—¿Por qué nunca me dijiste que Nathan es así de guapo? —pregunta Karlie, reuniéndose conmigo en la cocina.
Termino de descargar el lavavajillas y seco mis manos en una toalla.
—Te he dicho que lo es —contesto y limpio la encimera.
—Sí, pero ese chico que está en nuestra sala no es simplemente guapo, es súper guapo.
Me giro hacia ella con la boca abierta y le pido que repita lo que ha dicho, y ella lo hace, con mayor énfasis en la parte que dice que está aquí, en nuestra sala, en el apartamento y que está jodidamente guapo con su camiseta pegada al cuerpo, la cual tiene la palabra "Army" en grandes letras. Una vez que termina de describir a Nathan con lujo de detalle, pego un grito ahogado y salgo corriendo en dirección a la sala, provocando los ladridos de Sparkly quien sale corriendo detrás de mí y prácticamente tengo que hacer malabares para no caerme por su culpa.
Me detengo al mirarlo de pie en la puerta, como si tontamente me cerciorara de que efectivamente es él y no un producto de alguna alucinación a causa de la comida que preparó Karlie.
Nathan sonríe tímidamente y extiende sus brazos y sin pensarlo por más tiempo, salgo corriendo en su dirección y estando cerca de él, brinco para enredar mis piernas en sus caderas.
—¡Estás aquí! —chillo, completamente llena de emoción al sentirlo entre mis brazos.
—Estoy aquí —contesta estrechándome muy fuerte.
—No lo puedo creer —digo y me inclino un poco hacia atrás para tener acceso a su rostro, él pone una mano en mi espalda y sonríe.
—Fue algo que no estaba planeado.
Sonrío y lo abrazo más fuerte, y nos quedamos así unos segundos hasta que recuerdo que debido a su molestia por lo que pasó con Ian, no hemos hablado en casi una semana y estoy segura que yo no le había dado mi nueva dirección. Mis pies vuelven a tocar el suelo y esta vez lo miro un poco molesta, él no se percata al instante ya que está jugueteando con Sparkly.
Sparkly mueve su colita sin parar, algo que hace cuando está muy feliz.
—¿Y cómo sabes la dirección de este apartamento? —pregunto atrayendo su atención.
Nathan frunce sus labios, baja un momento la cabeza y luego me observa apenas sonriendo y se vuelve a poner de pie.
—Una dirección no es un problema para mí, Dakota.
Bufo y niego con mi cabeza. Claro que una dirección no es un problema para él.
—¡Nathan Stevens! —exclama Karlie detrás de mí—. Finalmente, es un placer conocerte. Créeme que he escuchado mucho de ti —comenta alargando demasiado la palabra "mucho".
Abro mis ojos hacia ella, pero solo se encoge de hombros y toma la mano que Nathan le ofrece para estrecharla.
—Es un placer y espero que solo sean cosas buenas. ¿Tú debes ser Karlie, no es así?
—Sí, así es y sí, algunas veces eran cosas buenas, pero otras no, especialmente cuando te comportas como un idiota con Dakota.
La observo anonadada de lo que acaba de decirle y Nathan reacciona de la misma manera, pero después de ríe.
—Ya veo porque se llevan tan bien —contesta, tomándolo del lado positivo.
Le lanzo una mirada asesina a Karlie, ella sonríe como si no ha dicho nada molesto y asiente hacia Nathan.
—Bueno, siéntete como en tu casa —dice sonriente, cargando a Sparkly para llevárselo con ella—. Estaré en mi cuarto por si se te ofrece algo, Dakota.
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Maravilloso Destino.
Romance¿Crees en el destino? Dakota Coleman no lo hacia, ella era de las chicas que no le daba mucha importancia, para ella, esa palabra era simple y escasa de significado, creía que un suceso de su vida no iba a lograr poner su mundo de cabeza, pero ha ll...