capitulo 60 luna

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  Hinata no demoró mucho en salir del hospital después del parto. A decirverdad la ojiperla había recuperado su Úgura en tan sólo un par desemanas. Sin embargo, debía admitir que tal y como había dicho Sakura; alos gemelitos le fascinaba comer juntos. Hinata sonreía cada vez que losveía dormir tan plácidamente; le recordaban mucho a su esposos. Narutopor su parte le alegraba tener a sus pequeños niños a su lado. El rubiosonrió al recordar esa dulce mañana.   

  Flashback   

  -Descansa mi amor yo iré a atender a los pequeños.- Dijo con dulzura elrubio.-Está bien mi amor.- Contestó la ojiperla mientras se volvía a dormir.Naruto caminó hasta el cuarto que compartían los gemelos. Con cuidadoentró para ver qué pasaba con sus pequeños. El ojiazul miró a suspequeños para tomarlos en sus brazos y sentarse en una mecedora paratratarlos de dormir. Pero a pesar que los mecía en la mecedora los niñosno dormían. Así que, con mucha pena miró a sus pequeños par a decirles:-No soy buenos con las canciones de cuna; pero trataré de cantarles una.No se burlen.- Dijo el rubio sonrojado mientras comenzaba a cantar.   

Yurika go no uta o

Nenneko, nenneko,

Nenneko yo.

Yurika go no uta o,

kanari ya ga uta u yo.

Nenneko, nenneko,

Nenneko yo.

  Traducción:¡Duerme, duerme,Duerme, niñito!Las canciones de la cuna,El canario canta.¡Duerme, duerme,Duerme, niñito!  

  El rubio cantaba muy apenado; pues debía admitir que a pesar que sumadre tuviese una hermosa voz. Él no había heredado ese talento; puessu voz salía bastante desaÚnada. Naruto estaba tan apenado queagradeció que nadie lo viese. Pero en eso estaba equivocado; pues Hinatalo miraba desde la puerta. El rubio suspiró después de un rato de cantar alos niños quienes se habían quedado dormido a pesar del canto tandesafinado que había hecho el rubio. Con una sonrisa miró a sus hijos ydecidió levantarse para acostarlos. Ya costados los niños, el rubio lessonrió mientras decía:-Duerman, mis pequeños angelitos.- Comentó el rubio mientras les dabaun beso en la frente a cada uno  

  El rubio miraba atontado mientras recodaba cuando escuchó:-Oye Naruto, ¿Me estas escuchando? – Preguntó Itachi algo molesto.-Perdón Itachi, no te escuché estaba distraído.- Comentó el ojiazul.-Oh, ya nos dimos cuenta.- Comentó sarcástico Sasuke.-¿Qué me decías?- 'Preguntó el rubio.-Te decía que debes atender los últimos papeleos de los contratos conSabaku no Gaara.- Dijo el Uchiha mayor.-Hermano no gastes tu tiempo, lo más seguro estaba pensando en Hinatano ves que ya han pasado dos meses desde que dio a luz. – Dijo picarónel pelinegro.El rubio al escuchar esto se sonrojo mucho; pues no había pensado enello. Pero no pensaba dejar que Sasuke se burlase de él.-Ja, Sasuke no todos pensamos en estar follando por todos lados comotú.- Dijo con saña el rubio  

  Sasuke palideció al escuchar esas palabras; pues no quería que Itachi seenterara o lo jodería hasta viejo.-Lo que pasa dobe es que estas celosos.- Comentó el pelinegro.-Creo que me perdí de algo.- Comentó Itachi con una sonrisa de lado.-Claro que sí Itachi, sabes el día que Hinata dio a luz. Sasuke....- El rubio nopudo terminar su frase; pues el pelinegro menor le había tapado la boca.-Oh, enserio son niños. Si no supieran que están casados diría que sonpareja.- Comentó Itachi para joder a su hermano; pues tan pronto dijo esolos dos se separaron rápidamente mientras el pelinegro mayor no parabade reí  

  Sakura, Ino e Hinata veían a los pequeños bebes  

  Oh, cuñada son preciosos.- Dijo la rubia.-Sí, lo son.- Comentó la pelirosa..Gracias amigas.- Dijo la rubia mientras los acostaba en sus cunitas.-Hinata, ¿Naruto te ayuda mucho?- Preguntó la ojiverde.-Sí, sabes muchas veces el se levanta en la madrugada para atenderlo.-Dijo la ojiperla mientras recordaba la escena de los cantos del rubio.-Oh, sólo espero que no cante mi hermano; pues no es muy aÚnadito quedigamos.- Dijo con una sonrisa la rubia.-Ino-chan, no seas mala con Naruto-kun.- Comentó la pelirosa.-Sé que es mi hermano; pero hasta mamá lo admite.- Comentó Ino.-No me importa que Naruto no cante muy bien. A mí me gusta el tiernohecho que lo intente.- Dijo sonrojada Hinata.-Ah, que linda amiga.- Dijo Sakura.-¿Cuñada, ya oíste cantar a mi hermano? – Preguntó la rubia.-Sí, pero el no lo sabe.- Contestó la ojiperla.-Oh, ya entiendo.- Comentó Ino.-Hinata-chan, ya recuperaste tu figura por completo.- Comentó lapelirosa.- ¿Naruto ha respetado los dos meces?  

  La ojperla al escuchar la pregunta se sonrojo para luego asistir.-Me alegro, amiga. Entonces el regalo de Ino y mío será muy bueno.- Dijola pelirosa con una sonrisa picara.-Ten cuñada.- Comentó Ino mientras le entregaba una caja a la ojiperla.Hinata vio la caja entendió de que se trataba el regalo; pero aún asídecidió abrirlo y ver de qué se trataba. Al abrir la caja la ojiperla sesonrojo mucho; pues en el interior se encontraba un neglille negro conencajes naranja que dejaba muy poc o a la imaginación.-Espero que lo uses cuñadita.- Dijo la rubia mientras le giñaba un ojo.-Te doy una recomendación Hinata-chan, has una cena cargado demuchos mariscos.- Comentó la pelirosa.-Oh, gracias por el regalo; pero no se preocupen ya había pensado enhacer una comida muy afrodisiaca.- Comentó la ojiperla picara.-Veo que ya nos pasas amiga.- Dijo la pelirosa con picardía.-Sí, he tenido buenas maestras.- Dijo la peliazul con una sonrisa  

  Naruto llegó a su casa donde fue recibido por Hinata, quien habíapreparado con una comida muy afrodisiaca. El rubio sospechó un poco;pero decidió comérsela gustoso. Después de la comida el rubio decidiólavar los platos mientras hinata acostaba a los niños. Ya acostados losniños la ojiperla corrió a la recamara para cambiarse y salir a su encuentrocon su esposo. Hinata se coloco una bata para darle la sorpresa. Al llegarencontró al rubio secándose las manos. Así que, lo llamó sensualmente  

  -Naruto.- Llamó la ojiperla.El rubio volteó a ver suavemente, pero al mirar tuvo que contenerse parano sufrí una hemorragia nasal al estilo anime. Naruto detallo a su mujer, seveía realmente preciosa. Su piel blanco como la porcelana contrastabaperfectamente con le neglille negro. Una sonrisa de lado se dibujo en loslabios del rubio. Naruto se acercó a su mujer y con ternura la besó. Hinatacerró instintivamente los ojos al sentir le contacto de sus labios. Narutobesó el cuello de la ojiperla con sensualidad mientras le decía ente besos  

  -Hinata te deseo.- Dijo el rubio.Oír que el rubio la deseaba hizo que la peliazul se sonrojase. Pero conmucha pasión busco los labios de su amado mientras se rendía a suscaricias. Naruto entró a su recamara cargando a la ojoperla sin dejarla debesar. Con cuidado la acostó en la cama mientras le besaba todo elcuerpo. El rubio buscó la forma de quitarle el neglille a su esposa; puestan pronto como lo hizo admiró su escultural cuerpo. Sus pecho estabanperfecto y qué decir de sus hermosas piernas torneadas. Con sensualidadbeso la puntas de los dedos de sus pies para luego subir por sus piernahaciendo un camino, que pasaba por el plano abdomen de la ojiperlahasta llegar al cuello. Donde le dedicó una gran atención. La peliazul noparaba se suspirar mientras el rubio le besaba y acariciaba uno de lospechos. Por instinto Hinata tomó el miembro de su esposo y con cuidadocomenzó a masajearlo. Naruto al sentir las caricias soltó un gruesogruñido que se mezclaba con el nombre de la peliazul.   

  -Hinata mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm.- Dijo el rubio.La ojiperla sonrió tímidamente mientras miraba a su esposo que le brillabalos ojos con deseo. El rubio miró a su esposa para luego jugar con suintimidad. Comprobando que su mujer ya estaba lista se acomodó entrasus pierna y con un suave movimiento se introdujo dentro de la ojperla  

  Naruto se mantuvo quieto por unos segundos sintiendo la sensación de lacalidez de su esposa. Con dulzura la besó para luego comenzar susmovimientos. El rubio envestía a su esposa con frenesí mientras esta leagarraba fuertemente la espalda mientras gemía muy sensualmente. Oír asu Hinata gimiendo era música para los oídos de ojiazul. Naruto se movíauna gran velocidad mientras la ojiperla no dejaba de gemir. De repente élsintió que debía hacer algo atrevido. Así que tomo de la cintura a su mujermientras él se sentaba dejado a la peliazul sentado en sus piernas. Estanueva posición le dama mayor libertad de jugar con los pechos de laojiperla. Naruto lamia los pezones de la ojiperla mientras esta cerraba losojos por el placer. Hinata sentía que pronto llegaría así que ella comenzóa seguir los movimientos de su esposo para que juntos lograsen elorgasmo juntos. Los movimientos siguieron aumentando hasta queambos sintieron que todo se resumía en placer. Naruto se recostómientras besaba la frente de la ojiperla y junto se miraban con la mayorternura  

¡Sasuke, no soy tu juguete!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora