es tan pequeño y tal lindo que podría matarme de ternura.

— ¿Acerté en mi elección?

—Por supuesto —digo, posando mis labios en los suyos—. Es el mejor regalo de cumpleaños después de Impetuosa

Él acaricia al cachorrito y éste cierra los ojos agradecido por la caricia.

—Son los más gentiles, sociables e inteligentes —comenta, abrazándonos—. ¿Cómo lo llamarás?

Acaricio al cachorrito, pensando que nombre le vendría bien, y tan rápido y brillante viene la idea, así será su nombre.

—Sparkly —murmuro—. Sparkly —repito, completamente segura de mi elección.

Su color y la manera en que sus ojitos brillan le hacen honor a su nombre, y la manera en que llenará de brillo mi vida ante los días de oscuridad que se avecinan, me hace estar segura de que es el mejor nombre para él.

—Sparkly —repite Nathan—. Me encanta, es perfecto para él.

Nathan desata la cinta y el cachorrito mueve su cabecita como si estuviera aliviado de que le hayan quitado la cinta.

—Ahora que sabemos su nombre, iremos a una tienda de cachorro por su collar y las cosas que necesitarás.

—Yo las puedo comprar luego —aseguro, sin embargo, él se niega.

—Nada de eso. Yo compraré todas las cosas.

Me toma de la mano, pero lo detengo antes de que continúe su camino.

—Gracias, Nathan. He tenido el mejor tiempo de mi vida a tu lado, gracias por conocerme tan bien y por hacerme feliz. Nunca olvidaré nada de nuestros momentos.

Odio tener que hablar de esta manera, como si es todo lo que obtendré de su parte, odio tener que pensar que no tenemos nada asegurado. Él ahueca mi rostro en sus manos y me mira lleno de emoción por mis palabras.

Maravilloso Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora