Capítulo 36

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Hola lectoras: Quería dejarles una foto que me olvidé de subir el capítulo pasado, con la casa de Fernán

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Hola lectoras: Quería dejarles una foto que me olvidé de subir el capítulo pasado, con la casa de Fernán. Al menos la que yo me imaginé. 

N. S. Luna

Rodrigo

Hacía dos horas que había llegado a Buenos Aires, después de mi viaje relámpago al sur. Y todavía no podía creer lo que acababa de vivir.

El encuentro con mi padre, había sido totalmente diferente a lo que me había imaginado.

Para ser sincero, había pensado que después de que me saludara, la bronca y el rencor que sentía por ese hombre, me harían perder el control, y la cosa podía llegar a terminar muy mal. Pero no. Todo este tiempo había pensado que se trataba del ser más egoísta y despreciable del mundo, y verlo, totalmente desarmado ante mi presencia, me había dejado descolocado.

Se había puesto a llorar.

Así de intenso había sido.

Solo habíamos cruzado un hola, y Fernán ya se había quebrado, agradeciendo por lo bajo a dios, y al cielo por haberse reencontrado conmigo. Y yo... no entendía nada.

Si tanto había deseado volver a verme, por qué había desaparecido.

Era un señor grande, así que tuve que esperar a que se calmara y tomáramos asiento en su sala para hacerle todas las preguntas que quería. Podía estar muy enojado, pero tampoco pretendía ocasionarle un infarto al viejo. Ya hasta me daba lástima verlo lagrimear...

Con ese porte tan imponente que siempre había tenido, verlo venirse debajo de esa manera, había sido fuerte.

Había ido preparado.

Martina y Enzo se habían encargado de reunir todos los papeles que podían servirme de pruebas en caso de que se le diera por negarlo todo, pero no me hicieron falta.

Apenas se dio cuenta de que estaba al tanto de sus raros negocios con Alejandro, comenzó a hablar sin necesidad de que le cuestionara demasiado.

El padre de Enzo, tenía papeles y documentos que lo incriminaban. A eso se reducía todo.

Cuando recién comenzaba su carrera, había tomado malas decisiones, y se había visto involucrado en una pequeña estafa, que luego años después, cuando ya estaba trabajando con Alejandro, y gracias a una investigación que este había realizado, salieron a la luz.

Mi padre había entrado en pánico, porque no quería perder todo aquello por lo que había trabajado tanto, pero lo que más miedo le daba era que algo pudiera dañar a su familia.

Yo me había quedado de piedra mientras me decía aquello. No podía creerle, no aún.

—Alejandro me hizo prometer que desaparecería, y haría desaparecer cualquier evidencia de que alguna vez él se había enterado de algo de todo aquello. – dijo con pesar. —A cambio él cuidaría de ustedes como lo hizo, y velaría por su seguridad.

París (#3 Trilogía Fuego y Pasión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora