Víctima 18

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Acompañaba al presidente por todo el hotel. Estaba seguro de que estaba harto de mí.

Y no me extraña, a veces era muy pesado.

Cuando llegamos a la salida, seguidos de unos guarda espaldas-policias, la gente empezó a hacer fotos y a gritar pronunciando preguntas que nadie respondería.

Al cabo de unos segundos, empezó el caos.

Primero empezaron los policias-guarda espaldas a caerse de cara a la alfombra.

Luego la gente comenzó a gritar, pero no preguntas, si no gritos de verdad. De esos en los que gritas ahhhh.

Por último los policias que quedaban vivos nos empujaron al presidente y a mí en dirección a la limusina. Al menos él estuvo a salvo. Unas cuantas balas me dieron a mí.

A través de los ojos de las víctimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora