Capítulo VIII. p3

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Con mis labios sobre los de él y mi mente en otro lugar, me olvidé de que Rosa iba a venir y yo ni siquiera estaba vestida adecuadamente. Aún tenía mi pijama puesta. Aunque en esta situación, es algo bueno que aún la tenga puesta...

—Rodrigo... —Me alejo de él unos pocos centímetros. Además del compromiso con Rosa, él ha venido a hablar sobre lo que sucedió ayer. Y aunque yo no estoy un cien por ciento lista para hablar de ello, tengo que hacerlo ahora.

—¿Qué pasa? —Me pregunta él. Sus labios están rojos y eso lo hace lucir más...salvaje, esa es la palabra.

—Sobre lo de ayer...

—Oh... bueno. Creí que no te gustaría hablar sobre ello, pero si quieres hacerlo —Me pongo de pie y camino hacia la otra esquina de la cama —. ¿Podrías poner a Gordo en otra parte? Creo que no fue buena idea besarte después de que lo abrazaras.

—Ay, es cierto. ¿Es demasiado seria tu alergia? —le pregunto preocupada. Lo veo rascándose la nariz con su antebrazo.

—Estornudos incontrolables, nada del otro mundo —me responde antes de estornudar tres veces seguidas. Yo me río, sé que está mal pero eso fue gracioso.

—Voy a llevarlo a su cajita, ¿seguro que estarás bien? —Abro la puerta de mi habitación y me quedo ahí, esperando su respuesta.

—Seguro.

Salí de ahí después de emparejar la puerta. Miré hacia ambos lados del pasillo, asegurándome de que mi mamá no nos está espiando. Por suerte, se escuchaba su voz desde la cocina, tal vez estaba hablando con alguien desde su celular.

Al llegar abajo, puse a Gordo en su cajita y me aseguré de que no fuera a salir. Ya antes de irme le daría de comer, suele alimentarse demasiado así que se lo tengo que dar en pequeñas porciones.

—Mamá, si Rosa llega, dile que suba. Por favor —Antes de subir de nuevo me llamó.

—Cuidado y me sales embarazada —Y como si nada, regresa a la cocina, dejándome perpleja.

(...)

—Regresé, ¿ya estás mejor? —pregunto mientras cierro la puerta. Descubro a Rodrigo husmeando en un álbum de fotografías que tenía sobre mi cama.

—Estoy mejor, gracias —Se hace a un lado para dejarme espacio para poder sentarme —. Tienes muchas fotos y casi todas son recientes. ¿Tienes alguna mía estando distraído?

Él se burla y yo lo golpeo en el hombro.

—No era una maldita acosadora, lo sabes.

—¡Oh mira eso! Aquí hay una de nosotros.

—¿Qué? —Miro donde él señala y, efectivamente, hay una foto de los dos juntos. Ni siquiera la recordaba.

—¿Qué evento fue ese? —me pregunta.

—Creo que fue... ¡el cumpleaños de Carlos! Cómo lo pude olvidar. Fue la peor y la mejor noche de mi adolescencia.

—¿Por qué lo dices?

—Bueno...

—Porque en la foto se aprecia perfectamente tu radiante sonrisa y una sonrisa así no es fácil de fingir. Además te veías hermosa —Rodrigo me abraza y me da un beso, el cual se alargó por varios minutos.

—Bueno...

Sus labios son muy suaves, tanto como el chocolate. Y hoy, con su cabello húmedo da la sensación de libertad, diversión. Este chico me gusta demasiado, desde su cara bonita hasta sus estúpidos chistes. Me encanta que sea divertido y original, me encanta que sea así de despreocupado con la vida porque me hace querer ser igual. Me hace querer ver las cosas y el mundo de otra manera.

—En realidad... —le digo cuando nos separamos —mi terrible noche comenzó después de esa foto.

—¿En serio? ¿Y vas a contarme? —Sus manos acarician mi rostro. Se siente tan bien que casi me hace olvidar lo mal que la pasé esa vez.

—¿Recuerdas lo que hiciste después de la foto?

—No mucho, creo que empezamos a jugar un estúpido juego de beber o algo así ¿no?

—En realidad era verdad o reto. Pero el problema fue que yo, siendo la tonta de siempre, me atreví a jugar.

Es cierto.

Ignoré su pensamiento y continué narrando.

—Lucía estaba jugando. En ese entonces, ella era una de mis amigas más cercanas...

«Comenzamos a jugar y todo estaba tranquilo hasta que a alguien se le ocurrió sugerir hacer el juego "más interesante". Todos aceptaron. Yo no estaba cien por ciento convencida pero aún no quería irme porque estabas tú...

—Sí sí sí. Creo que ya recuerdo algo. ¿Pero por qué ya no le hablas? —me dice él, confundido.

Yo me recuesto en la cama para poder seguir contando mi historia. Él hace lo mismo pero apoya su cabeza sobre su brazo para poder observarme y hace que este momento se sienta más íntimo, me gusta que sea así, que todo lo que él haga me haga sentir especial.

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¡Feliz navidad muy atrasada! Esta es la primer parte del capítulo, en un rato publico la otra.

¿Qué más creen que haya pasado en la fiesta o.O?

¿Tienen alguna imagen que describa el capítulo? Puede ser cuando están en la cama o una de ellos dos en la fiesta n.n

Si ven algún error díganme :)

Comenten, comenten, comenten sus teorías ¡participen!

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