Comenzar de cero

Capítulo 1

Seis meses después...

Me meto una bolita de papa a la boca, yo las amo, son tan deliciosas. Estoy sentada en la cafetería con Erika, Katty y Nathan. Hace seis meses que Nathan entro a la escuela y nos hemos vuelto muy buenos amigos, agradezco que no se haya cambiado de ciudad porque es muy buena compañía. Siempre me lleva a mi casa y platicamos todos los días, no sé, es agradable estar a su lado. Erika y Katty siempre molestan con que es mi novio, pero no, aun no.
Me queda una bolita de papa en mi plato y cuando estoy a punto de agarrarla Nathan la agarra primero y al ver mi cara de odio comienza a reírse.

-Tranquila solo le daré un mordisco.

-Si hubiera sido otra persona ya estarías en el piso.-bromeo y también me rio, no puedo enojarme con él. Muerde la bolita de papa y luego me la mete a la boca y me sonríe, le sonrió de vuelta. Se levanta de la mesa.

-Bueno chicas ya me voy, no quiero llegar tarde a mi próxima clase. Te veo al rato Mika.-me guiña un ojo y me sonríe, me sonrojo un poco. Le decimos adiós con la mano y yo asiento con la cabeza. Erika y Katty me sonríen.

-¿Qué les pasa? Su sonrisa me asusta.

-¿Nosotras te asustamos?- se ríe Erika.- Tú nos asustas más con tu comportamiento.

-Si Mika, se ve luego luego que estas enamorada.

-Puede ser, pero no va a pasar nada.- me encojo de hombros.

- ¿Tu como lo sabes?- dice Katty un poco más fuerte de lo que debería.

-Porque yo a él no le gusto.- Katty comienza a ahogarse con el agua, me rio y Erika le da palmaditas en la espalda, ya que pasa su ahogo nos mira con carita de sufrimiento y después rompe en carcajadas mirando a Erika de una forma rara y sé que se ríen de algo que yo no sé.

-¿Qué rayos les pasa?

-No seas tonta Mikaela Cooper.- me susurra Katty.-es obvio que se gustan mutuamente.- eso me hace reír

-No creo, si no ya hubiera pasado algo, pero no.

-Mika, obvio que le gustas, no pienses que no es obvio y pues pasara lo que tenga que pasar en el momento adecuado, tú no te preocupes.-Ya no les contesto, porque sé que me dirán lo mismo si les digo lo que yo pienso. Suena el timbre y nos levantamos de la mesa, a mí me toca deportes, hay dios, yo odio deportes y más hoy porque nos toca afuera y estoy llena de bolitas de papa.

Llego a los vestidores y me pongo rápidamente mis shorts de la escuela y mi camiseta, no sé qué nos ponga a hacer hoy la maestra pero lo único que sé es que nos toca afuera y hace mucho sol.
En el patio me reúno con mi equipo, estoy con Natalie, una vieja amiga de la secundaria, pero desde la prepa no nos hablamos tanto, solo en esta clase, a mí me cae bien. La maestra llega con su silbato, lo que significa que nos va poner a correr.

-A ver, por equipos hagan filas viendo hacia el campo.- nos dice la maestra un poco más amable de lo usual. Todos le hacen caso de inmediato, porque si no te manda reporte y con 3 reportes ya no puedes entrar a su clase y obviamente quedas reprobado.-Bien, ahora van a correr hasta el otro lado del campo y cuando lleguen haya de regreso y sale el que sigue. ¿Entendieron?- pregunta, no tan amable esta vez.

-Si.- contestamos todos al unísono y la maestra toca su silbato, sale el primero de cada fila, yo soy la tercera de mi fila, no sé cuántos metros tenga el campo, lo único que si se es que está muy grande y de ida y regreso, quiere matarnos. Cuando es mi turno de salir yo ya estoy lista, llega mi compañera y corro lo más rápido que puedo, cuando voy a la mitad del campo me arden las piernas, yo sé que puedo, llego al final y voy de regreso, ya no siento las piernas y mi corazón va a mil por hora, ya no puedo, pero tengo que terminar, llego a donde está mi fila y al ver que sale Natalie me tiro al pasto. Estoy mega cansada alguien me pasa mi agua y yo se lo agradezco, ni siquiera puedo abrir los ojos para ver quién es, me quedo en el pasto por lo que se siente mucho tiempo hasta que mi cuerpo descansa y al reincorporarme ya están por terminar. Así son todos los ejercicios de esta clase, por lo que sé que me voy a cansar.