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Estar en el trabajo está siendo de muchísima ayuda en los últimos días que han pasado. Cameron ya no es tan distante, al contrario, aunque es apenas mi tercer día de estar aquí, se ha portado muy bien conmigo, me ha explicado detenidamente cual será mi función temporal y hasta incluso me ha pedido elaborar la agenda internacional del próximo mes.

Admito que en la universidad tenían razón al decir que en el mundo real todo sería más complicado, aquí no valen tus notas perfectas o no, sino la forma con la cual te desempeñas y creo que haberme dado un tiempo antes de enfrentar todo esto fue lo mejor, pero disfruto saber que lo estoy haciendo bien y me estoy acoplando fácilmente.

A lo que no me puedo acoplar como desearía es a la distancia que existe entre Nathan y yo.

El día que llegó a Texas, me llamó y hablamos casi una hora, luego me mandó su primer video, en el cual salía en los cuartos compartidos de la base militar, tengo que decir que no es nada a como lo imaginaba. Parecen cómodos y un completo laberinto, en verdad, según lo que pude ver, los cuartos se comunican como si se tratara de un laberinto, entraba a un dormitorio para mostrarme a sus compañeros, daba unos pasos y giraba a la izquierda y estaba en otro dormitorio, giraba a la derecha y estaba en otro y así sucesivamente. No es que me haya mostrado toda la base, sino los dormitorios cercanos de sus compañeros con los cuales se lleva mejor. Eran muy simpáticos y como era de noche, estaban muy animados jugando póker. Pero ¡vamos! No soy tan tonta, Nathan se aseguró de mostrarme lo mejor de la vida militar, porque es obvio que eso solo es una distracción de lo que en verdad implica ser un soldado.

Desde entonces, no he recibido ninguna llamada o algún otro video y eso me pone ansiosa, porque imagino lo peor. Esto es completamente nuevo para mí, uno no va por la vida imaginando que acabará completamente enamorada de un soldado, bueno, sin contar a las hermanas de Elizabeth Bennet, pero está claro que esto jamás estuvo en mis planes.

Yo todavía no le he enviado ningún video, me aterra la idea de estar frente a la cámara y que mi voz se quiebre y termine por decirle que lo extraño, eso no solo sería injusto para los dos, sino que también complicaría las cosas, por lo que no me animo a grabar un video, lo haré hasta que me sienta segura de que podré hacerlo. Así que, una vez más reproduzco su video, adelantando la parte donde me presenta a sus compañeros.

—El vuelo estuvo bastante bien, pero la señora de avanzada edad que estaba sentada a mi lado me confundía con su nieto. Tuve que fingir durante todo el vuelo y hasta incluso hablé de hijos que todavía no tengo. Creo que tú lo hubieras disfrutado.

Apenas sonríe, pero sus hoyuelos se marcan a la perfección y su tono de voz es un poco melancólico.

—Y justo aquí pondré las instantáneas.

Enfoca la cámara hacia la pared enfrente de su cama, donde ha pegado nuestras fotos instantáneas.

—Pero la próxima vez que llegue te tomaré una foto donde solo salgas tú.

Le doy pausa al video, cuando siento mis ojos humedecidos. Levanto mi rostro e inspecciono la oficina, Jenna, la chica que está frente a mi escritorio, está completamente enfocada en su computadora, yo debería estar haciendo lo mismo, mi asignación ya está completamente terminada, pero sería bueno que adelante la de los próximos días, pero antes de ponerme a ello, miro la parte final del video que es la más dura de escuchar.

—Estás constantemente en mis pensamientos, Dakota y espero estar tan clavado en tu mente como tú en la mía. Me tengo que ir, espero con ansias tu video. Pase lo que pase, nunca olvides que te amo.

Apoyo mi boca en mi puño y sin quitar la vista del celular, respiro varias veces. Esto no será nada fácil.

—¿Estás bien? —escucho que me preguntan.

Maravilloso Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora